Alpine A310 Rally Du Var 1976

Si preguntáramos a alguien cuál es el modelo más icónico de la marca francesa Alpine, lo más probable es que nos contestara que el A110 fue el mejor coche de rallyes del fabricante francés. Y quizás no esté equivocado, pero seguro que, primero el Alpine A310 y después el A610, tendrían algo que decir.

El Alpine A310 venía a sustituir al espartano y difícil de conducir A110, cuyas ventas no estaban siendo las esperadas y lo que se planteaba era encontrar un coche con un habitáculo mucho más cómodo y un tamaño más acorde a las necesidades comprador medio, sin perder la silueta deportiva de su predecesor.

Y lo habrían conseguido de no cometer algunos errores de bulto. Primero, el peso. De un coche que apenas alcanzaba los 700 kilos se pasó a un coche de casi una tonelada, lo que obligaba a incluir un motor más potente que mantuviera el carácter deportivo del modelo. Sin embargo, los señores de Alpine decidieron montarle el rancio 4 cilindros del Renault 17TS de 125 caballos de doble carburador Weber. Había algunos A110 más potentes y con 200 kilos menos. Dicho motor se montó sobre un chasis tubular en posición trasera, anulando el maletero y por debajo de una carrocería fabricada en fibra de vidrio, diseñada por el francés Michel Beligond, donde destacaban los 6 faros delanteros que ocupaban gran parte del frontal.

El coche fue presentado en el salón de Ginebra en 1971 y su aceptación no fue la esperada, tan solo se llegaron a vender 2340 unidades del A310, también a causa del tiempo que se tardaba en el proceso de una completa fabricación artesanal. Años más tarde, cuando Alpine empezó a fabricar en Dieppe, se unió a Renault, quien fabricaba en Billancourt, fusionándose en una única compañía, la Renault Sports, dirigida en su parcela deportiva por el conocido Gerard Larrousse, quien tomó la decisión de sustituir el motor del A310 por otro V6 con muchas más prestaciones. Motor diseñado por Peugeot, Renault y Volvo denominado PRV de 2,6 litros que desarrollaba 150 CV a 6000rpm y que ya era el que montaba el R30 y que también era el que empujaba al Delorean DMC12.

Para la versión de carreras, el Alpine A310 V6 Gr5 fue modificado “ligeramente” para subirle el cubicaje a los 2.849cc, nuevo cigüeñal, pistones, árboles de levas especiales, se aumentó la relación de compresión y se sustituyeron los dos carburadores por otros Weber de corriente descendente. Todas estas modificaciones llevaban al A310 a alcanzar unos nada desdeñables 290Cv a 6.000rpm sobre una caja de 5 velocidades. El peso se fijó 1020 kg y la carrocería de la A310 V6 aun siendo similar a la versión anterior era más aerodinámica y estable al ensanchar los ejes.

El objetivo de los franceses era Introducirlo en competición para conseguir derrotar al todopoderoso Lancia Stratos que lo estaba ganado todo. Las pruebas iniciales se realizaron en circuito y sorprendió ver a este A310 moverse a tal velocidad. Guy Fréquelin y Jean Ragnotti, que llevaron el coche por la pista, eran todo sonrisas cuando se bajaron del coche.

Posteriormente, tras algunos retrasos en el programa, el coche no debutó en competición hasta el Tour de Francia en Septiembre de 1976 y fue un auténtico fiasco. Al poco de iniciarse la prueba perdieron una rueda por un perno defectuoso y el coche fue retirado.

Sin embargo, aunque lidiando con la humillación del Tour de Francia, los franceses se reivindicaron en Rallye du Var al volante de Guy Fréquelin y Jacques Delaval consiguiendo la victoria. Pero para los rallyes era un coche con demasiada velocidad punta (220Km/h) y un manejo demasiado complicado, para solucionar esta vicisitud los ingenieros revisaron las suspensiones y frenos y se redujo el peso del coche a 950kg, se reforzó el chais para aumentar la rigidez. El problema es que las ventas no acompañaban al coche y no se consiguió la homolagción para participar en el campeonato del mundo del 1977

Por ello continuó el desarrollo en los rallyes franceses con ayuda de Carlberson, que ya patrocinaba a los Alpine en Le Mans. Guy Fréquelin y Jacques Delaval consiguieron el campeonato de Francia triunfando en 10 de las pruebas francesas. En la segunda mitad del mismo año el A310 V6 fue aprobado por el Grupo 4. Hace su debut en el Rally Taurus en Hungría con resultado de abandono por problemas eléctricos, más adelante consiguió un par de victorias en Rally Cross y en la Copa de Europa, pero Renault decidió abandonar el proyecto por motivos económicos centrándose más en el grupo 5 y apoyar al nuevo Renault 5 que prometía muchas más ventas.

Alpine A310 V6 Team Slot.

