Era 1988 cuando Didier Auriol se ponía al volante de un Ford Sierra Cosworth y conseguía su primera victoria en el mundial de Rallyes en su país, en el 32 Tour de Corse.
Pero quién hubiera imaginado que un joven que se dedicaba a conducir ambulancias por su Montpellier natal para ganarse la vida iba a convertirse en el primer francés campeón del mundo de Rallyes a los mandos de un Toyota Celica GT-Four ST185 en 1994 por delante de los ya laureados Carlos Sainz o Juha Kankunnen. Habría que haber preguntado a alguno de los pacientes que tuvieron el honor de montar con él en la ambulancia si tomaba las curvas como lo hacía en el Tour de Corse, o lo que es más importante, si había alguien que se las cantaba para poder negociarlas.
Y es que hasta seis veces consiguió vencer en el rally de su país igualando así el record que ya tenía su compatriota Bernard Darniche. En 2003 se retira como piloto, aunque en 2008 con 50 años vuele a los tramos para correr algunas pruebas del IRC a los mandos de un Fiat Grande Punto.
Si convencidos estábamos todos de que las calidades de los coches de Altaya dejaban mucho que desear, una vez más tenemos que volver atrás y rectificar, ya que este Ford Sierra de la colección Campeones de Rally de Altaya es alarde de un trabajo bien hecho.
He arañado sobre el coche en busca de algo que se le pueda criticar de manera abierta y no exagerada, y muy pocos son los puntos que se prestan a hacerlo.
Y es que el aspecto general que presenta el coche es digno de elogio, la tampografía está perfectamente definida, y los acabados no se quedan atrás. Si a esto le añadimos la capa de barniz que proporciona un brillo muy luminoso al coche nos recuerda bastante al Sierra que ya comercializó en tiendas Scalextric.
Rebuscando y rebuscando no encuentro deficiencias, el logo de Ford, como el logo trasero Sierra son claros ejemplos del buen gusto con el que se ha decorado este coche.
Empiezo a desesperarme, un tecnitoys al que no se puede criticar… y más si es de Altaya. Y es que salvo algún punto de las llantas el resto del coche es sencillamente bonito. Tanto las ópticas delanteras o traseras tienen unos acabados realmente notables.
Como siempre, la mirada hacia el interior nos descubre un interior espartanamente característico, aunque esta vez los pilotos son algo más coloristas de lo habitual en la marca. Baste fijarse en el detallado bloc de notas del copiloto y constatar la diferencia con otros modelos.
La Última vuelta.
Una de cal y otra de arena. Y es que si el otro día analizábamos un Lancia Delta Integrale de la misma colección cuyas deficiencias eran patentes hoy no podemos dejar de ensalzar las virtudes de este Ford Sierra Cosworth que es un compendio de buenas virtudes.
¿Por qué una misma marca y en una misma colección nos brinda con sus mejores vinos y sus peores vinagres? Habría que preguntarle a Tecnitoys cuándo va a abandonar la serie negra de sus acabados y dedicarse definitivamente a realizar coches como este Ford Sierra, el cual aborda la última vuelta ensalzando todas sus virtudes y llegando a la meta en posiciones de auténtico privilegio
Estimados,
Muy bueno tu sitio, lo descurbo hoy, vi las notas del Lancia Delta y del Sierra. Felicitaciones.
Te invito a pasar por el mio. Es muy nuevo peo ira reciendo.
Abrazo desde Argentina.
Saludos,