Los franceses Bernard Béguin y Jean Jaques Lenne a bordo de un BMW M3 E30 consiguieron la victoria recorriendo las carreteras de Ajaccio en Córcega durante la 31ª edición del Rally de Francia o Rally Tour de Corse. Slotwings nos brinda la reproducción de slot en 1:32
El Tour de Corse, conocido como el rally de las diez mil curvas debido a la cantidad de estas que recorren su trazado por carreteras asfaltadas que atraviesan las montañas le convierten en uno de los rallys más peligrosos del campeonato del mundo, que requiere una conducción muy precisa sujeta a una concentración casi insultante para evitar las salidas de pista debidas a la acumulación de grava o a la estrechez de sus carreteras. Es un rally que no siempre ha sido bien recibido por los pilotos que se enfrentan a él, de hecho, su trazado se ha cobrado la vida de pilotos ilustres como la de Attilio Bettega en 1985 o la de Henri Toivonen y Sergio Cresto al año siguiente. También la edición a la que hace referencia esta entrada se llevo la vida del copiloto Jean-Michel Argenti cuando su compañero al volante Jean Marchini se salía de pista con su Peugeot 205 GTI 1.6 privado.
El final del Grupo B y la apuesta de la FISA por mejorar la seguridad en las carreras, al parecer, no fue suficiente para que los bravos pilotos franceses mantuvieran la vida, una triste nota de prensa de la FIA alegando que habían tomado todas las medidas posibles para que este trágico accidente no ocurriera se me antoja un poco pobre, Cierto es que a diferencia de años anteriores la presencia médica, tanto en ambulancias como en helicópteros era omnipresente a lo largo de todos los tramos del rally, pero Córcega es implacable y en algunas salidas de pista también hubo aficionados que resultaron heridos. El problema fue que el copiloto fallecido no tenía el lustre de otros pilotos y el hecho no tuvo la relevancia que hubiera debido tener.
La edición del 87 se presentaba bajo la sombra de los accidentes mortales ocurridos en años anteriores y las esperanzas para que fuera un éxito se mantenían debido a los fabricantes, quienes ponían sus coches oficiales en la carrera debido a que los puntos que se repartían en este rally resultaban casi siempre vitales al final de la temporada, así los Lancia, Ford, Renault y Volkswagen entraban en los parques cerrados junto con sus estrellas. Los tres Lancia Delta HF 4WD fueron conducidos por las duplas francesas de Saby y Fauchille, Loubet y Vieu y los italianos Biasion y Siviero En los Ford Sierra Cosworth oficiales con patrocinio de la petrolera Texaco los suecos Blomqvist y Berglund y el inglés Grundell, junto al también sueco Harryman. Para Renault conducían el R11 Turbo los franceses Ragnotti y Thimonier y sus compatriotas Chatriot y Perin, además del matrimonio Alain Oreille y Sylvie Oreille. Por último el único Volkswagen Golf GTi para los suecos Eriksson y Diekmann, pero no podemos olvidar al equipo Ford Francia, que aunque no era el oficial, sí disponía de recursos y quizás dos de los mejores pilotos de la historia, el francés Didier Auriol junto a Bernard Ocelli bajo el patrocinio de la cervecera 33-Export y al español Carlos Sáinz, esta vez acompañado de Antonio Boto, quienes con su Sierra Cosworth con los colores de Marlboro acabaron la prueba en una meritoria séptima posición.
Sin embargo, a pesar de los escasos éxitos que la alemana BMW había cosechado en el mundo de los rallys, el equipo Rothmans con sede en Gran Bretaña presentó un BMW M3 E30 bajo el patrocinio del propio Rothmans y de Motul. Los de Aylesbury sorprendieron a todo el mundo con los recién llegados al campeonato Bernard Béguin y Jean Jaques Lenne, que se adaptaron perfectamente al asfalto corso y consiguieron la victoria al final de la prueba.
El rally dio comienzo el 7 de Mayo de 1987 bajo un cielo amenazante y la elección de los neumáticos fue fundamental, puesto que la lluvia hizo acto de presencia en muchos tramos del rally. Pronto Béguin se ponía en cabeza, seguido de Auriol y Ragnotti, Grundel se salía de pista y abandonaba la prueba, Blomqvist rompía un eje y perdía 21 minutos, Orielle también tenía problemas con el alternador y también se descolgaba de la cabeza.
Después de 4 etapas en seco, en la quinta el agua se dejó caer del cielo en forma de lluvia y un fuerte granizo causando muchos problemas en aquellos coches cuyos pilotos no habían elegido los neumáticos correctos. Los Lancia de Biasion y Loubet fueron los más rápidos gracias a sus neumáticos de lluvia permitiendo al francés colocarse en cabeza de la prueba hasta el final del día.
El sol fue protagonista en la mañana del Viernes, Loubet perdía el liderato en favor del BMW M3 E30 de Béguin y en la etapa nocturna con fin en Calvi le separaba del segundo en casi un minuto. Saby rompía el diferencial de su Lancia y tanto Sáinz como Auriol tenían problemas de suspensiones en sus Ford Sierra.
