Carlos Sainz y Luis Moya participaron en el Rally de Monte Carlo de 1995 al volante del Subaru Impreza 555 obteniendo un triunfo incontestable al final de la prueba. Prueba que se celebró del 22 al 26 de Enero de 1995 sobre un firme de asfalto, hielo y nieve que recorría 546.80 km cronometrados de una distancia total, incluyendo tramos de enlace, de 2607.00 km
Subaru y sobre todo David Richards, manager del equipo japonés, se habían encargado de que la temporada de 1995 comenzara bajo la sospecha del poco apoyo que recibía Sainz del equipo por los hechos acontecidos en el RAC, último rally de la temporada anterior, donde el británico tomó la decisión de no parar a McRae cuando iba líder e impedir así que Carlos Sainz consiguiera su tercer campeonato del mundo. La terrible decisión provocó que el español saliera a los tramos descentrado y nervioso y tuvo una salida que le obligó a abandonar. Desde la cuneta, Sainz pudo ver junto a su Subaru Impreza 555 cómo el Toyota de Auriol le rebasaba y se convertía en campeón del mundo. Después de tantos años transcurridos y varios documentales, se ha tratado de limpiar la imagen de este sujeto, pero en mi opinión no ha dejado de ser un jefe de equipo lamentable, como quedó demostrado al final de la temporada 1995 en el rally de Cataluña y posteriormente, otra vez en el RAC.
El caso es que, tras el cambio de normativa implantado por la FIA para 1995, Ford dejó de participar como equipo oficial, transfiriendo toda su estructura al equipo americano R.A.S. Motosport para que participara con sus coches. Toyota fue el equipo quizás, más perjudicado. La reducción de potencia obligatoria para los motores junto con el peso del GT4 eran una mala combinación para los japoneses. Para colmo, al final de la temporada se descubrió una irregularidad en el turbo de los Toyota que tuvo como consecuencia la descalificación y retirada de todos los puntos, tanto de constructores como de pilotos y prohibición de participar en el campeonato en los dos siguientes años.
Mitsubishi participó en el Monte Carlo con la evolución II de su Lancer, el cual sería sustituido en el siguiente rally, el de Suecia por la Evo 3. Por todo ello, Subaru partía nuevamente como favorito, y así se demostró durante toda la temporada con una victoria en el campeonato de constructores sobre Mitsubishi de 47 puntos de ventaja y con la pelea por el título entre sus pilotos, Carlos Sainz y Colin McRae sobre el Impreza 555.
Rally Monte Carlo 1995
Era la edición 63 del rally monegasco, primero de la temporada como era habitual el 22 de enero de 1995 y como en casi todas las ediciones anteriores, las condiciones climatológicas definían que la elección de neumáticos iba a ser el factor clave en el desarrollo de la carrera. Más si cabe cuando la nueva reglamentación suprimía las asistencias en los tramos, obligaba a una reducción de potencia y a la eliminación de los neumáticos slicks, pero sobre todo la obligación a utilizar los mismos neumáticos en al menos dos tramos era el principal motivo de desacuerdo entre todos los pilotos y la FIA.
El rally comenzó con unos François Delecourt y su compañera, Catherine François, copiloto debutante junto al francés, sobre el Ford Escort RS Cosworth muy combativos. Ford se había retirado oficialmente de los rallyes, pero el equipo privado R.A.S (aunque con el apoyo de Ford) se hacía cargo de la sección de rally de la marca del óvalo y tenía un coche muy competitivo. Por el contrario, Didier Auriol y Bernard Occelli, campeones del mundo el año anterior, sobre el Toyota Celica GT Four (ST205), del que se decía que era algo menos potente que sus rivales porque las nuevas reglas les habían afectado más que al resto (era un coche más pesado), no competían tan rápido como querían y ocupaban el puesto doce en el primer tramo.
Colin McRae, junto a Derek Ringer (otro impresentable) y Carlos Sainz con su inseparable Luis Moya marcaban los mejores tiempos en el primer tramo y el Mitsubishi Lancer EVO II de los finlandeses Tommi Mäkinen y Seppo Harjanne con el que debutaban, se situaba detrás del francés en cuarta posición. Ya en el segundo tramo McRae se salía y perdió más de dos minutos, Sainz se colocaba líder y Delecour también cedía tiempo, detrás Auriol conseguía remontar y ser segundo en el tramo de La Souche y Kankkunen al volante de otro de los Toyota fue tercero. Sainz repite scratch en Burzet y Auriol gana el cuarto.
McRae vuelve por sus fueros y consigue el mejor tiempo al terminar el quinto en St Bonnet, pero sigue muy detrás en la clasificación. Al final de la primera jornada Sainz y Moya lideran con 12 segundos de ventaja sobre Delecour y François, que es segundo y Mäkinen que ya se sitúa a más de un minuto y medio del español, Cuarto es Auriol, con el primero de los Toyota por delante de Kankkunen que es quinto.
