Sébastien Loeb y Daniel Elena consiguieron la victoria en la 72 edición del Rally de Monte Carlo de 2004, primera prueba del mundial, al volante de un Citroën Xsara WRC con mano firme mostrando su candidatura para hacerse con el título. El resto de pilotos y coches solo pudieron ver cómo se alejaba.
Una edición del rally marcada por varias ausencias, como la de Tommy Makinen, retirado, Colin McRae que no consiguió equipo o Richard Burns, recuperándose de un tumor cerebral, sumemos además las bajas de Hyundai y Skoda y los cambios en la normativa con dos días de entrenamiento para una prueba de tres días en las que las notas aportadas por los ouvriers desaparecían y todo se hacía más difícil.
José Culubret y Jaime Vicern fueron los ovevriers (abrepistas) durante quince años realizando un trabajo impecable casi sin errores, siendo además personas muy queridas por todos los equipos. Se encargaban de revisar y tomar notas sobre las carreteras antes del comienzo de los tramos y pasaban la información de su estado (acumulaciones de nieve, hielo, arena, etc…) a los equipos.
La primera etapa comienza con el nuevo Peugeot 307 WRC de Marcus Gronholm y Timo Rautianen presentando batalla, pero enseguida Loeb toma la delantera y lidera la prueba. El estonio Marko Martin junto a Michael Park con su Ford Focus WRC mantienen el tipo por detrás del finlandés, pero al final de la prueba consiguen rebasarle y ponerse por delante con 4 décimas de ventaja. Carlos Sainz junto con Marc Martí, con el otro Citroën Xsara WRC se colocan cuartos a 46 segundos del líder después de superar varios problemas, entre ellos la anulación del primer tramo por un exceso de afluencia de público. Al terminar la etapa Loeb y Elena lideran con más de 18 segundos de ventaja sobre sus perseguidores.
La segunda etapa comienza con el Citroën Xsara WRC de Loeb y Elena mostrándose intratable, su ventaja no deja de aumentar, mientras que la lucha se centra en los siguientes puestos. Marko Martin se las tiene con François Duval y Stéphane Prévot en el otro Ford Focus WRC que viene remontando y pierde la segunda posición terminando la etapa en tercer lugar a 1:41 de Loeb y a 13 segundos del belga. Gronholm va perdiendo tiempo quedándose a 1:57 del líder y a 16 segundos del estonio. En el tramo 9 Sainz se encontró con una placa de nieve negra fundiéndose y sus neumáticos de seco deslizaron provocando una salida de pista que rompe una rueda que le obliga a retirarse. Gronholm sufrió la misma salida que el español en el mismo punto, aunque el finlandés pudo volver a la carretera. Por el mismo motivo, abandonó el otro piloto español en liza, el catalán Xevi Pons, quien con su Fiat Punto se salió al pisar una placa de hielo y chocó contra un árbol. Posiblemente si los ouvriers hubieran pasado por allí lo habrían anotado, aunque el piloto español de Citroën opinaba respecto al asunto.
“En Montecarlo es imposible correr sin ellos, pero seguro que los echaremos de menos en el resto de rallys. Ellos bastante hacen con apuntar todo lo que apuntan, y es muy difícil que no se les escape algo. La culpa es mía, que me he salido, pero las carreras son así. Lo importante no es como se empieza, sino cómo se acaba, aunque este año es peligroso dejar de puntuar, y los abandonos se pagan más caros.”
La última etapa ya sin Sainz en carrera sigue siendo un entrenamiento para Loeb y Elena en su Citroën Xsara WRC, quienes con mano de hierro dominan la prueba dedicándose a dosificar su ventaja para alcanzar el triunfo en la línea de meta. La pelea se sitúa en la segunda y tercera posición. Marko Martin consigue el Scratch en el tramo 12 y le recorta al belga más de 9 segundos, en el 13 Solberg consigue el mejor tiempo seguido de Duval quien vuelve a aventajar a Martin en 3 segundos, pero no es hasta el tramo 14 (a falta de dos para el final) cuando marco Martin consigue un nuevo scratch y supera a François Duval aventajándole en 2 segundos exactos. En el último tramo el belga pierde 5 segundos más y tiene que conformarse con el último puesto del cajón. Gronholm acaba el rally en la cuarta plaza a 7 segundos del último de los Ford. Loeb y Elena con su Citroën Xsara WRC consiguen el triunfo por delante de Martin y Park con 1 minuto y 12 segundos de ventaja sobre el estonio.
Citroën Xsara WRC Rally Monte Carlo 2004 Autoart
Antes de que Autoart abandonara la escala de 1:32, escala por l que niunca tuvo gran predilección nos dejó joyas como este Citroën Xsara WRC que para nuestra desgracia, o al menos, la de algunos de nosotros, reprodujo eligiendo como piloto a Sébastien Loeb en la versión del Rally de Monte Carlo de 2004 y no a Sainz, como nos hubiera encantado, aún teniendo las versiones que Scalextric reprodujo, pero no es lo mismo…
El coche es una auténtica delicia en todos sus aspectos. Cotas, perfil, tampografía, detalles. Es un cúmulo de aciertos. Uno detrás de otro. Es tal vez, una de las mejores reproducciones en slot de un coche de plástico.
Pero no todo podía ser perfecto. Una lástima. Si miramos la zaga de la reproducción y la comparamos con la del coche real podemos ver que hay dos errores, uno de ellos muy grave: Falta una calca en el lado izquierdo, bajo el logo de Citroën y sobre todo el error en la matrícula. Sería bueno que alguna vez a los documentalistas les diera por investigar un poco sobre los coches. Hay fotos y vídeos en los que se puede distinguir claramente la matrícula del coche que NO es “27 DDM 92”, si no “20 DDM 92”. A muchos nos gusta coleccionar un poquito de historia del automovilismo y estas cosas nos fastidian realmente. Que falte una calca es perdonable, que se la inventen no.
Por consiguiente, en el frontal ocurre el mismo error. La matrícula, aunque mantiene la coherencia en el error no se corresponde con el modelo real. Una verdadera lástima, porque el coche ciertamente es una delicia. El cromado del embellecedor de la parrilla, los dos chevrones de Citroën en relieve (Recordemos que los chevrones corresponden a un tipo de engranaje industrial que André Citroën descubrió en un viaje a Polonia y compró la patente al polaco inventor del engranaje construido en madera y lo fabricó posteriormente en acero.)
Si nos paramos en el capó podemos ver todos los detalles que ofrece, desde unas tomas de aire con unas rejillas sobresalientes, los cierres, etcétera, que lustran la reproducción de manera impecable.
Las llantas OZ multirrradio esconden el disco de freno y ambos rinden de maravilla. Elemento a destacar la tampografía sobre la llanta. Por poner un pero, los tornillos en el modelo real también iban en negro. Algo que alguien con buen pulso, (no yo, desde luego) puede arreglar fácilmente.
Los diferentes elementos sobre el techo (toma de aire, antenas, etc… son excelsos, es que mires por donde mires el coche es excepcional.
Si accedemos al interior podemos ver que también se ha cuidado bastante su decoración, quizás el salpicadero mereciera algo de tampografía, al igual que las notas de Daniel Elena, pero solo con ver los monos decorados nos quedamos muy contentos.
La última vuelta
Rozando el 10 se ha quedado este Citroën Xsara de Autoart, que raya a gran altura, pero que algo tan básico como no documentarse correctamente no debería ser permitido en una compañía del nivel de Autoart. Creo que estas cosas llevan a faltar a la historia de este deporte y no le hace ningún bien.
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