En el año del dominio aplastante de Renault en el mundo de los rallyes con su magnífica máquina, el Renault Alpine A110, este BMW 2002 perteneciente al pilotado por los alemanes occidentales Wolfgang.Stiller y Axel Wagener participó en el Rally de Montecarlo de 1973 sin demasiada suerte, consumando una retirada prematura por ir por una ruta bloqueada, al igual que le ocurrió a los españoles Salvador Serviá y su compañera Montserrat Imbers en un Seat 127.
Y aunque los protagonistas de dicho rally fueron, como digo, los Alpine A110 1800 de Jean-Claude Andruet y ‘Biche’, el de Ove Andersson y Jean Todt y el de Jean-Pierre Nicolas y Michel Vial, que ocuparon las tres primeras plazas y los de Jean-Luc Thérier y Marcel Callewaert y Jean-François Piot y Jean-Louis Marnat, que ocuparon el quinto y sexto lugar y tan solo Mikkola y Jim Porter pudieron colarse con su Escort RS1600 en la cuarta posición, Spirit nos complace con una de las decoraciones más bellas que un coche puede tener, que es la de la marca licorera Jagermeister.
Desconozco si el licor es bueno o no, si después de tomarte dos crees que todas las cosas del mundo son bellas o si decorar los coches con una marca que vende alcohol, como es esta, es desconocida dentro del mundo de la judicatura, pero lo que sí sé es que a la hora de decorar los coches con esta marca de licor, ningún fabricante le pone reparos en utilizar sus logos para decorar los coches. Así, puedes encontrar coches con esta decoración tanto en Slot.it, como en Team Slot, Fly, Revell, Scalextric, MRRC o en Ninco. Esperamos que la máquina judicial se ponga en marcha y pongan entre rejas a estos viles trasgresores de la ley, que con sus propuestas contaminan el correcto desarrollo del infante e incrementan hasta límites insospechados el consumo de tales demoníacos caldos.
Fuera de bromas, si nos centramos en el coche comprobaremos que quizás sea una de las mejores reproducciones de la marca madrileña Spirit. Su nivel de tampografía y detalle es excepcional, aunque podemos encontrar algún error que otro en según qué detalles miremos.
Da gusto comprobar que las cosas se hacen bien, al observar las ópticas comprobamos que todo el conjunto es una delicia y si a eso le añadimos que la calidad del cromado supera con creces la mínima exigible la satisfacción es aún mayor. Un premio que nos da el fabricante es poder tener en nuestro coche, aunque recogidas, las faldillas tanto delanteras como traseras.
El interior es otro de los puntos fuertes de esta reproducción, correctamente decorado, nos hace meternos en la cabina y poder comprobar, sin tener que inventárnoslo, la cantidad de funcionalidades que estos coches ofrecían a sus pilotos, los cuales, todo sea dicho, están bastante bien reproducidos para lo que nos tiene acostumbrados la marca últimamente.
Más detalles que podemos ver en el coche son las manetas de las puertas, la tapa del depósito, el retrovisor o los estupendos limpiaparabrisas que realzan las virtudes de la reproducción.
Las llantas son un punto a mejorar en este coche, ya que aunque la cantidad de detalle que muestran es correcto, la calidad del mismo es claramente mejorable.
Como ocurre en los últimos tiempos de la marca madrileña, la mejora de calidades estéticas ha influido negativamente en la mecánica que presentaban todos los coches de la marca. Y aunque sin imán el coche sea conducible, está muy lejos de aquellos 205, R5 Turbo o Dallara que eran referente de Spirit en aspectos dinámicos.
La última vuelta.
Que la decoración Jagermeister es una de las más solicitadas por los aficionados es algo de todos conocido, que el BMW 2002 de Spirit es una reproducción espectacular también es de sobra sabido y que la combinación de ambos auguraba un éxito estético estaba fuera de toda duda. Por lo que encontrarnos con él ha sido una gran satisfacción.
Por tanto este BMW no puede dejar de entrar en la última vuelta y vencer la carrera con amplio margen sobre el segundo clasificado.
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