Sin duda, mi gran amigo Tokyoplamo podría impartirnos lecciones a todos sobre los logros, éxitos y virtudes que la familia Porsche ha perpetrado a lo largo de sus más de 50 años de historia. Incluso quizás sepa más de Porsche que la propia familia Porsche. Por eso, aprovechando que Cartrix ha puesto en circulación al añorado 804, quiero dedicarle estas líneas.
Y digo en circulación, porque la únicas versiones que existían de este modelo habían sido series limitadas conmemorativas de diferentes mercadillos de slot. Por fin, van a poder disfrutarlo los españolitos de a pié, esos que por diferentes motivos no pueden acceder a este tipo de unidades. (Talbot Lago… loading…, por meter un poco el dedo en el ojo, más que nada).
Desde su fundación, Porsche ha sido un fabricante de automóviles que se ha caracterizado siempre por su pasión por las carreras, filosofía por la cual, sus vehículos siempre han sido ejemplo de altas prestaciones, desarrollos innovadores y tecnología avanzada. Los de Stuttgart han participado, dejando su sello como sinónimo de éxito, en un sin fin de carreras, convirtiendo, quizás, a Le Mans su más alta cota de prestigio. Y aunque en Fórmula 1 su participación no ha resultado ser muy prolífica, las veces en las que se ha dejado ver, ha conseguido provocar la admiración de toda la comunidad automovilística deportiva. Baste recordar los dos campeonatos de constructores que cosechó McLaren en 1984 y 1985 con la motorización germana como ejemplo de lo expuesto.
Como equipo oficial en la máxima categoría, Porsche, solamente ha participado en los campeonatos del mundo de 1961 y 1962, siendo este último, el campeonato donde ha conseguido su mejor palmarés. Dos victorias en dos grandes premios disputados en una semana, Francia y Alemania (aunque este último fuera de campeonato).
Ferdinand Porsche pasa sus años mozos bajo el paraguas de Mercedes y Auto Unión, donde aprende el arte de diseñar, no solo deportivos al uso, sino también monoplazas, con cierta garantía de éxito. Junto a su hijo Ferry diseña el Porsche 718, con el que participa en la Fórmula 2 de la época con cierta solvencia.
En 1961, una modificación en las reglas de la F1, que impiden a los fabricantes capacitar a sus motores con más de 1500cc, permite a Porsche, reduciendo la cabina de dos asientos a uno y liberando las ruedas principalmente, fabricar el primer coche de la marca de Stuttgart para la máxima competición. Pero el diseño del monoplaza está desfasado respecto a lo que ponen en pista sus competidores, por lo que no llegan los resultados deseados. Obligado por un escenario tan competitivo, los Porsche comienzan a trabajar en el diseño y desarrollo del 804.
El 804 se define por el motor Type 753 de 1494cc que puede trabajar a un régimen de 10.000 rpm proporcionando 180 caballos a 9.200 rpm con total fiabilidad. Las 16 válvulas, dos a dos, en sus 8 cilindros fabricados en aluminio quedan configuradas dentro de un bloque de aleación de magnesio, cuya bancada situada detrás de la posición del piloto es refrigerada por el aire que entra tanto por los pontones laterales como a través del ventilador superior. Para redondear la mecánica 4 carburadores invertidos Weber son los encargados de realizar la mezcla para que la energía del coche se gestione desde una caja de cambios de 6 velocidades. Todo revestido de una aleación de acero que aísla el bloque del resto del coche.
A simple vista se pueden apreciar los dobles trapecios, delantero y trasero, cuyas barras de torsión longitudinal y amortiguador interior componen el conjunto de las suspensiones del coche. Frenos de disco y dirección de cremallera completan el conjunto, cuyo colofón es una carrocería fabricada en aluminio sin pintar para aligerar el peso.
El 804 debutó en la temporada de 1962, con Dan Gurney al volante con dos victorias, la primera en Rouen y una semana más tarde en la propia Stuttgart, por delante del Lotus de Clark para deleite de sus más de 300.000 aficionados. Pero tal y como llegó, se fue. Los motores V8 Climax que montaban los BRM eran muy superiores en prestaciones a Porsche, quien no fue capaz de justificar los importantes desembolsos necesarios para poder mantener la competitividad en una competición tan exigente. Nunca se anunció una retirada oficial, simplemente los coches dejaron de verse en los circuitos.
Además, los desarrollos en los coches de F1 eran muy complicados de trasladar a los modelos de calle, lo que indujo a la marca germana a mantener la competición en categorías de Gran Turismo y carreras de larga distancia, esenciales para el desarrollo de vehículos de carretera de altas prestaciones.
Porsche escribió un capítulo breve pero exitoso en la historia del automovilismo, pero parece que el 804 no va a tener sucesor en la máxima categoría del automovilismo deportivo, a pesar de que ciertos rumores apuntan lo contrario. Al menos, por el momento. De lo que no cabe ninguna duda es que este 804 demostró la capacidad de la marca alemana de tener éxito en cualquier competición en la que decida participar.
Porsche 804 Cartrix
Como es habitual, el coche se presenta en conserva con su correspondiente Spontex y sujeto a peana transparente. Quien me diga que cuando abre la lata y desenvuelve el bicho no disfruta, miente miserablemente. Claro, que luego miras el “cromo” y piensas…¿Dónde quedó el presupuesto?
Sorprendentemente mi unidad está aceptablemente cerrada, punto flaco de los modelos de Cartrix, y la línea lateral que deja dicho cierre no afea el resultado final del coche, por lo que estoy bastante satisfecho con la compra.
Si hay algún elemento por el que la reproducción destaque es claramente la inclusión de las rejillas en las tomas de aire y en el ventilador, ya que buscar brillantez en elementos, como por ejemplo, los tampográficos queda descartado.
Y no porque la tampografía sea pobre, es basicamente porque los elementos tampográficos del coche se reducen únicamente a los dorsales y al piloto, típico de la marca.
Lástima que los dorsales que visten lateralmente la librea hayan quedado únicamente en la parte carrocera de la reproducción y no ocupen también la zona del chasis que les debería corresponder, por lo que transmiten la sensación de estar algo elevados.
El frontal no es espectacular, pero es que en el modelo real tampoco era un elemento destacable, no así como la zaga, en la cual Cartrix ha trabajado más de lo habitual y le ha dado un aire más actual al molde.
Al parecer, esta vez, el modelo lleva el motor “competi” de la marca, ya que, al parecer, los modelos distribuidos en mercadillo, llevaba un motor “de calle”. Todo un detalle para aquellos que disfrutan del coche viéndole rodar por la pista o para los que disfrutan dejándose el dedo en el gatillo.
La última vuelta.
Cartrix ha hecho un justo homenaje a Porsche con la reproducción de este 804, único representante en la máxima categoría de la marca de Stuttgart. El modelo está bien terminado, según los estándares del fabricante y abre la veda a modelos ya de los años 60 que no parecían ser de la devoción del alicantino.
Lo dicho, tiene el duende de los coches de Cartrix, es historia del automovilismo y además se puede jugar con él, por tanto cumple con las tres condiciones básicas para que pase a formar parte de mi colección.
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