El Pegaso Z-102 Spider Enasa Rabassada fue un coche con el que Celso Fernández logró diversos triunfos importantes para la marca del caballo volador. Top Slot reproduce el coche con el que el piloto oficial de Pegaso venció en la Subida en Cuesta de la Rabassada, en 1955, estableciendo además el récord de la prueba.
La historia de los coches Pegaso está indefectiblemente ligada a la vida de Wifredo Ricart. Nacido en Barcelona en 1897 estudió ingeniería industrial especializándose en las ramas de automoción y aeronáutica. Huyendo de la guerra civil en 1936 fue a Italia donde se relacionó con Ugo Gobbato, capo de Alfa Romeo, quien le nombró Director Técnico del Servicio de Estudios y Experiencias, dirigiendo la parte relacionada con el automovilismo deportivo en colaboración con el que era el gran jefe de Ferrari. “Il Commendatore”, con quien mantuvo una relación bastante borrascosa.
Gobbato le encarga fabricar un coche de carreras para competir en la máxima categoría del automovilismo, la que entonces todavía no era la Fórmula 1, aunque ya daba sus primeros pasos. Las primeras discusiones con Enzo Ferrari vienen motivadas por la posición del motor en los coches de carreras. El italiano defendía que el motor debía estar situado en la parte trasera del coche, mientras Ricart, junto a varios colaboradores, abogaban por situarlo en la posición central del vehículo. Al final, el español, se salió con la suya demostrando que el motor central hacía a los coches mucho más competitivos. Después se pudieron ver muchos Ferrari con el motor en esa posición.
Llega 1938. Ferrari sigue siendo una escudería independiente, pero dentro del paraguas de Alfa Romeo. Viendo los resultados y el desarrollo que estaba teniendo la escudería de Ferrari, Ugo Gobbato decide comprarla. Esto enfurece a Don Enzo que se desvincula de Alfa Romeo para establecerse de manera independiente.
Es entonces cuando se produce la explosión de la segunda guerra mundial y el proyecto del coche de carreras de Ricart se hunde completamente, lo que coincidiendo con el fin de la guerra española le hace tomar la decisión de volver a España.
Franco crea el INI en 1941, y en 1946 su director, Jose Antonio Suanzes, , convence a Ricart de que se una al proyecto del estado de crear una infrastructura mecánica para el transporte de mercancías, viajeros y fabricación de maquinaria pesada dentro del estado español y en octubre de 1946 fundan ENASA (Empresa Nacional de Autocamiones, S.A.).
Para llegar a ENASA Ricart crea primero el CETA en enero de 1946 (centro de estudios técnicos de automoción) instalándose en las antiguas instalaciones de la empresa Hispano Suiza y absorbiendo a toda su plantilla. En el acuerdo con Hispano suiza no figura la inclusión del nombre de la marca. Era tal el aprecio de Ricart por Ferrari que para proporcionar un nuevo nombre a la marca española dice: “Para qué quieres un caballo desenfrenado (Cavallino Rampante) si tienes un caballo volador (Pegaso)”.
En una maniobra de marketing Pegaso quiere situar la marca en el mismo lugar donde estuvo Hispano-Suiza, quien vendía camiones en varios países europeos y en Latinoamérica. Y para darle relumbrón decide fabricar coches deportivos de altas prestaciones. Con el beneplácito del poder político quien vio en tal maniobra la oportunidad de dar a entender al mundo que a España no se le había olvidado fabricar vehículos de gran calidad
Es entonces cuando desarrollan su primer Pegaso sobre plano. El Z101 (Un V8 de 2.500cc con 4 árboles de levas, doble carburador, de aleación ligera, cambio de 5 marchas y eje de Dion alcanzaba casi 200CV. Todo diseñado y fabricado en España. Pero no es hasta 1950 cuando se fabrica y se presenta en el salón de París el primer Pegaso, el Z102 y establece el record de velocidad de un turismo en 243km/h con Celso Fernández al volante. El coche causa sensación en toda la prensa y se convierte en el coche deportivo más avanzado de la época. Eso sí, no para todos los bolsillos.
