Son ya casi treinta años los que han pasado desde que estas máquinas daban sus conciertos por las carreteras europeas. Sus canciones eran el rugido de los motores y su puesta en escena las carreras de rallys de la época.
Una de las virtudes que tiene nuestro pequeño hobby es la de poder poner en la pista las guitarras de aquellos viejos rockeros que compartían escenario. Poner frente a frente y contra el crono aquellos vehículos que enfervorizaron a los fans bajo cualquier condición, ya fuera día o noche, con lluvia o nieve, en tierra o asfalto es todo un privilegio. Así que cuando ví juntos en la estantería a estas dos joyas de la historia del automovilismo no pude resistirme a ponerlas en la pista, codo con codo, guitarra frente a guitarra. Talbot Sumbean Lotus vs Ford Escort 1800 MKII.
El elegir estos coches y no otros fue debido a las similitudes que ofrecen sus soluciones dinámicas. Si comparamos los datos técnicos de uno de los coches con los del otro podremos comprobar que las diferencias son más bien escasas y por ello, a priori gozamos de ciertas igualdades en la conducción de ambos. La diferencia más relevante entre uno y otro tal vez sea la cuna basculante que ofrece el Escort frente a la fija del Talbot, pero creo que su influencia en el resultado final tampoco va a ser demasiado significativa.
Sobre un trazado de 40m de longitud que combina subidas y bajadas, cambios de rasante, saltos, zonas rápidas y lentas he realizado la prueba. La electricidad la suministraba una fuente regulable DS 2/12 y la toma de tiempos se realizó con un cuentavueltas DS200 conectado a un puente de la misma marca. El inicio y el final de las pruebas venía dado por el Stop&Go también DS. El mando que utilizaré para las pruebas será el mismo un DS Pro-Speed 2.
La prueba consistió en completar dos tandas de 10 vueltas completas al circuito y se tomaron como medidas los tiempos totales y el paso por vuelta más rápido. Anteriormente se realizó una primera tanda, también de 10 vueltas para resolver los posibles problemas que los coches pudieran tener para su perfecto desarrollo por la pista.
Las pruebas las he realizado, para este primer artículo, sobre el material de serie que monta el coche en su punto de venta, es decir que tan solo con un poco de aceite, grasa y trabajando una guía, que ambos compartirán con unas trencillas de JP Slot, mejores que las originales circularán los coches por la pista. Así que una vez afinadas las cuerdas y ajustado el volumen del altavoz, me lanzo al escenario.
Tras las presentaciones y los primeros aplausos pusimos en liza al Talbot Sunbeam de Zanini, cuyos ensayos pusieron de manifiesto un problema de transmisión debido a la aspereza existente en el movimiento de engranaje de la corona al piñón. No olvidemos que los coches de Scalextric suelen sufrir de ciertos problemillas, siempre subsanables, de ajuste. Una vez afinado el instrumento nos echamos al asfalto.
Tomamos la salida en recta, después de unos tramos nos encontramos con un pequeño salto y enseguida, tras dos curvas, la subida a la montaña, varias enlazadas deslizantes y una recta para abordar la bajada con dos curvas muy cerradas en cambios de rasante. Hasta ahora el coche se desenvolvió muy correctamente, pero ya adivinamos dos problemas, el primero la inseguridad en el salto, donde mostraba tendencia a salirse, había que negociarlo con bastante cuidado y un exceso de derrapaje, la estrechez de las llantas y el poco agarre que muestran las gomas de la marca catalana eran las principales culpables, pero llevando el coche por el sitio perdonaba bastante.
