Markko Märtin y Michael Park, al volante de un Ford Focus WRC participaron en la 71ª edición del Rally de Monte Carlo que se disputó entre los días 24 y 26 de Junio de 2003. Su pelea en carrera con los españoles Carlos Sainz y Marc Martí por conseguir un puesto en el podio fue uno de los alicientes más destacables del rally.
Fue una edición plagada de grandes ilustres. Además de los franceses del chevrón, capitaneados por Loeb, Sainz y McRae, Ford se presentaba con Markko Märtin y François Duval, Subaru con Tommi Mäkinen y Peter Solberg, Peugeot con Grönholm y Burns, Hyundai con Armin Schwarz y Loix, aunque con bastantes problemas de presupuesto y Skoda, con el futuro asegurado por 3 años más en el Fabia, con su nuevo gran fichaje, Didier Auriol, al que acompañaría Toni Gardemeister durante el resto de la temporada.
La nieve no fue la gran protagonista como en ediciones anteriores, aunque la climatología determinó la elección de los neumáticos en algunos de los momentos claves de la carrera, como en la especial de 47km de «Plan de Vitrolles», donde las condiciones climatológicas (hielo y lluvia) sí influyeron en su desarrollo.
La Carrera
El inicio de la prueba pintó en oros para Markus Grönholm y Timo Rautiainen, quienes consiguieron los mejores tiempos en tres de los cinco primeros tramos, aunque los otros dos, el tercero y el quinto fueron para el francés de Citröen, Sébastien Loeb y el monegasco Daniel Elena. Peter Solberg se mantenía en la pomada consiguiendo 3 segundos puestos en dichos tramos pero McRae le pisaba los talones. Sainz tuvo problemas en el segundo tramo con el hidráulico y acabó la especial en la posición 13. Loeb se mantiene estable en la segunda posición en el sexto, mientras que Grölholm permite al francés que se acerque cuando cae a la cuarta posición en dicho tramo. El primer día termina con el Finlandés al frente de la prueba con 20,6 segundos de ventaja sobre el de Citroën, a quien persigue su compañero de equipo Colin McRae a 56 segundos. Burns es cuarto en el otro de los Peugeot 206 WRC a 37 segundos del escocés y aventaja a Sainz en casi dos segundos. A 35 segundos aparece el Ford Focus WRC del estonio Markko Märtin y su copiloto, el británico Michael Park.
La carrera ya se ha llevado por delante a varios participantes, entre los que se encuentran: Panizzi, quien tuvo que abandonar por problemas de salud. Gardemeister que dijo adiós cuando el motor de su Octavia dijo basta y Loix cuyo Hyundai Accent WR3 se salió de la pista en una curva. Pero más relevantes fueron los abandonos por accidente en el quinto tramo de ambos Subaru Imprezza WRC, el de Peter Solberg, quien luchaba por la primera plaza junto a Loeb y Gronholm y sobre todo el de Mäkinen quien perdía la oportunidad de conseguir la victoria en el Monte por quinto año consecutivo.
La segunda etapa empieza en el tramo 7, no sin ese toque algo surrealista que ocurre a veces en los rallys. Al parecer en uno de los túneles por donde debía circular el rally se produjo un accidente entre varios vehículos pertenecientes a particulares, bloqueando el paso. Razón por la cual, la organización decidió cancelar el tramo.
Gronholm y Loeb mantenían la lucha en el primer puesto, pero disputando el noveno tramo, una de las ruedas del Peugeot 206 WRC del finlandés chocó con una piedra rompiéndole la llanta y dañando la suspensión. Algo que no fue impedimento para que el de la marca del león llegara al control, pero con más de media hora de retraso sobre el francés, ganador del tramo, hundiéndole en la clasificación hasta el puesto 13 al final del rally.
En el tramo 10 Sainz confirma que viene fuerte desde detrás, al parecer los problemas en su Citroën Xsara le conceden una tregua y consigue su primer scratch en el rally. Parece que su lucha con el estonio termina, pero el de Ford corona el tramo tercero por detrás del escocés McRae, empeñado en consolidar la segunda posición en el rally. Por su parte Loeb asegura los tramos para evitar sorpresas.