La segunda etapa entre St Jean en Royans y Lucéram comienza bien para el español Carlos Sainz quien consigue el mejor tiempo en el tramo siete, pero comete un error en el ocho antes de llegar a St Michel les Port, que le hace perder 39 segundos respecto a François Delecour, quien repite scratch en los dos tramos siguientes, colocándose en la primera posición del rally en Les Nonières. Pero poco le dura la alegría, Sainz aprieta y llega primero al Col de St jean, en el 11, recuperando el liderato y en los últimos tramos de la jornada mantiene a su rival detrás, influido quizás por el cansancio de los pilotos franceses, quien absurdamente, debido a la nueva reglamentación, se les vio cambiando un disco de freno de su Ford Escort y arrancar los clavos de sus neumáticos mientras los mecánicos miraban.
Por otro lado, la lucha por el tercer peldaño del cajón es entre Auriol, Kankkunen y Mäkinen, donde el finlandés de Mitsubishi se defiende como gato panza arriba y mantiene la tercera posición al final de la etapa. La clasificación quedaba ahora en manos de los españoles Carlos Sainz y Luis Moya en su Subaru Impreza 555 seguidos de François Delecour y Catherine François sobre el Ford Escort RS Cosworth, terceros Tommi Mäkinen y Seppo Harjnanne en el Mitsubishi Lancer Evo 2, cuartos Juha Kankkunen y Nicky Grist en el primero de los Toyota Celica GTfour y quintos Didier Auriol y Bernard Occelli en el segundo. Colin McRae y Derek Ringer se salieron nuevamente de la carretera en el kilómetro 10 del tramo 12 y se vieron obligados a abandonar el rally.
Pero si hasta ahora los problemas para la mayoría de pilotos habían sido la elección de neumáticos, a continuación había que sumarle los problemas mecánicos que la noche del Turini iba a brindar. Auriol derrapa en una curva del tramo 16 saliéndose y rompiendo una rueda que le obliga a retirarse del rally, Sainz sale a por todas y aventaja en 17 segundos a Delecour al final de dicho tramo, en La Bollène Vésubie, pero un problema eléctrico en el tramo 18, el de Entrevaux, hace que su coche se pare. En muy pocos segundos los españoles descubren que se trata del interruptor de contacto general y Luis Moya se ve obligado a mantener el botón pulsado para que el coche funcione. Así lo hace durante el resto del tramo hasta llegar a St Pierre mientras a duras penas puede leer las notas, aunque al final se consigue el objetivo obtienendo el triunfo al llegar primeros a Les Quatres Chemins.
Delecour, en el 16 y en el 17 trata de alcanzar al español sin éxito, pero es que además, también sufre la maldición del tramo 18. Su Escort presenta un problema en el amortiguador delantero izquierdo, que parece estar mal, luego se descubre que realmente está roto y el francés no lo comprende, ya que comenta ante las cámaras que es nuevo, lo que no le exime de perder 1:18 minutos frente a los españoles y se ve obligado a renunciar a la victoria y tratar de mantener la segunda posición al final.
Detrás, Mäkinen sigue tercero, pero el maldito tramo 18 le hace sufrir con la transmisión, que ya solo ofrece tracción trasera. Al llegar al último tramo los problemas se desplazan a la caja de cambios y sigue perdiendo mucho tiempo, mientras Kankkunen también pierde el control del coche dañando la aleta trasera que se encaja con la rueda. Obligado a parar y pierde alrededor de medio minuto hasta que consigue reparar el coche, aun así, termina reduciendo la distancia con su compatriota de Mitsubishi hasta que consigue rebasarlo y lograr la tercera posición del rally.
Subaru Impreza Rally Monte Carlo 1995 Scalextric Passion
En esta ocasión Scalextric Passion ha elegido el modelo reproducido por del fabricante español Scalextric, el Subaru Impreza 555, para hacer su versión del Rally de Monte Carlo de 1995 que, al volante de los españoles Carlos Sainz y Luis Moya, consiguió el triunfo al final del rally.
Básicamente se trata de la misma reproducción del coche que fabricó Scalextric por primera vez allá en 1994 con la decoración correspondiente al tramo nocturno del Col de Turini, también conocida como “La noche del Turini” del Rally de Monte Carlo de 1995. Evidentemente supera a la del modelo original en casi todas sus facetas. También en el precio…
Tengo que decir que el coche lo adquirí en el Foro Slot Madrid a precio de “ganga” porque mostraba a lo largo de ambos laterales “elementos extraños adheridos” sobre los marcos de las ventanas y parte de la carrocería, no sabría explicarlo mejor, pero para entendernos, el coche estaba lleno de porquería (por ser elegantes) y había serias dudas de si podría ser limpiado o no. Gracias a dios, la suciedad pudo ser eliminada sin tener que utilizar productos abrasivos y el resultado ha sido realmente satisfactorio. El trabajo de pintura es una delicia y las calcas están perfectamente alineadas y colocadas, varias muestran alguna mínima falta, pero como desconocemos de dónde proviene mi unidad será un detalle que pasaremos por alto.