Después de descender el puerto, llegamos a una recta muy larga donde apretamos hasta dejarnos los nudillos blancos y nos encontramos con el segundo problema, el coche bota de atrás, con lo que tenemos que controlar no pasarnos con la velocidad y con la frenada, le echaremos la culpa a la escoliosis de los ejes de Tecnitoys, al final de la recta una curva abierta, otra recta y una “U” de radio muy amplio otra recta en subida y dos curvas muy cerradas, algo peraltadas, es decir, de esas que empujan el coche hacia el interior haciendo al coche perder pista. Mi Sunbeam sigue mostrando un excesivo derrapaje que le causa problemas de tracción, pero negocia las curvas perdonando bastante, después una bajada pronunciada que acaba en otra curva en “U” muy cerrada, algunas enlazadas más cerradas de cambio de dirección y entramos en el pueblo.
El pueblo con curvas cerradas, casi siempre en ángulos de 90º que hacen trabajar la guía, el infernal derrape sigue existiendo y en una de ellas tuvimos el primer susto, en uno de los derrapes el coche se levantó de lado y perdió el carril, consumando lo que sería su única salida. Una vez salimos del pueblo más enlazadas de poco radio y entramos en el bosque, varios cambios de dirección con curvas muy cerradas para acabar en una chicane tipo goodwood y entrada en meta. Nuevamente el derrapaje como protagonista, lo que nos quitó bastante tiempo para negociar el resto de las vueltas.
La verdad es que fue muy divertido, no volví a tener salidas de pista, pero lejos de una conducción arriesgada opté por llevarlo suavemente por el carril y evitar sobresaltos, así los tiempos mejoraron hasta llegar a meta. La gente exaltada gritaba una y otra vez un bis, pero era el turno de la música del Escort.
Después de los ensayos y tras arreglar una de las patillas del motor que no hacia buen contacto con las pletinas conseguimos que el coche se desenvolviera correctamente por la pista. Al igual que su antecesor, los derrapes fueron el “si bemol” de la comparativa.
Iniciamos la prueba y el en el salto se mostró más seguro que su rival, pero al llegar a la zona montañosa, el coche tendía al trompo debido al exceso de derrapaje, y nos dimos el primer susto. En una curva deslizante el coche derrapaba demasiado sacando la guía del carril y haciendo trompo, sin embargo, en la bajada y debido a su longitud, al ser curvas cerradas con cambios de rasante, se mostraba algo más ágil que el Talbot por lo que controlando que el coche no se fuera demasiado se convertía en diversión pura y dura. En recta se mostró más fuerte, pero también daba muestras de inestabilidad debido a la misma enfermedad de los ejes que en el Talbot. Al llegar a las curvas interiores con peralte, al ser un poco más largo el coche tendía más a irse hacia dentro, por lo que forzaba a tomar las con algo más de potencia y con cuidado de no pasarse derrapando, más lento que su rival.
El otro susto también lo sufrimos en el pueblo, en la curva posterior a la que el Sunbeam había perdido el carril. Después negociamos el bosque con mucho más cuidado e igualmente la tendencia al trompo marcó el resto de la prueba, cuyo apoteosis final marcando la vuelta rápida en la última vuelta produjo la ovación de todos los asistentes al concierto.
Si tuviera que decantarme por alguno de los dos coches para una gira más importante no sabría por cual, ambos se mostraron bastante críticos a lo largo de las 20 vueltas que disputaron cada uno, mientras el Escort era más rápido el Talbot se mostraba más seguro y fácil de conducir y los segundos de diferencia marcados al final de la carrera no fueron demasiado significativos para decantarse por uno u otro. Lo más facil será siempre elegir el que más nos guste porque cualquiera de los dos son muy divertidos. Veremos si en la prueba con material calibrado y habiendo trabajado en las preparaciones de ambos notamos diferencias. Pero esto será en una segunda parte.
La última vuelta
La conclusión que extraigo de la prueba es la buena tarde de slot que he pasado en casa corriendo con ambos coches por mi pista y disfrutando de lo lindo al realizar la prueba. Slot que muchas veces me olvido cuando analizo un coche para hacer la entrada del blog y que quizás para mi gusto es el slot más divertido. Por ello, hoy, en la última vuelta, el ganador es el slot, y esto es decir mucho de un hobby.
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