En las siguientes especiales, vuelven los problemas hidráulicos para el español y Märtin, aprovecha, con su Ford Focus WRC, para acercarse al de Citroën, superarlo y alejarlo a 8 segundos al terminar el 12. La lucha entre ellos es en cada curva, Sainz en el siguiente tramo recorta 4 segundos al estonio y en el último tramo se decide todo. Loeb mantiene el liderato con cierta tranquilidad. McRae es segundo, con los ojos puestos en los tiempos que hacen Märtin y de Sainz, que vienen a 14 y 17 segundos de él.
Pero el Monte es el Monte. El tramo 14, último del rally, ofrecía una dificultad añadida, la primera parte era sobre un firme mojado, pero en la segunda parte del tramo las placas de hielo podían estampar su firma en los neumáticos de los coches, por lo que la elección de las gomas era clave. Y en eso la experiencia del español marcaba la diferencia sobre el de Ford. Sainz eligió mejor y consiguió que Citroën firmara un completo en el pódium del Rally de Monte Carlo de 2003.
Ford Focus WRC Rally de Monte Carlo 2003 Autoart
¡Cómo se echa de menos a Autoart! Las reproducciones del fabricante californiano son una delicia para todos los amantes al slot. Aun con algunas sombras, el aficionado sabía que comprar uno de sus coches de slot era un sinónimo de fidelidad con el modelo original. En el otro extremo se situaba su comportamiento dinámico, que en realidad tenía poco de comportamiento y menos de dinámico
Y aunque, en general Autoart era sinónimo de calidad, no deja de ser cierto que también mostró algunos puntos grises. Como en este Ford Focus WRC con el que Markko Märtin y Michael Park participaron en el Rally de Monte Carlo, allá por el 2003.
En general, la tampografía del coche se muestra con la misma calidad que en el resto de modelos de la marca americana, perfectamente definida y sin transparencias (hay que tener en cuenta que al ser el coche blanco tampoco se presenta oportunidad para que se muestren dichas transparencias), pero sí es cierto, que la solución para realizar los degradados del gris es algo tosca y que, en cuanto nos acercamos un poco, podemos comprobar que no es la mejor solución (quizás no haya otra y esta es la menos mala…). No nos llevemos a engaño. La tampografía es de mucha calidad, solo que hay partes mejorables.
Y salvo este punto, el resto del coche es realmente delicioso. El frontal se presenta con la agresividad del coche real, quizás Autoart se podría haber inclinado hacia la versión con farera de las etapas nocturnas, que proporciona más espectacularidad al coche. En cualquier caso la reproducción luce preciosa.
La zaga es otro de los elementos que Autoart resuelve con soltura, conformando todos los elementos en perfecta sintonía con el modelo real.
Las llantas multi-radio, en concordancia con el resto de modelos de la marca, lucen con desparpajo su belleza, dejando ver los discos de freno interiores que coronan un elemento exquisitamente detallado.
También hay otros elementos a destacar. Las rejillas de las tomas de aire sobre el capó muestran el compromiso de la marca con el modelo a reproducir. Las blancas, que a priori pueden parecer más similares a las que montaría un juguete, son perfectas reproducciones de las del Ford Focus WRC real y acabadas con gran finura, lástima que a la tercera toma, la que muestra su parrilla en negro, no le hayan añadido el marco en blanco que sí lleva a el coche pilotado por Märtin.
El modelo no puede presumir de un interior majestuosamente detallado. Aunque bien troquelado, tan solo el logo de la marca del óvalo aparece sobre el salpicadero. Los pilotos tampoco son un alarde de decoración, pero si aparecen correctos y bien perfilados. No puedo olvidar mencionar que, en la cámara situada junto a la toma de aire sobre el techo no se encuentra, aun siendo, en mi opinión, un tema menor.
La última vuelta.
Autoart apostó por una línea de producción centrada en coches de rallyes de principios de los 2000 y sinceramente, no sé si llegó a cumplir con las expectativas que esperaba, pero para mi egoísta afición fue toda una suerte, he podido disfrutar de modelos mejor terminados que los reproducidos por otros fabricantes y puedo deleitarme con ellos en mi vitrina. Este Ford Focus WRC, junto al Citroën Xsara, Mitsubishi Lancer, Peugeot 206, etc. son un buen ejemplo.
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