Quizás lo más espectacular de la reproducción de este Subaru Impreza 555 sea el frontal, donde es imposible obviar la farera de dos piezas, que es un espectáculo para la vista. Tampoco no conviene olvidar los dos faros supletorios sobre el parachoques delantero, los cuales, están perfectamente realizados. Lástima que los faros de serie del coche no muestren la luminosidad que otros coches sí ofrecen. No sé si se podría hacer algo desde el interior de la carrocería, o quizás hacerlos nuevos con un fondo plateado. Es más trabajo, pero son 224,95 euros el PVP que marca… Tampoco figura en el frontal, sobre la parrilla, la Constelación de las Pléyades que la marca japonesa adoptó como logotipo de la marca. De hecho, Subaru significa “Cúmulo estelar” (otro día hablamos de ello).
Los cierres metálicos del capó que se introducen en la farera de manera genial gozan de un acabado espectacular. Y es que el coche está lleno de detalles, si miramos hacia el techo del coche vemos la tapa de la toma de aire para evitar la condensación en el interior levantada incluyendo una pequeña malla metálica que engrandece la reproducción.
También se han incluido las antenas que el coche real mostraba en su parte superior y atrás que el modelo de Scalextric no mostraba. Lástima que sean similares a las que fabrica la propia Scalextric, para mi gusto algo gruesas. Aunque quizás, sea por el momento en el que el coche fue fabricado. Es una de las primeras referencias de Scalextric Passion, pero unas antenas como las que montan los coches de Team Slot en sus últimos modelos mejorarían la reproducción. Hay que tener cuidado al guardar el coche en su caja, porque la antena sobre el techo choca con la tapa de la caja y se dobla.
Cuando llegamos a la zaga, globalmente no ha habido ningún cambio significativo, porque el modelo no lo exigía, pero sí podemos comprobar que se ha trabajado también sobre ella. El doble escape despreocupado e irreal que formaba parte del chasis original ha sido sustituido por otro en color cromado mucho más elegante y fiel a su hermano mayor. También los cierres fotograbados del maletero son un deleite para la vista.
Las llantas han sido sustituidas por otras a las que se les ha incluido el disco de freno en cromado, quizás algo hundido en el fondo de la llanta para mi gusto y se han realizado insertos decorados (a lo que toda la vida se les ha llamado tapacubos) de las Speedline Corse de 6 brazos que, aunque el fotograbado es espectacular, quizás le resten algo de brillantez a la reproducción debido a que se aprecia muy fácilmente que la llanta está hueca.
Pero quizás lo que más se eche en falta en este Subaru Impreza 555 es la decoración interior. Tan solo, encuentro dos diferencias respecto al original de Scalextric, la primera y más obvia es que le han añadido un extintor detrás del asiento del copiloto y la segunda que las manos de Luis Moya ya no llevan guantes. Tengo la duda de si se ha hecho algo con la visera de los pilotos, pero me faltan elementos de juicio. Igualmente, en la página del fabricante he visto una imagen donde los pilotos muestran los logotipos de sus patrocinadores en las mangas de sus monos, pero en mi reproducción no. En cualquier caso, se podría haber añadido la jaula decorada, trabajar el salpicadero, etc … Pero en mi unidad no hay nada de eso.
Scalextric Passion siempre trabaja sobre coches de la marca Scalextric y no modifica ni el chasis ni la mecánica, por lo cual, en teoría este Subaru Impreza 555 ha de circular por la pista tal y como lo haría el coche original. No lo he puesto en pista por motivos obvios, pero sí he visto que habría que trabajar un poco sobre la transmisión (muy dura) y las llantas, que no están lo suficientemente apretadas sobre el eje.
La última vuelta
Este Subaru Impreza 555 es una maravilla para la vista de cualquier aficionado al Slot, pero es cierto que tiene algunas sombras que hacen plantearse si la inversión de los 224,95 euros es justificada o no. Como he comentado antes, en mi caso, tuve mucha suerte al encontrar este coche en el Foro Slot Madrid a un precio de 100 euros debido al estado de deterioro que sufría. Hay que decir que Scalextric Passion trabaja de maravilla en sus coches, al menos en este Subaru Impreza (no he podido disfrutar de otros modelos), pero viendo otros estándares en el mercado como puede ser Le Mans Miniatures, por ejemplo, creo que el precio no es justificable en ningún caso.
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