La reproducción que el fabricante italiano Slot.it nos brinda en esta ocasión corresponde a la que los pilotos Andrea de Adamich y Henri Pescarolo llevaron al tercer puesto de la clasificación final de la no exenta de polémica carrera de las 12 horas de Sebring de 1971.
Era la tercera carrera de la temporada del campeonato mundial de marcas, un buen reclamo para lo más glamoroso de las categorías sport y sport prototipos.
La victoria fue para los pilotos del equipo Martini & Rossi Racing, el británico Vic Elford y el francés Gerard Larrousse, a los mandos del Porsche 917 K, en segunda y tercera posición finalizaron la prueba ambos Alfa Romeo 33/3 al volante de el italiano “Nanni” Galli y el alemán Rolf Stommelen y los protagonistas de nuestra reproducción el italiano De Adamich y el francés Pescarolo.
Con el semáforo en verde los 57 participantes se pusieron en marcha y la guerra entre los Ferrari y los Porsche se planteó desde el inicio y cuando se llevaba una hora de carrera el Porsche 917 se Siffert llevaba la delantera seguido de un sorprendente Andretti con un Ferrari 312P, un coche con cierto morbo, debido a que el otro modelo que la fábrica de Maranello había desarrollado se había destruído durante la carrera de los 1000km de Buenos aires con el desenlace fatal de la muerte del piloto italiano Ignazio Giunti. Donahue, con otro Ferrari, esta vez el 512 defendía la tercera posición de los ataques del mejicano de Porsche Pedro Rodríguez y del inglés Jack Oliver
En ese momento el equipo de Wyer incurrió por primera vez en falta por incumplir el reglamento, El 917K de Jo Siffert se quedó sin gasolina lejos de los boxes y el suizo, bidón de gasolina en mano, llegó hasta el coche subido en una motocicleta permitiendo el repostaje y por tanto continuar en carrera. Incomprensiblemente los comisarios no sancionaron el hecho y el malestar en los boxes fue patente. En cualquier caso el percance hizo que Mario Andretti y su 312P comandaran la clasificación provisionalmente
En la cuarta hora de carrera, casualmente, tal y como acontece en muchas películas, el Ferrari 512 de Gregory Young sufrió un accidente del que salio ileso de milagro justo antes de que el coche estallara en llamas.
El liderato cambiaba de manos continuamente y el Porsche 917 de Elford y Larrousse remontaba poco a poco hasta la cuarta posición. Andretti abandonó por problemas en su 312P con la transmisión. Donahue y Rodríguez se enganchaban en una curva y ambos se veían obligados a detenerse en los boxes. Una vez allí el piloto de Ferrari avivaba la tensión acusando a viva voz al mejicano Rodríguez el haberle chocado varias veces antes de engancharse. Esto provocaba que Stommelen y Galli ocuparan la primera plaza de la clasificación con su Alfa Romeo 33/3. Aunque la sorpresa rondaba por Sebring, Elford y Larrousse reaccionaban y a las pocas vueltas remontaban a esa primera posición, que ya no abandonarían hasta el final de la carrera. El otro Alfa 33/3 de De Adamich y Pescarolo se situaban en cuarta posición inmediatamente detrás del maltrecho Porsche 917 de Rodríguez y Oliver, pero una nueva parada en boxes provocó que el coche de la marca de Milán alcanzara el podium de manera ya definitiva.
La polémica se incrementó al final de la carrera cuando Roger Penske, propietario del Ferrari patrocinado por la petrolera Sunoco y pilotado por el malogrado Mark Donahue y el británico David Hobbs presentó una queja formal denunciando acciones antirreglamentarias y conducta antideportiva de los integrantes del equipo Porsche oficial de John Wyer. Penske señalaba que después del enganchón de las carrocerías del Ferrari de Donahue y el 917 de Rodríguez y Oliver, el Porsche corrió el resto de la carrera sin un gran porcentaje de la carrocería. Carecía del guardabarros delantero, y en consecuencia del faro que en él se aloja. También recriminaba la acción sobre el Porsche de Siffert-Bell debía ser descalificado porque había repostado de manera ilegal y que en el último reportaje en la vuelta 149, este mismo 917 había repostado sin detener el motor tal y como dictaban las normas. La escudería de Wyer fue sancionada viéndose superada por coches muy inferiores al 917K.
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