Era 1981 cuando un desconocido Carlos Sainz disputaba la Copa Seat Panda deslumbrando a José Juan Pérez de Vargas, jefe de competición de Seat y poniéndole en la tesitura de si darle un coche oficial para el campeonato de España de Rallyes para la temporada siguiente. El madrileño llegó a la última prueba puntuable con opciones para hacerse con el título y por supuesto no defraudó. José Juan Pérez de Vargas encantado con el resultado no dudó y le propuso correr como piloto oficial en el Seat Panda Grupo 2 para la temporada de 1982. Carlos aceptó, por supuesto, y junto a Juanjo Lacalle disputaron, ayudados por Juan Ivars, responsable de Ivarte, el campeonato de España de Rallyes de 1982.
El año anterior se habían celebrado elecciones a la presidencia de la Federación Española de Automovilismo; Sandro Rocci, quien resultó elegido, prometió una cantidad ingente de rallyes puntuables por todo el territorio nacional. Rallyes puntuados en función de un coeficiente según la importancia de la prueba. 28 fueron las pruebas definidas para disputar la temporada, por supuesto era inviable para cualquier escudería participar en todas, pero se consiguió que en los rallyes con mayor coeficiente participaran los equipos más potentes (Renault, Porsche Rothmans. Opel y Peugeot-Talbot).
Sainz inició la temporada con un quinto puesto en el Rally Gaucho, y comenzó a estar en todos los corrillos de los parques cerrados. En el Rallysprint que se celebró unas semanas más tarde levantó al público dando una lección de pilotaje espectacular. Y así llegó al Rally de Talavera.
A pesar de la victoria de Beny Fernández en el rally sobre su Porsche 911 SC, fue Carlos Sainz quien levantó más comentarios, dado que con el modesto panda de 963 cc y sus 75 CV fue capaz de mantener el tipo en muchos de los tramos gracias a su valentía bajo condiciones de niebla o en las cuestas abajo, donde su motor no era tan penalizado como en las subidas.
Tal era la competitividad del madrileño que su mecánico, Santiago Carmona, tuvo que sudar la gota gorda cuando le tocaba soldar el chasis entre tramos. Lo sorprendente era que con ese coche estuvo mano a mano luchando con el Porsche 911, los Fiat 131 Abarth, varios Renault 5 Alpine, un Opel Ascona y la ingente cantidad de Seat 124 con todo tipo de preparaciones, A pesar de todo, logró un cuarto scratch y consiguió dejar atrás a su hermano, que con el Renault 5 Alpine, se le pegaba detrás como una lapa, tras esa quinta plaza.
El Rally terminó con victoria de Beny Fernández junto a Jose Luis Sala subidos al Porsche 911 SC Rothmans, seguido del resurgido Pablo de Sousa y Pedro García sobre el Fiat 131 Abarth. Detrás de Sousa, en tercera posición llegaron Borja Moratal y a su lado Lorenzo De los Ángeles a bordo de un Renault 5 Alpine, cuarto fue la pareja formada por Fernando Medina al volante y Ernesto de la Fuente en el asiento del miedo, subidos a un Opel Ascona 2000 y quintos fueron nuestros protagonistas, Carlos Saiz y Juan José Lacalle sobre el Seat Panda Grupo 2.
Sainz abandonó Seat después de dos carreras en el europeo, el rally CS y el Shalymar para fichar por Renault.
Seat Panda Grupo 2
El pequeño Seat Panda Oficial que Carlos Sainz utilizó en la temporada de 1982 era el mismo que el año anterior había estado en manos de Ricardo Muñoz “Rizos” y había sido preparado por Meycom en Madrid. No se podían hacer milagros con un coche de menos de 1000 cc pero sí se hizo un gran trabajo en el pequeño Seat Panda para mejorar todos sus aspectos con un coste más que contenido.
Partiendo del mismo Panda de la Copa, se le realizaba una preparación muy escueta, pero tocando un poco todos los puntos del coche. El motor se rectificó con nuevos segmentos, casquillos para las bielas, nuevos cojinetes para el cigüeñal, etc.
