Mientras en España nos preparábamos para el mundial de Naranjito, en el mundo del motor se lloraba por ese fatídico 8 de mayo de 1982 en el que el canadiense Gilles Villeneuve perdía la vida en el circuito de Zolder, durante la clasificación del Gran Premio de Bélgica al volante del Ferrari 126 C2 como consecuencia de una colisión con el March de Jochen Mass.
Y es que, aunque la Fórmula 1 se modernizaba, gracias a la llegada de los motores Turbo, la realidad era que la modernidad solo se basaba en la reducción de tiempos por vuelta, en incrementar la potencia de los motores y la optimización de las paradas en boxes, dejando de lado algo tan importante como la vida de los pilotos, donde las innovaciones eran bastante exiguas, sobre todo para los equipos modestos. La fibra de carbono, que acababa de hacer aparición en la F1 solo era para unos pocos elegidos.
En cualquier caso, el campeonato del mundo de F1 de 1982 pasó a la historia, no solo por la muerte de Villeneuve o el accidente en Hockenheim, que retiró de la Fórmula 1 a Didier Pironi, su compañero de equipo, si no que también como el campeonato más competido, donde hasta 11 pilotos diferentes consiguieron vencer en una carrera.
Dos meses después de la muerte del de Ferrari, en la isla de Notre Dame, en Canadá, después de que el circuito situado en tan ilustre lugar tomara el nombre del gran héroe nacional Gilles Villeneuve (antes se llamaba circuito île Notre-Dame), la F1 continuó el luto con el fallecimiento de Riccardo Paletti.
Al tomar la salida el Ferrari 126 C2 de Pironi no arranco y aunque muchos pilotos pudieron esquivarle, el Osella de Paletti, que por primera vez conseguía un puesto en la parrilla de salida, se golpeó de bruces contra la trasera del coche italiano y aunque los equipos de salvamento llegaron prestos, una chispa en el tanque de combustible de su coche provocó un incendio del cual, el bravo piloto italiano de casi 24 años (los cumplía dos días después) no pudo salir por haber perdido el conocimiento al tener el torax destrozado. Cuando después de 25 minutos entre las llamas consiguieron extraerle le llevaron al hospital de Montreal, pero ya había fallecido cuando ingresó.
Ferrari, con sus dos pilotos fuera del mundial, Villeneuve y Pironi, subió a Mario Andretti en uno de sus coches y le permitió conseguir la Pole más longeva del mundial en Monza a sus 42 primaveras. Pero la temporada empezó con las dos victorias de Alaain Prost (Renault), que a pesar de su juventud siempre pareció mucho mayor (y no solo físicamente). Después de Kyalami (Sudáfrica) y Jacarepaguá (Brasil) lleno de mucha polémica por la descalificación de Piquet (Brabham) y Rosberg (Williams) que daban el triunfo al francés llegó Lauda (McLaren) en EEUU (oeste), Pironi en San Marino, Watson (McLaren) en Bélgica.
Y los nuevos: Patresse (Brabham) en Mónaco, Tambay que sustituyó a Villeneuve en Ferrari en Mónaco, nuevamente John Watson en EEUU (este), Piquet en Canadá, Pironi en Holanda, Lauda en Gran Bretaña, Arnoux (Renault) en Francia, Tambay en Alemania, de Angelis (Lotus) en Austria, Rosberg nuevamente en Suiza, Arnoux en Italia y finalmente un jovencísimo Michele Alboreto en EEUU (Las Vegas).
Al final de la temporada, en la última carrera Didier Pironi, a pesar de haberse perdido las últimas 5 carreras solo pudo verse superado por Keke Ropsberg en 5 puntos. Sin duda, de no haber sufrido dicho accidente habría sido campeón del mundo. Un total de 11 pilotos diferentes consiguieron victoria en las 16 carreras que se disputaron la temporada de 1982. A pesar de la muerte de Villeneuve y la retirada de Pironi, la italiana Ferrari se hizo con el campeonato de fabricantes por delante de McLaren, Renault y Williams.
Ferrari 226 C2 Policar
Tras el regreso de la italiana Policar al mundo del slot, son ya unos cuantos modelos los que ha puesto en circulación y aunque ofrece coches de circuito en varias modalidades, quizás es la Fórmula 1 en la que más destaca. Así este Ferrari 126 C2 homenaje a Gilles Villeneuve es quizás uno de los más bonitos de la marca.
Y no solo por el coche en sí. Creo que el embalaje en el que se presenta es todo un acierto. Aun siendo una caja de cartón, la decoración que muestra está muy trabajada y al abrirla el coche se nos muestra con una llamativa ilustración firmada por Claudio Biacchi y una cita de Jody Scheckter sobre el piloto canadiense.
Para completar los contenidos que ofrece la caja. Una tarjeta certificativa de serie limitada a 5000 modelos “solamente” y una bolsita con múltiples repuestos, entre los que destacan una bigotera y el alerón doble trasero, que sí monta el modelo que pilota Didier Pironi con el dorsal 28, ambos en plástico de color negro. Unos repuestos que todo sea dicho ya podían venir en el mismo color cromado que los que vienen montados en la reproducción.
Pero si todo lo que rodea al coche ya es un acierto, el coche en sí raya todavía a más altura. Tanto el color cromado brillante de los alerones en contraste con el mate de los elementos del motor y el rojo Ferrari que sí es un rojo Ferrari de verdad conforman una pintura excelente, pero si además añadimos una tampografía que roza la perfección podemos ver un coche tremendamente bien realizado.
No hay un solo elemento que no esté cuidado en este Ferrari 126 C2, desde el motor simulado que es un deleite para la vista hasta el alerón trasero, que es de una finura extrema. Son muchos los detalles trabajados de este modelo
Lo mires por delante o lo mires por detrás el coche muestra belleza. Tan solo echo en falta un poco más en la zaga. Me falta por ejemplo el catadióptrico y algo de realismo en las barras de suspensión. Por lo demás es una reproducción impecable.
Las llantas son excelentes, aunque quizás algo pequeñas, algo que se compensa con el perfil de las gomas, donde el logotipo del fabricante destaca sobre el negro del neumático con avidez.
El cockpit es quizás el punto más débil de la reproducción, y no por el modelado o decoración del piloto, que ofrecen un buen nivel, si no m ás bien la parte del volante y salpicadero, que tal vez sean la parte más olvidada de la reproducción.
Dinámicamente no sé si el coche será un ganador nato (el tren delantero va en el aire…), pero ofrece soluciones bastante innovadoras para que la reproducción sea lo más fiel al original posible, es decir, la mecánica está al servicio de la reproducción y no al revés. No hay coronas, piñones, motores, etc. que formen bultos o sobresalgan de la carrocería.
La última vuelta
Policar para los italianos era más o menos lo mismo que Scalextric para los españoles. Mientras nosotros decíamos “Tengo un coche de scalextric” los italianos sustituían la marca española por la palabra “Policar” Su desaparición fue un golpe para el slot, pero hace unos pocos años regresó con fuerza para darnos grandes reproducciones de coches de Slot. Fue la alemana APS GmbH la que recogió la marca y la ha hecho como es ahora. Desde luego este Ferrari 126 C2 es una auténtica maravilla.
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