La nueva referencia de Original Slot Cars rinde homenaje al segundo de los grandes dominadores del Grupo B de rallys. El Peugeot 205 T16 EVO II de 1986, concretamente al que consiguió la victoria en el nefasto Tour de Corse de ese año.
Era la primera victoria en el mundial del francés Bruno Saby, en compañía de su compatriota Jean Francois Fauchille, pero no fue una victoria muy celebrada. Tuvo un sabor más agri que dulce debido al trágico accidente que segó las vidas tanto del finlandés Henri Toivonen como su copiloto, el neoyorquino Sergio Cresto, quienes se salieron de la carretera y en una fuerte explosión murieron calcinados bajo los hierros del Lancia Delta S4 que pilotaban mientras lideraban de forma rotunda el rally.
No hay que quitar méritos a la victoria de Saby y Fauchille, quienes tras llegar un minuto después al lugar del accidente y comprobar impotentes que no podían hacer nada para poder ayudar a sus compañeros, tuvieron la sangre fría de tomar la salida en jornadas posteriores, cuando se reanudó el rally y vencer en la carrera, aunque Lancia retirara el resto de sus coches oficiales de la competición.
A más de uno le gustaría saber qué pasaba por las cabezas de los demás pilotos después de ver ciertas cosas. Máxime cuando pilotos y jefes de equipo ya se habían quejado a la FISA de la dificultad del trazado, pero Jean-Marie Balestre, presidente en ese momento tanto de la FISA como de la FIA, no había hecho oídos a tales quejas. De hecho, se dice que el propio Toivonen declaró antes de salir en el tramo fatal que el rally era una locura y que menos mal que la victoria estaba próxima.
Para desgracia de muchos aficionados, este rally marcó un antes y un después en el devenir de la competición, ya que propició el fin del grupo B de rallys. Fue la gota que colmó el vaso. Parece ser que nuestra condición humana no nos hace aprender hasta que ocurren las desgracias, y ciertamente el hombre tropieza varias veces en las mismas piedras. La muerte el año anterior de Attilio Bettega en el mismo rally, también con un Lancia, esta vez un 037, fue el primer aviso. En el rally de Argentina ya en el 86, Vatanen vio a la virgen cuando tan solo una fractura abierta en su pierna izquierda fue el premio que consiguió al perder el control de su 205 T16 en un brutal accidente mientras lideraba la prueba. En el Rally de Portugal, también en el 86 el RS 200 del portugués Joaquim Santos se llevó por delante a unos 30 espectadores de los que tres fallecieron a causa del mismo y por último la muerte de Toivonen y Cresto ya descrita.
En cualquier caso, no solo murieron pilotos y espectadores en la época del grupo B. El novedoso grupo A implantado desde el 87 se llevó la vida del compañero y copiloto de Jean Marchini, el también francés Jean Michel Argenti, tras arrollar a 6 espectadores y caer por un barranco de 50 metros al volante de su Peugeot 205 GTI. San Remo, dos años después del fin del grupo B, se cobró la vida de Jean Marc Dubois y Robert Moynier al volante de un Citroën AX Sport. En el Montecarlo del 89 Lars Erik Thorp y Bertil-Rune Rehnfeldt fallecieron al ser arrollados por el Lancia Delta Integrale de Alex Florio a más de 140 km/h., etc…
El grupo B siempre estará estigmatizado por su peligrosidad, pero gran parte de culpa es porque la relevancia de sus accidentes siempre estaba marcada por la celebridad de sus integrantes. El “seguro” y sustituto grupo A también estuvo envuelto en desgracias, pero el golpe de estas afectó más a pilotos y copilotos de menor nivel y cobraron, por tanto menos notoriedad.
OSC se está haciendo un hueco en el mercado gracias a la calidad de sus productos, tanto estética como dinámicamente y al tiempo que dedican al marketing de sus productos, sobre todo a través de las redes sociales, donde sus responsables han visto un hueco que otras marcas no ocupan. Habitualmente impregnan la web de fotos, vídeos y noticias que generan el llamado “hype” (antes conocido como expectación) en sus consumidores. La verdad es que visitar su página de facebook es una delicia. He de confirmar que disfruto, sobre todo, de los vídeos que muestran los procesos de fabricación de sus productos y de las imágenes de sus diseños comentadas con textos llenos de contenido. Tal vez, extrañe una sección más dedicada a las inquietudes de sus clientes.
Y muestra de este buen hacer es la segunda referencia de la marca, la evolución del primer 205 T16, del que ya dimos constancia en una entrada anterior. No solo han mejorado la reproducción con nuevos detalles, es que el coche rezuma el cariño con el que esta empresa, que propone como un valor fabricar en España, dedica a su producción.
La presentación, como en el anterior modelo es impecable. Cuando abres la caja o haces el “unboxing”, palabrita tan de moda ahora, encuentras un cartón bien trabajado con la numeración de la unidad que acompaña al modelo y puedes comprobar que puedes montar la antena del coche a tu elección, que por cierto, figura por duplicado en una bolsita anexa. Además se ha añadido un motor de repuesto, detalle que es de agradecer.
Aunque las mentes más calenturientas puedan pensar que un motor más es síntoma de que el motor que lleva de serie no sea bueno, la realidad es que, aunque según quien opine habrá coches mejores o peores, este 205 es un tiro en pista que perdona muchos errores de pilotaje y que hace que disfrutes jugando con él como pocos.
Tal y como ya comenté en la anterior entrada que dediqué al modelo EVO I el coche está lleno de detalles que lo convierten en un imprescindible en cualquier colección de rallys. Y aunque ambos compartan gran parte del molde, cada uno tiene su propia personalidad.
Para demostrarlo solo hay que detenerse a observar el alerón trasero del EVO II y el frontal, muy dignificado en la última versión. Amén de la tampografía, la cual ha mejorado en esta evolución y nos da detalles hasta ahora no vistos en nuestro mundillo.
Una vez más el resto de elementos rondan el sobresaliente de las exigencias que un aficionado al slot puede tener. Llantas, tomas de aire, marcos, motor simulado, etc… conforman un gran trabajo solo visto en aquellos coches de slot que casualmente muestran un pobre rendimiento al situarlos sobre las pistas.
Si hay algo que queramos señalar con el dedo, al igual que a su hermano mayor son los faros, pero sin duda nos tildarán de acusicas, ya que el error es tan nimio que no ofrece mayor interés.
La última vuelta.
Efectivamente, el ávido lector se habrá percatado de que Original Slot Cars ha conseguido engatusarme con la calidad de sus productos y su buen marketing, pero es que cumple con creces todas las demandas de lo que, entiendo, ha de ser un coche de slot. Modelo atractivo, bien reproducido, con un gran número de detalles y rápido y divertido en pista.
Esperemos que no se malogren como han hecho otras marcas con demasiados refritos o demasiadas series limitadas sin justificación. Quedo ansioso a recibir noticias acerca de que un nuevo modelo de OSC se ha puesto a la venta.
Dedico esta entrada a mi querida esposa sin la cual no podría haber adquirido esta pequeña maravilla.
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