Se acortaron los balancines y se sustituyó el árbol de levas por uno específico de competición. También se rebajó el peso en todos los componentes susceptibles de hacerlo, se ensancharon los conductos de la admisión y se colocó un escape mayor. Obligatorio era sustituir el carburador por uno nuevo de más calidad que aumentaba el caudal y la respuesta hasta permitir llegar, de 60 CV a 75 CV, por lo que hubo que mejorar la refrigeración con un radiador más grande y unos manguitos más anchos para así soportar las temperaturas más altas al exprimir al motor.
Se modificó en el embrague y se trabajó sobre la caja de cambios para mejorar la respuesta. A las suspensiones delanteras se las dotó con muelles más cortos y a las ballestas traseras, las modificaron de posición para bajar el coche. Al reducir el peso del coche a 700 Kg se pudo aligerar el sistema de frenado, que aunque no permitía grandes libertades, es cierto que no sufría demasiado al no ser un coche demasiado pesado.
Seat Panda 45 Grupo 2 Rally de Talavera 1982 Scalextric
En 2005 la editorial Altaya en acuerdo con Scalextric lanzaba la colección en fascículos llamada “Scalextric Rallyes de España” entre los que se encontraba este Seat Panda Grupo 2 con el que Carlos Sainz y Juanjo Lacalle consiguieron la quinta posición en el Rally de Talavera de 1982.
La verdad es que cuando lo anunciaron no tenía demasiadas expectativas con la reproducción, pero gracias a Dios el fabricante español me propinó un buen “zasca”. Y es que el modelo de Tecnitoys fue todo un acierto. No hay cosas excesivamente graves que se le puedan echar en cara a nuestro pequeño protagonista y en mi opinión es uno de los modelos más queridos por los aficionados a la marca, con cierta edad, por supuesto.
Y al ser un coche de una colección por fascículos, no nos engañemos, todos sabíamos que la calidad de los acabados de los coches perteneciá en la gran mayoría de las ocasiones a la cara B del fabricante , sin embargo este Seat Panda tiene la virtud de ser una reproducción muy bien terminada con pintura y tampografía muy bien definidas. Y además he tenido suerte, porque el blanco del coche permanece inalterado, después de que hayan pasado algo más de 16 años. (Cada vez veo más coches de muchas marcas con unos colores amarillentos bastante preocupantes. Habrá que hacerse cliente del agua oxigenada a granel…).
Mirando el frontal se puede apreciar cómo el lugar que ocupa la matrícula en el coche de Martorell aparecía un logo de Seat en grande y la matrícula estaba situada justo debajo. No es un error grave, pero es algo que se pudo solucionar fácilmente si se hubiera estudiado bien el modelo real. Por lo demás el detalle es muy correcto y llamativo. La coloración naranja de los intermitentes es todo un acierto.
Si miramos la trasera solo podemos objetar que se podía haber tampografiado la matrícula un poco más grande, acorde con la del modelo real. Dejarla en el tamaño que tiene el coche hace que el resto de decoración de la zaga se aprecie algo desproporcionada, máxime teniendo el espacio en el molde para haberla hecho más grande.
Las llantas, reproducción de las Targa, parecen un poco más grandes de lo debido, pero no desentonan en nada con la decoración. El acabado es correcto, sin llegar a brillar, pero suficiente para ensalzar la belleza del coche.
Un punto a ensalzar, son los finos y elegantes marcos de las ventanas, aunque esconden un interior bastante pobre, muy de Scalextric, los pilotos disfrutan de muy “grandes pensamientos” que sí desentonan un poco y que nada tienen que ver con Sainz y Juanjo Lacalle, y no por sus facciones, más bien porque no hubiera costado mucho ponerles unos cascos y monos más realistas.
Dinámicamente el coche es el típico de la marca de la época. Con el motor RX41 con tracción trasera en una relación de 9:27, conducir el coche por la pista era muy divertido, sobretodo teniendo en cuenta que para las dimensiones y mecánica que montaba era muy sorprendente ver que, con poco que le hicieras, se movía muy dignamente por la pista. Era un coche ideal para hacer un campeonato de rally Slot monomarca.
La última vuelta
En una época en la que Tecnitoys estaba en plena transformación tras la llegada de la nueva dirección de la compañía acertaron plenamente con esta colección donde había modelos muy interesantes como este Seat Panda Grupo 2, el cual, además de bonito y entrañable es un modelo para jugar bastante divertido.
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