Echando la vista atrás encontramos modelos de slot que bien merecen una pequeña entrada en este, mi blog para rendirles un pequeño homenaje tanto al fabricante como al modelo en cuestión, el Opel Ascona 400 al volante de los alemanes Jochi Kleint y Gunter Wanger quienes, después de conseguir el campeonato de Europa de Rallys de 1979, consiguieron una meritoria tercera plaza en la edición número 49 del Rally de Montecarlo en 1981.
El Opel Ascona 400 con denominación B fue presentado en el salón de Frankfurt allá por 1975 siendo posteriormente comercializado en versiones únicamente sedan de 2 y 4 puertas. Para circular por la carretera, los de Rüsselsheim, le obsequiaron con el motor de 1.8 litros típico de la marca que en 1978 se sustituyó por un motor de 2 litros que aumentaba la potencia a 100CV, igualmente, este Ascona se comercializó en una versión Diesel con motor atmosférico, también de 2 litros, que potenciaba el coche hasta 58 CV, pero no es hasta 1979 cuando la denominación 400 (debida al número de coches de calle necesarios para homologarlo para la competición de rallyes) aparece junto al nombre del modelo en la trasera del coche. La culpa, 2.420cc con 16 válvulas y 144CV, para la versión de calle.
El modelo presentado en Frankfurt en 1979 y fabricado en la planta de Amberes para englobarse dentro del grupo 4 de rallyes era sensiblemente más potente. Cosworth fabricó un motor para los alemanes que elevaba la potencia hasta los 340CV partiendo de una base de 230CV, ya que, aunque lo habitual era utilizar el motor del modelo de competición anterior, en este caso el del Opel Kadett GT/E, la falta de potencia era evidente para competir con los otros coches del grupo 4. Con un chasis sin grandes innovaciones y tracción trasera, los cambios en la carrocería vinieron de la mano de Irmscher. Al fin, la marca con sede en Rüsselsheim y capital de GM tenía sustituto para su ya vetusto Kadett GT/E del grupo 1-2 para poner a los alemanes en el escaparate internacional más alto compitiendo contra los Ford Escort RS1800 y el Fiat 131.
Ya, en 1980, la FISA había aprobado el cambio total de reglamento que apartaba a los grupos 4 de la competición y los convertía en el famoso Grupo B, posteriormente, cuando el Ascona se presumía como un candidato a liderar los rallys en los siguientes años Audi mostró su tracción total Quattro convirtiéndose en el rival a batir por nuestros protagonistas. Al año siguiente, en 1982, año en el que cambia la reglamentación, el Opel Ascona 400 es transferido al grupo B y el fabricante incluye mejoras en el coche para mantener la competitividad, sobre todo a nivel carrocería, donde Irmscher es muy relevante. Al mismo tiempo, los de Rüsselsheim ya están desarrollando en la fábrica alemana el nuevo Manta 400 que se convertiría en el sustituto de nuestro protagonista.
El Ascona permitió que los incombustibles Walter Röhrl y Christian Geistdörfer consiguieran el campeonato del mundo de pilotos en 1982. Aunque nunca pudo conseguir el campeonato de constructores sí logró ser el último coche con tracción trasera en dar un título mundial de pilotos de rally. Esta versión de competición del Ascona contaba con un motor 2.4 de cuatro cilindros y doble árbol de levas que elevaba la versión de calle hasta los 250 caballos, lo que le permitía alcanzar los 225 km/h de velocidad máxima. Aún consiguiendo victorias como el Safari del 83 al volante de Vatanen y siendo el coche más prolífico de la marca alemana en cuanto a victorias se refiere, después de esta prueba, Opel, debido a la nueva reglamentación de los Grupo B, se vio obligado a abandonar el Ascona y presentar en competición a su nuevo modelo: el Opel Manta 400
Rally de Monte Carlo 1981
La 49 edición del Rally de Monte Carlo se disputó durante los días del 24-30 de enero de 1981. Audi era el gran favorito en marcas y tanto Hannu Mikkola y Arne Hertz como Michelle Mouton junto a Annie Arrii eran los grandes favoritos para hacerse con la victoria final, pero un accidente privó al finlandés de la oportunidad de conseguirla y arena en el depósito de combustible del Quattro de la gran corredora francesa hizo lo propio con sus aspiraciones obligándola al abandono.
Jean Luc Therier con la ayuda de Michel Vial se convertía con su Porsche 911SC en el gran dominador del rally, pero una actuación lamentable y completamente fuera de lugar de unos espectadores impresentables, quienes arrojaron nieve y arena a la carretera, cuando el piso estaba completamente seco provocó que los slicks del coche del bravo piloto francés perdieran adherencia y le dejaran fuera de la carrera por un accidente que gracias a Dios no tuvo consecuencias para la integridad física de los pilotos.
