Después de la marcha de Carlos Sainz de Ford, los de la marca del óvalo volvían a acometer la temporada de 1998 con ánimos renovados y con un Ford Escort WRC mucho más avanzado que el del año anterior. Juha Kankkunen y Bruno Thyri eran sus espadas y parecía que el coche podía ir muy deprisa. Por todo ello, los británicos tenían puestas todas sus ilusiones en este inicio de temporada.
La temporada de 1998 comenzó con los Subaru (McRae, Liatti) y los Mitsubishi Mäkinen, Burns) como principales favoritos para el triunfo final, pero Ford, había evolucionado mucho el coche y venía en clara remontada. Toyota, era la mayor incógnita, puesto que por la sanción de dos años sin poder participar por la famosa infracción del Turbo del Celica GT Four, comenzaba prácticamente de nuevas.
Una vez más, el Monte Carlo era el rally que inauguraba la temporada. La organización volvía a ser protagonista por ser un desastre, algo que comenzaba a convertirse en costumbre en las últimas ediciones. Sumado a esto, las dudas de los equipos de siempre, ante un firme cambiante según la climatología muchos interrogantes para elegir los neumáticos, decisiones que marcarían el devenir del rally.
El itinerario se vio modificado respecto a años anteriores. Para esta edición de 1998 se programaron 18 tramos repartidos en tres días: la primera jornada constaba de 6 especiales, con inicio el 19 de enero en Lucéram y final en Sigoyer. La segunda etapa, de 7 tramos, daba comienzo el día 20 con salida en Bayons y terminaba el día en La Bollène Vésubie (segunda pasada). Y el último día se disputaron 5 especiales que comenzaban con el tramo entre Lucéram y Peira-Cava (tercera pasada). La bandera a cuadros se agitaba al finalizar el tramo de Les 4 Chemins – Roquesteron.
La organización del Rally solo permitía cambiar los neumáticos tras disputar dos tramos cronometrados. Como normalmente, un tramo goza de unas condiciones climatológicas diferentes a las del posterior, la incertidumbre aumenta, por eso la elección correcta de los neumáticos es esencial. Hubo equipos que llevaron al rally hasta 12 versiones de cada neumático, lo que se traducía en más de 200 neumáticos.
El rally comenzó como suele ser habitual, con asfalto cambiante entre nieve, hielo, agua, seco, etc, el primer tramo entre Lucéram – Peïra Cava dio una idea de las cosas que podrían pasar en el rally. Auriol hizo el primer Scartch con el Toyota Corolla WRC por delante de la sorpresa del día, el Subaru Imprezza, modelo del año anterior, al volante de Armin Kremer y Klaus Wicha. Juha Kankkunen y Juha Repo ocupaban la décima posición en estos primeros kilómetros con problemas de neumáticos.
El rally se antojaba muy interesante, en el segundo tramo el scratch lo marcaba el Peugeot 306 Maxi de los hermanos Panizzi, Gilles al volante y Hervé a las notas, segundos eran Carlos Sainz y Luis Moya en el Corolla y el primer Ford Escort WRC era el de Bruno Thyri junto a Stéphaneque Prévot, quienes ocupaban la cuarta plaza del tramo y se colocaban terceros en la general por detrás del Corolla de Sainz y Moya, y de Piero Liatti con la incombustible Fabrizia Pons, quienes lideraban la prueba en el Subaru Imprezza WRC
A partir del tercer tramo la dupla Tommi Mäkinen y Risto Mannisenmäki empieza la remontada y sitúa su EVO V en la tercera plaza, acercándose a Sainz y a Liatti, Richard Burns y Robert Reid en el otro de los Lancer no pierden comba y se colocan justo detrás. Los Ford Escort WRC de Thyri y de Kankkunen se colocan sexto y séptimo respectivamente, pero el finlandes va de menos a más. Desde este tramo Mäkinen comienza su exhibición y vence en los siguientes 3 tramos, situándose en cabeza por delante de un Carlos Sainz quien no puede acercarse a menos de 1 minuto del de Mitsubishi. En la cuarta especial Auriol sufre una salida y pierde más de 38 minutos respecto al líder, pero consigue llegar a la asistencia y permanecer en carrera. Oriol Gómez y Marc Martí con el Seat Ibiza no tuvieron tanta suerte y se vieron obligados a abandonar, aunque Harri Rovanperä y Voitto Silander en el otro Ibiza consiguen que los mecánicos de chapa y pintura de los de la marca del león trabajen a destajo.
La segunda etapa, la más larga del rally constaba de 7 especiales con asfalto cambiante que provocó el abandono de 11 participantes, entre los que se encontraba el hasta ahora líder de la prueba, Tommi Mäkinnen, quien perdió el coche de la pista en el primer tramo de la segunda etapa y no pudo volver a recuperarlo.
