Siguiendo con la serie Altaya Campeones de Rally ha llegado a mis manos el último envío recibido de la editorial, el Renault 8 Gordini del Rally de Montecarlo de 1968, modelo del año anterior al comercializado antes en tiendas por Tecnitoys.
Mirando primero uno y luego otro llego a la conclusión de que, en los últimos modelos que la marca Tecnitoys destina a la filial de Planeta son coches con el mismo nivel de acabados que los vendidos en caja. Solo baste recordad el Ford Sierra anteriormente analizado
Y es que si comparamos el modelo de Altaya con el modelo “oficial” podemos comprobar que es prácticamente el mismo. Las 7 diferencias del pasatiempos se encuentran en la tampografía, algo más elaborada la del modelo de caja, el color y detallado de los pilotos, algo más conseguido también en el modelo de caja, el logo de scalextric solamente en el cristal delantero del altayero y ya.
El lacado es tan bueno en un modelo como en otro. Observar el aspecto general del coche es todo un placer, quizás algunos de los fallos que presentan sean debidos al grado de cuidado en los diferentes procesos de fabricación de cada unidad.
Lo que no cabe duda es de que el coche es muy bonito y está perfectamente diseñado, quizás el único pero sea el que los pilotos parecen sacados de la fantástica zarzuela del maestro Manuel Fernández Caballero “Gigantes y Cabezudos”, indudablemente haciendo alusión, no tanto a los primeros como sí a los segundos.
Todos los detalles están muy cuidados y los cromados son lo que le da la vida a estos Renault 8 Gordini. Tampoco nos perdamos los faros delanteros, cuyo cuidado es algo más que notable.
Ninguno de los dos arrasará en los tramos, pero participar en un rally monomarca o con unos cuantos clásicos de rueda estrecha puede ser una auténtica delicia. Lástima que sea difícil encontrar un lugar donde poder sacar a pasear a estas bellezas.
La última vuelta.
Al parecer Tecnitoys nos está obligando a comprar únicamente aquellos modelos de sus colecciones cuyos moldes tienen una vida no mayor de dos años, ya que sumergirse en modelos de años anteriores significa volver a un nivel de acabados significativamente inferior.
Por otro lado, el fabricante español debería proporcionar a sus clientes decoraciones de coches que varíen notablemente unas de otras, ya que la sensación de tener dos coches muy similares no ayuda a seguir adquiriendo sus modelos.
Sin embargo caer en el error de decorar un coche tan mítico como este con decoraciones inventadas o decoraciones actuales tampoco responde a la exigencia de la mayoría de los aficionados.
Paradójicamente, aunque a priori este artículo responde a una comparativa, no hay carrera para ninguno de los modelos, ya que de correrla ambos empatarían en la línea de meta, aunque sin duda lo harían el la parte alta de la clasificación.
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