Hace ya algún tiempo nuestro Team Slot nos ofertó en su línea habitual de coches de Rally el fantástico Alpine A310 V6 que andaba entre el grupo 4 o 5. La versión de Team Slot es la que corresponde al grupo 5 que participó en el Rally Du Var de 1976 donde consiguió la victoria al volante de Guy Fréquelin acompañado de su copiloto Jaques Delaval.

Y es que es un coche que llama la atención. La librea de Gitanes es una decoración que siempre queda bien a muchos de los modelos de la época, pero es que en este Alpine A310 el color azul se ha realizado con mucho mimo y es muy fiel al coche real, si añadimos una tampografía que no muestra signos de trasparencias, dientes de sierra en los contornos ni efecto “pantalón vaquero” en su definición hace que el global se vea bastante correcto.

Por ello podemos decir que el coche está bastante correcto. El molde reproduce bastante bien el modelo real, aunque quizás los pasos de rueda traseros, aun siendo muy sexys, se ven algo raros (o quizás sea cosa mía…). Pero si hay algo que achacar a este Alpine A310, o al menos en mi unidad es que las diferentes piezas que lo forman no cierran bien, es decir, puedes ver lo que hay detrás en algunas juntas.

Si rodeamos el coche y nos paramos a mirar la parte delantera podemos comprobar que la farera es muy correcta. Rabia me sigue dando que se vean tan claramente definidos y con tanta precisión los horribles vástagos que sujetan los faros. Tal vez sea hora de que Team Slot abandone el vetusto sistema de anclaje de tulipas al faro por uno más moderno tipo Fly Car Model. Sin embargo, los supletorios laterales que también lucen muy bien, y aunque también muestran esas horribles “pupilas” no se notan demasiado y la reproducción luce mejor.

Continuamos girando el coche y nos paramos en la trasera. Los faros traseros lucen muy bien, pero espectaculares lucen sus colores, tanto los faros de posición y freno, como los de marcha atrás, pero sobre todo los intermitentes, que gozan de los más correctos naranjas que puede haber y su aspecto luce genial al no notarse la pintura.

Pararse en las llantas es de obligado cumplimiento. Las Targa delanteras se ven genial, la única duda es por qué tienen ese color naranja. En las fotografías del coche real que he podido ver dichas llantas eran del mismo dorado que sí enseñan las traseras. Si estoy equivocado, por favor corregidme, pero mirando la documentación de la que dispongo lo que veo es que también eran doradas. En cualquier caso, sí debo remarcar que el efecto “aparcamiento con repetidos golpes contra el bordillo” en este caso no existe y la definición de las llantas se ve perfecta.

Este Alpine A310 tampoco destaca por una decoración interior minuciosa. Está en la línea de los modelos del fabricante español, tanto el piloto como el copiloto lucen correctos, sin alardes y el resto del habitáculo tiene ese aire espartano que no despierta admiración entre los espectadores.

Sin embargo el coche tiene algunos detalles que aunque les falta un poco si se nota que quieren dar ese salto de calidad. Es cierto que el espejo podía estar un poco mejor pintado, pero los tirantes del alerón trasero son una gozada

Dinámicamente el coche tiene cierta fama de funcionar muy correctamente y su motor de 25.000 rpm en línea en posición lineal, con opción a aw es bastante progresivo y dócil. Hay que hacerle algunas cosillas como quitarle todo el grip a los neumáticos delanteros y darle cierta basculación con cuidado de no rozar con las ruedas y el coche responde bien.

La última vuelta.

Team Slot lleva ya unos cuantos años mejorando sus coches y el camino va siendo el correcto, todavía le falta cierto esfuerzo para mejorar ciertos aspectos, pero ciertamente van mejorando los acabados y dinámica. Pero le sigue sin lucir la parte de los faros, creo que es algo fundamental con la tecnología de hoy y un poco más de empaque en la fabricación de sus piezas, que se rompen con facilidad. Siguen manteniendo ese cierto encanto que tienen desde que empezaron a fabricar, pero creo que hoy.

Una de las cosas buenas que tiene el Slot es la capacidad de unir a muchas personas de diferentes procedencias, capas sociales, ideologías e incluso de gustos futbolísticos. Es decir, puedes no conocer a la persona que tienes enfrente, y sin embargo, pasar tardes enteras hablando de cochecitos. Por eso, creo que el Slot es algo más que un hobby per se. Creo que todos los aficionados nos podemos considerar de algún modo familia. Y cuando uno de nuestros nos deja, se rompe un poco algo dentro de cada uno de nosotros. Esta semana hemos perdido a Jordi Sánchez Casas y aunque no nos conocíamos de nada, siempre da pena perder a alguien con quien a buen seguro podría pasar una tarde entera hablando de cochecitos en compañía de un buen refrigerio. Por ello quiero dedicarle esta entrada a él y a toda su familia, a la que deseo muchos ánimos. DEP.

¿Te ha gustado esta entrada?