A esto se sumó que Liatti tenía también bastantes problemas al equivocarse eligiendo los neumáticos y Sainz quedó en primera posición con más de un minuto de ventaja sobre el finlandés Juha Kankkunen y su Ford Escort WRC. Pero no fue un camino de rosas para el español, quien perdió la comunicación a través de los interfonos con Luis Moya y el gallego tuvo que cantarle las curvas a grito pelado, Sainz que no entendía muy bien las indicaciones sufrió una pequeña salida de pista que afortunadamente pudo recuperar. No así la señal de tráfico que se llevó por delante, aunque imagino que el incombustible cuerpo de la DGT monegasca pudo solucionar el problema sin más inconveniente que desplazarse hasta allí.
Liatti y Pons entonces luchaban contra Collin McRae y Nicky Grist para subirse al último escalón del podio, después de la segunda etapa los británicos terminaban por delante de los italianos, a pesar de marcarse algunas excursiones por el campo.
El rally acababa el tercer día con 5 especiales cronometradas en las que el español se dedicó a gestionar la distancia con Kankkunen y consiguió la victoria por delante del Ford Escort WRC del finlandés quien tuvo que rendirse ante la evidencia de que el español era muy rápido. Liatti a tan solo tres segundos seguía persiguiendo a su compañero McRae en busca de ese último puesto en el pódium y Burns con el Mitsubishi Lancer Evo V, que más era un Carisma GT estaba y cuando parecía que todo iba a favorecer al italiano McRae dio ese punch que el solo sabía hacer y pudo alcanzar el ansiado tercer puesto.
Una vez terminado el rally se pudo ver a un Carlos Sainz pletórico abrazándose con Ove Anderson, mánager del equipo Toyota y felicitándose mutuamente con su antiguo jefe, el británico Malcolm Wilson que agradecía el trabajo del madrileño en el desarrollo del coche durante el año anterior y que siempre ha hablado maravillas del madrileño.
Como curiosidad, el equipo Ford rindió homenaje al bravo piloto Roger Clark, que tantas alegrías había dado a la marca británica y que falleció unos días antes de la celebración del Rally, decorando su Ford Escort WRC 1998 con el rostro del piloto en los laterales del coche.
Ford Escort WRC Maralic Rally Monte Carlo 1998 Juha Kankkunen – Juha Repo
En el Foroslot Madrid que dirige Jesús Blanco se pueden encontrar algunas reproducciones de coches que muy bien merecen la pena y este Ford Escort WRC 1998 no fue una excepción. El caso es que el coche pertenecía a la caja que Maralic comercializó que incluía a este Ford Escort WRC junto con el modelo sin farera que pilotaba Bruno Thyri en el mismo rally. El vendedor los vendía por separado y el caso es que cuando los vi, ya había hecho el roto habitual en el bolsillo de cada edición, por lo que solo pude adquirir uno de ellos. Me decanté, creo que con buen criterio por el de Kankkunen, cuya farera es un añadido espectacular.
Sin duda, el coche está dentro del estándar de calidad que Maralic realiza en sus reproducciones, una calidad que todos admiramos por sus detalles y acabados. Y es que la modelo de hoy no solo es guapa, es elegante y va bien vestida. La pintura está perfecta y el toque de brillo es el justo que le da personalidad al coche sin que se parezca a C3PO
Aunque no es oro todo lo que reluce. El frontal es un espectáculo, pero la farera muestra cierta asimetría en el montaje. Está algo desplazada hacia la derecha. A primera vista no se nota, hay que fijarse, quizás solamente sea en mi unidad, pero es la que tengo, aunque salvando el punto mencionado el morro es una delicia. La farera en sí está muy bien realizada, con los marcos negros de los faros y los otros dos faros supletorios están muy bien terminados.
La zaga se muestra solemne, sin alardes, quizás a los faros les falte un poco de alegría, unos intermitentes y una luz de marcha atrás le hubiera dado el toque más premium que el coche merece.
Un aspecto que no me convence plenamente es el de las llantas. Son correctas, pero el modelo real llevaba los logos de OZ en negro y no en rojo. A esto hay que sumarle que, al ser insertos en la llanta se ve el borde cromado de la llanta en sí y no es lo ideal. Aunque es indudable que la ejecución del inserto es sencillamente excelente. Lo que muestra lo hace a la perfección.
El interior es realmente sensacional. Muy decorado y exquisitamente terminado, da gusto asomarse por las ventanas y disfrutarlo. Algo que muchas marcas descuidan y que creo que cuando están bien hechos elevan la calidad del coche a gran altura.
Los bajos del coche nos enseñan un chasis configurable con una cuna que monta un motor transversal de la marca Scaleauto de 20.000 rpm. Y todo material calibrado. Así que si quieres darte unas vueltas con él puedes hacerlo sin problemas, aunque para hacerlo competitivo habrá que aumentar la inversión económica y de tiempo que no sé si merecerá la pena. Sufro solo de pensar que se pudiera romper un espejo…
La última vuelta
Este Ford Escort WRC 1998 reproducido por Maralic Models es sencillamente precioso. A pesar de los pequeños inconvenientes que presenta, la sensación de bien hecho permanece presente cada vez que lo miras. Lo único que me da pena de haberlo comprado es no haber comprado al compañero. Se quedó allí, sobre la mesa. Habrá más Foroslot Madrid…
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