Otro de los favoritos, Toivonen al volante de su Talbot Sunbean Lotus, durante un cambio de rueda por un pinchazo, vio como su coche caía a plomo porque los espectadores que actuaban como gato hidráulico perdían la sujeción del coche dejándolo en el suelo, lo que le hizo perder un tiempo muy valioso hasta que logró cambiar esa rueda y comprobar que no se había roto nada más. Mientras tanto, un tapado Ragnotti, junto a Jean Marc Andrié, situaban a su Renault 5 Turbo en la primera plaza del rally, lugar que ya no abandonarían hasta el final.
Lo mismo ocurrió con los dos coches del equipo Opel, los Ascona pilotados por los alemanes Jochi Kleint y Gunter Wanger y los suecos Anders Küllang y Bruno Berglund, quienes se aferraban a la tercera y cuarta plaza respectivamente manteniendo una lucha muy disputada entre ambos que terminó en favor de los alemanes. Segundo, tras la línea de meta, fue el otro Sunbean Lotus, el pilotado por los franceses Guy Fréquelin y Jean Todt. Y ya, por detrás, llegaban otros ilustres de la carrera, Henri Toivonen con Gred Gallagher y el segundo de los Talbot Sunbean Lotus, el incombustible Bernard Darniche y Alain Mahé con su eterno Lancia Stratos HF, Markku Alén e Ilkka Kivimäki en séptima posición y octavos los suecos Björn Waldegård y Hans Thorszelius.
Opel Ascona 400 Revell.
La desaparecida para el slot
Revell lanzó al mercado dos referencias del Opel Ascona B 400, una la 08330 del Rally de Monte Carlo de 1981 pilotado por Jochi Kleint y Gunter Wanger y otra, la 08331 del Rally de Monte Carlo de 1982 pilotado por Walter Rohrl y Christian Geistdörfer, siendo dos piezas de coleccionista bastante deseadas por los aficionados al slot y sinceramente entiendo los motivos.
Ambas reproducciones rayan a gran altura, siendo, en mi opinión algo superior, que no más atractiva, la que se reproduce con los colores del equipo oficial Opel. Lástima de esos “Racing” en el modelo con decoración Rothmans, que, por ser suaves, baste decir que solo afean bastante la librea. Y es que el fabricante americano muestra su gran gusto por las maquetas, por lo que es bastante difícil decepcionar con estos coches.
Realmente Revell ha hecho un gran trabajo con casi todos los modelos que ha reproducido en Slot. Los Ascona, los Trabant, el maravilloso
Audi Quattro S1 Sport y otros forman parte de las vitrinas de muchos coleccionistas debido, no solo a los modelos reproducidos, si no que a los acabados de dichos modelos son de factura notable.
Observar la línea de este modelo sirve para comprobar que se ha dotado de mucho cariño a todas las partes del coche, con una tampografía perfectamente definida, sin transparecias, sin cortes y sin esos odiosos puntitos y dientes de sierra, lo que hace que acercarte al coche y comprobar que toda la tampografía está perfectamente en su sitio es toda una delicia.
El frontal muestra fidedignamente todos los detalles del coche real, incluso los limpias de los faros (aunque estos tengo bastantes dudas de que el coche real los llevara en carrera, al menos no los llevaba cuando no nevaba o de día).
La zaga también muestra sus virtudes, aunque es una lástima que se vean los puntos de los vástagos que acoplan los faros a la carrocería, pero incluso así el detalle de la luz de la matrícula sobre el parachoques, así como el detalle del silenciador del escape acentúan su belleza.
Las llantas están maravillosamente reproducidas y muestran unos acabados increíbles, lo que demuestra que en esta reproducción las cosas se han hecho muy bien, pero ahí no acaba la cosa, el detalle de los tiradores de las puertas, como el negro de los marcos de las ventanas son dignos de agradecer.
Los cierres del capó están tampografiados, y no tienen el relieve al que estamos acostumbrados en otras reproducciones, pero aún así se ven muy bien, sin embargo los eyectores de agua para el limpia si tienen relieve y están decorados y, la verdad, son un detalle que ensalzan la librea de manera más que acertada.
El interior del coche también está muy bien reproducido, los pilotos visten los monos de la marca alemana y los cinturones están decorados.
Dinámicamente el coche es como todos los Revell, inconducible sin imán y triste con él. Nunca Revell se ha revelado como un fabricante cuyos modelos desgasten el plástico de las pistas de slot.
La última vuelta.
De vez en cuando gusta recordar lo que ciertas marcas han supuesto para el mundo del slot. Revell es una marca que claramente apostó por su ADN y se dedicó a construir maquetas con mecánica de slot. Y creo que fue una decisión muy acertada. Al enterarme de que abandonaba el hobby para dedicarse más a construir otro tipo de maquetas, fue doloroso, pero aún así nos quedan los coches que fabricó en su momento y que decoran nuestras vitrinas con un lustre muy bien llevado.
Aprovechar la Ocasión para desearos una Feliz Navidad y un mejor 2021 (mejor que este no será muy difícil…).
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