Las 24 horas de Le Mans es quizás la prueba más importante del automovilismo mundial en circuito y conseguir la victoria convierte a la marca y al piloto en mito. Y eso fue lo que ocurrió en 2018 cuando Le Mans le devolvió a Toyota lo que dos años antes le robó en los últimos 3 minutos de carrera y puso a nuestro Fernando Alonso en los altares del automovilismo.
Los máximos favoritos para el triunfo final eran ambos coches del equipo Toyota. Los TS050 Hybrid y el podio se iba a disputar entre el número 8 de Fernando Alonso, Sebastien Buemi y Kazuki Nakajima. Y el número 7 de Mike Conway, Pechito López y Kamui Kobayashi. Relegando a los Rebellion a pelear por el tercer puesto del cajón.
Pero lo que tiene la prueba francesa es que es implacable con cualquier participante, da igual el presupuesto o la preparación. Cualquier vicisitud que ocurra durante esas 24 horas significa la gloria o la pena. Ya en 1985 los japoneses de Toyota habían soñado con ganar Le Mans con su 85C-L, prototipo que debutaba aquel año en la prueba y que con su motor turbo de 4 cilintros en V y 2000cc, al volante de los japoneses Satoru Nakayima, Masanori Sekiya y Kaoru Hoshino solo conseguía la posición 12 al final de la prueba, eso sí, adelantando 17 posiciones desde la salida.
Desde entonces, Toyota había participado en 18 ediciones con 44 coches en diferentes categorías y lo máximo que había conseguido fue una segunda posición hasta en 5 ocasiones, siendo la más sangrante la de 2016, cuando perdieron la prueba mientras lideraban a falta de 3 minutos para el final, por culpa de la rotura un conector de la línea de aire entre el turbocompresor y el intercooler que provocó la rotura del turbo y la consiguiente perdida de potencia.
Pero a finales de 2017 un expiloto de Fórmula 1, muy fan de la cultura japonesa y famoso no solo por los dos mundiales conseguidos, si no que también por sus conocimientos para evolucionar un coche, fue fichado por la marca japonesa y para la edición de 2018. Toyota contaba con dos coches muy preparados para acometer por fin las 24h de Le Mans con garantías de victoria.
El 18 de Junio de 2018 nuestro queridísimo Rafa Nadal daba el banderazo de salida a lo que sería una carrera disputada de inicio a fin entre ambos Toyota TS050 Hybrid y las primeras vueltas fueron un carrusel de emociones, sobre todo cuando nuestro querido Toyota TS050 casi se lleva por delante a uno de los Rebellion. Le Mans no admite corazones delicados en sus boxes.
Y aunque todo parecía decantarse por la victoria para el Toyota TS050 con dorsal 7 de Mike Conway, Pechito López y Kamui Kobayashi, el cual aventajaba en casi 3 minutos al de nuestro Fernando Alonso, volvió a aparecer el españolito que en un alarde de pilotaje estratosférico por la noche recortó a Pechito López más de un minuto y medio en dos horas y media. Él sabía que Toyota no permitiría una lucha entre sus coches al pasar el medio día y que ese era el momento de tirar o acabar segundo. Así que cuando se bajó del coche le imploró a Nakayima que tirara como si no hubiera un mañana.
Con las primeras luces del alba, el piloto japonés adelantó en Arnage al Toyota número 7 y más tarde, con Buemi al volante, el Toyota TS050 Hybrid con dorsal número 8 comandaba la carrera con 40 segundos de ventaja sobre sus rivales en el box. Ventaja que, bien administrada, hizo cruzar la línea de meta a Nakayima, ayudando a subir a lo más alto del podio al debutante que fue el más rápido en el circuito de La Sarthe ese 2018: Fernando Alonso. Este año si iba a haber sonrisas en el box de los japoneses. Desde entonces, Toyota ha vencido en todas las ediciones de las 24 horas de Le Mans hasta este 2023, en el que esperamos una mayor competitividad.
Un trompo, faltando poco para el final de carrera casi deja fuera al Toyota TS050 número 7, pero Kobayashi dominó el coche y solo quedó en un susto. Tercero fue el primero de los Rebellion, con el dorsal 1, al volante del alemán Andre Lotterer, el suizo Neel Jani y el brasileño Bruno Senna y el cuarto puesto fue para el SMP Racing con dorsal 17 de los rusos Matevos Isaakyan y Egor Orudzhev junto al francés Stéphane Sarrazin.