Es cuando los Renault 11 Turbo empiezan a tomar protagonismo, tanto Ragnotti seguido de Chatriot avanzan en la clasificación logrando el mejor tiempo en cuatro etapas gracias a los nuevos Michelin tipo N que montaban, lástima que el número de estos prototipos de neumáticos fuera limitado, lo que les impidió acercarse aún más a la cabeza. Un poste de la luz hizo perder al bravo piloto francés cerca de un minuto, Béguin y su BMW ponía pies en polvorosa y se alejaba de sus perseguidores. Mientras que el sueco de Volkswagen Eriksson se despedía del rally cuando el motor de su Golf GTI decía basta.
El último día de la prueba el rally regresó a Ajaccio y Béguin fue capaz de mantener el empuje de los Lancia de Loubet y Biasion que terminaron la prueba en segundo y tercer lugar respectivamente a más de dos minutos del francés de BMW por delante de los Renault de Ragnotti y Chatriot. Otro BMW M3 E30, este del equipo Prodrive, tripulado por los belgas Marc Duez y Georges Biar logró llegar al final de la prueba en sexta posición precediendo a los españoles Sáinz y Boto, séptimos.
BMW M3 E30 Tour de Corse 1987 Slotwings
Slotwings, heredera de parte de la ¿renacida? Fly Car Model pone en el tapete slotero la reproducción de este BMW M3 E30 que participó en el Rally Tour de Corse en 1987 al volante de los franceses Bernard Béguin y Jean Jaques Lenne con luces y sombras en el resultado final.
Una vez que lo extraemos de la urna típica de la marca y hacemos una comprobación del aspecto general del coche la impresión es buena, el coche cumple, sin ser una oda a la ortodoxia en la reproducción de sus cotas, aunque su aspecto general es bueno.
La pintura y tampografía es quizás el aspecto de la decoración que más nos pueda defraudar, aún estando lejos de los errores que puede encontrar en otros modelos del mismo fabricante, le falta algo de precisión y contraste. Algo fundamental en la calidad de una reproducción, en cualquier caso, el aspecto sigue siendo bueno, lástima de esa matrícula delantera pintada de amarillo que se diferencia de la blanca original. La trasera, sin embargo, sí que iba en amarillo. Sí que es de agradecer que el fabricante haya respetado los logotipos originales de la marca tabaquera en la librea respetando así la fidelidad histórica del vehículo. Parece mentira que a estas alturas tengamos que apreciar estos detalles, de los que ninguna culpa tiene el fabricante, si no de una administración ridícula en la legislación de estos temas.
El frontal es una auténtica delicia, salvo el amarillo de la matrícula ya comentado, el resto es un cúmulo de detalles, la parrilla con el embellecedor típico de los BMW de la época, el color de los intermitentes, el gancho para la grúa, el coche no pierde detalle y la verdad es que se agradece ver un coche que no pierde la esencia de su hermano mayor.
La zaga solo se queda atrás por definición, pero su nivel de acabado rivaliza perfectamente con el frontal dando un aspecto muy Racing al coche. Tal vez desentonen un poco el uso de los colores cromados sobre las luces de marcha atrás, que quedan un poco raras. El detalle del escape doble es excelente.
El coche tiene varios detalles destacables que se pueden apreciar fácilmente, los limpiaparabrisas, la tapa del depósito de gasolina, los marcos de las ventanas, los cierres de seguridad del capó, etc… embellecen la reproducción. Una vez más lástima de esa tampografía que impide ver con claridad la insigne hélice de BMW en dicho capó.
Una vez más, tenemos que hacer parada en las llantas de este BMW M3 E30, las cuales lucen a muy buen nivel dejando la reproducción en un lugar muy notable. Nos alegra saber que los herederos de Fly no se les olvida la calidad en ciertos aspectos.
Si nos asomamos al interior podremos ver el salpicadero exquisitamente decorado de esta berlina, del especialmente fiel el diseño de los cascos de los pilotos y de las bien instaladas barras antivuelco, que proporcionan una buena dosis de realidad a la reproducción.
Nos gustaría poder pilotar el cochecito en un buen tramo de slot, pero somos conscientes del sufrimiento que padeceríamos en cuanto quitáramos el imán de neodimio que monta la criatura, por lo que nos conformaremos con una versión mucho menos pulcra de un BMW M3 E30, pero más agradecida por nuestro dedo como es la fabricada por la española Scalextric.
La última vuelta
Una nueva versión del manido BMW M3 E30 de la antigua Fly Car Model bajo el epígrafe de la ya no tan nueva Slotwings que deja muy buen sabor de boca al aficionado a los rallys en unos acabados que no desmerecen la reproducción pero que con un poco más de mimo podían haber terminado en sobresaliente. Lástima que el ahorro de costes (que no reducción de márgenes) no permitan que los coches terminen de cumplir con todo lo que se espera de ellos. Sin embargo, el coche luce con alegría y me hace estar bastante satisfecho con su adquisición.
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