Con varios triunfos en competiciones nacionales el Pegaso Z102 intentó dar el salto a carreras internacionales como Le Mans, donde un desgraciado accidente provocó el incendio del Box del equipo español, lo que impidió su participación y una rotura de motor provocó el abandono en la carrera panamericana. El superdeportivo español nunca llegó a competir con los Ferrari o Maserati de la época, algo que los italianos agradecieron, puesto que veían en los del caballo alado un poderoso rival
Pegaso llegó a fabricar 86 unidades de los Z-102 y Z-103 y el último coche de la marca se construye en 1957. Después de eso, todo los relacionado con la industria del turismo de Pegaso desapareció y nunca más se supo. Wifredo Ricart, Un año después, abandona Pegaso y recala en Francia, convirtiéndose en director general de Lockheed, compañía dedicada a la aviación. Muere en Barcelona en 1974.
Pegaso Z-102 Top Slot
La colección que el fabricante Top Slot ha dedicado a estos maravillosos Pegaso nos deja un modelo, el Z-102 Spyder Rabassada (el penúltimo de la colección), con el que Celso Fernández consiguió la victoria y el record de carrera en la subida en cuesta a la Rabassada en 1955.
Este Z102, de chasis 151-0182 y motor 0111-0182 vestía una librea muy ligera realizada en aluminio y guardaba en su interior un motor de 2500cc y una potencia de 210CV. Después de vencer en varias carreras, entre las que se encuentra la Subida a la Rabassada en 1953 con resultado de victoria, al volante de Joaquín Palacio, en 1954 se sustituye la carrocería por una de fibra de vidrio todavía más ligera y participa por primera vez en las pruebas de velocidad en el circuito de Montjuich pilotado por Celso Fernández, quien fue el piloto habitual de este vehículo. No solamente Pegaso utilizaba el coche, a veces se cedía a pilotos privados, que eran clientes de la marca, así fue el caso de Rudy Bay en Barajas (Madrid) también en 1955 y Pablo Menzel en 1957, quien en la subida a Galapagar sufre un grave accidente dejando el coche para que, al final, ENASA lo desguace.
Sin duda, la colección de Top Slot brilla a gran altura. No hay modelo que elijas que no tenga un número ilimitado de buenos detalles. El acabado en blanco y la tampografía de este modelo está perfectamente implementada. Los logotipos de Pegaso, como los dorsales o matrícula son toda una declaración de intenciones.
El frontal de este Pegaso Z102 es de mucho nivel, los marcos que recubren los faros son una maravilla, los ventiladores que se ven a través de la parrilla, intermitentes, etc. están muy por encima de lo que estamos acostumbrados.
Tanto la parrilla y branquias, como los logos situados por encima el capó están a un nivel increíble. También destacan la parrilla lateral y los cierres del maletero.
Pero la zaga no tiene nada que envidiar al frontal. Los marcos de los faros destacan igual que en los delanteros y los dos escapes dan la simetría adecuada a la reproducción.
Las llantas de radios, con la tuerca decorada con el logo de Pegaso, tienen un aspecto que roza con lo sublime, de lo mejor que he visto en nuestro querido hobby.
Pero si algo que me ha enamorado de este Pegaso Z102 es sin duda el interior. Completamente decorado, desde los relojes del salpicadero hasta el pomo de la palanca de cambios. No hay detalle que se escape. Si hubiera que ponerle un pero es que a nuestro querido, que en paz descanse, Celso Fernández le han afeitado su frondoso bigote.
La última vuelta
Que España sea el único país de la vieja Europa que no disponga de una marca de coches a la altura de nuestros vecinos, franceses, italianos, alemanes o italianos es algo que nunca llegaré a comprender. Quizás las circunstancias de la época lo impidieron. Hispano-Suiza estaba en pleno crecimiento cuando llegó la guerra civil y España no estaba preparada para asumir la propuesta de Pegaso. Ni había dinero ni tampoco estaba el país como para olvidar las penalidades de la posguerra construyendo deportivos.
Ojalá vuelvan “…las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar y otra vez con el ala a sus cristales jugando llamarán… “que decía el poeta porque “…aquellas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha a contemplar, aquellas que aprendieron nuestros nombres… ésas… ¡no volverán!”
Lo de Top Slot, un escándalo. Lástima que se acabara la colección.
Precioso reportaje y excelente fotografía. A pesar de tener este modelo en mi colección, he descubierto detalles que se me habían pasado por alto. Cada vez que lo veo me planteo inicar la colección completa: un reto audaz pero no imposible
Muchas gracias por escribir. Es una colección muy bonita. Yo tengo tres o cuatro y son preciosos. Cuando salieron me parecieron muy caros para coleccionarlos todos. Ahora pienso que debería haberlos comprado. En fin… Ya me dirás si te has animado.