Toyota TS050 Hybrid Toyota Gazoo Racing #8 24h Le Mans 2018 SRC
SRC nos ofrece el LMP1 con el que Fernando Alonso, Sebastien Buemi y Kazuki Nakayima consiguieron el triunfo en las 24 horas de Le Mans en 2018 en su versión “Original Series”, coche que ha sido premiado recientemente como mejor coche del año de slot de 2022 para las revistas DRS Magazine, SlotCar Union y Slot Cars Passion, siendo este último el organizador de la votación, siendo este el tercer año consecutivo en el que la marca española consigue la victoria en el certamen.
Victoria a mis ojos completamente merecida, sin paliativos ni edulcorantes. El coche es un exceso de buen hacer en todas sus vertientes o 360 que se dice ahora… Solo comenzando por el envío del producto, que en mi caso fue de 10 y tardó un solo día y embalajes aparte, lo que trae este coche justifica, tal y como está, en el mercado de cochecitos de slot, su elevado precio.
Y es que no puedes perder detalle: Una tarjeta con todas las partes del coche detalladas por referencia, un pequeño manual de instrucciones que te explica con imágenes todo el montaje del coche, una bolsita con una pequeña llave allen, con las calcas para los neumáticos y las antenas que llevaba el coche junto a 4 neumáticos de repuesto completan el paquete. Son esos detalles que cualquier aficionado agradece y que dan bastante empaque al conjunto.
Pero adentrándonos en lo que más nos interesa, que es el coche en sí, da igual por dónde lo mires, cómo lo pongas o lo que analices. A nadie le puede extrañar que lo hayan procalamado mejor coche del año 2022. Es una auténtica delicia.
Si hablamos de la tampografía, podemos comprobar que no importa el tamaño del logotipo, el color o la forma, es sencillamente increíble, para sacarle un pero tienes que acercar tanto la cámara que es casi imposible un enfoque claro. Igualmente se puede decir de la pintura, no se aprecia un diente de sierra en ninguna de sus líneas, aunque si he d ser todo lo sincero posible encuentro que el blanco tiende un poco al amarilleo, noto un cierto cambio de tonalidad entre el anclaje del alerón trasero al resto de la carrocería. Esperemos que me equivoque y con el tiempo el coche mantenga el mismo color blanco que actualmente.
Si miramos el coche por delante podemos comprobar cómo todo mantiene una simetría perfecta. No se ven los espejos mal puestos o torcidos. Los diferentes conjuntos de faros guardados en una única tulipa bordeada con un marco espectacular. Es que no se le puede poner ningún pero.
Por detrás el coche es menos vistoso que por delante, claramente porque el coche real tampoco lo es. Es una reproducción muy fidedigna, parrillas, luces de freno, todo luce en una perfecta armonía.
Las llantas merecen un punto y aparte, el color cromado con borde azul de la tuerca, la curvatura de los radios, el disco de freno, no hay detalle que no esté cuidado con obsesión en este coche.
Otro punto que no quiero olvidar son los espejos retrovisores, perfectamente alineados, tampografiados y pintados, una muestra más de el buen hacer de la marca española.
Lo mismo ocurre con la aleta de tiburón detrás del piloto en la parte superior del coche y que llega al alerón trasero. que con el color negro mate de la decoración y sus innumerables detalles hacen que la reproducción sea increíble.
La cúpula tampoco se queda atrás, la toma de aire superior, el cromado brillante, etc… Solo queda poder visualizar con mis ojos aquello a donde no llega mi cámara, que es el interior. Veo un casco de Fernando Alonso que es superlativo, quizás le falte algo de decoración al mono, pero si después de todo lo que se ve en el coche me quejo por esto…
Añado una foto del chasis para que se vean un poco los bajos de nuestro Toyota TS050 Hybrid, por aquello de los curiosos, pero quien conoce la marca sabe que sus coches están tan pensados tanto para la vitrina como para la pista y los chicos de SRC no son de los que se conforman con la segunda plaza al final de la carrera.
La última vuelta
Todos los aficionados demandábamos, en mayor o menor medida, un fabricante que hiciera buenas reproducciones de coches y que además se desenvolvieran muy bien en pista. La tercera pata es que además sean baratos, esta siempre es la pata más controvertida de la ecuación. SRC fabrica eso que los aficionados demandamos: un coche bien hecho, y en esto son soberbios y que además funcionan en pista como los mejores, y creo que no me equivoco si afirmo que son de los que mejor lo hacen, pero el tema del precio es más discutido. En mi opinión y conociendo el mercado como lo conozco (no sé si mucho o poco), creo que para todo lo que ofrecen no son caros, tampoco es que me parezcan baratos, pero sí creo que su precio está más que ajustado. Este Toyota TS050 Hybrid es un ejemplo de coche maravillosamente realizado y más que competente en carrera, aunque esto dependa de más factores.
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