Bjorn Waldegärd y Hans Thorszelius participaron en 1973 en el Rally de Kenya, también conocido como Rally Safari a bordo de un Porsche 911 Carrera RS 2.7 con resultado de abandono por problemas en el motor.
Un rally, que como en la mayoría sus ediciones no estuvo exento de las diferentes vicisitudes propias de la prueba, lluvia, barro, piedras, etc… que siempre han sido un elemento diferencial entre esta peculiar prueba y el resto de rallyes del mundial.
Era la vigesimoprimera edición, cuarta ronda del mundial y primer año en el que su concierto era puntuable para el campeonato y no fue una excepción, siendo además una de las más disputadas de la época, avalada por la diferencia de menos de un minuto entre el ganador y el segundo clasificado.
La cara fea del rally fue esbozada por el equipo Ford, de quien se esperaba mucho más, ni Roger Clark, ni Hannu Mikkola, ni Timo Mäkinen pudieron acabar la prueba, tan solo Vic Parsons Junior pudo llevar a uno de los Escort MKI a la meta ocupando el decimocuarto puesto a más de 12 minutos del ganador. Lo que dejó la pelea en manos de los Datsun 240Z y 1800 SSS contra los Peugeot 504 Ti.
Durante la primera etapa Makinen con su Ford Escort MKI consiguió una leve ventaja tras la parada obligada por reparaciones debido a problemas en la dirección del también MKI de Roger Clark. Parecía que iba a ser un paseo militar para los coches de la marca del óvalo, pero solo era la primera etapa, los suecos Harry Kallstrom y Claes Bilstram le seguían muy de cerca con su Datsun 1800 SSS.
Con el británico perdido en la clasificación y al borde del abandono, Mikkola en el otro Ford perdía en penalizaciones un tiempo muy valioso que al final le llevaba al abandono. 71 de los 89 participantes que tomaron la salida el día 21 de Abril de 1973 en los campos del centro de conferencias de Nairobi no tuvieron la oportunidad de volver a la capital Keniana. La mayoría por accidente o daños en los coches debidos incluso a algún atropello de algún animal.
Una de las retiradas destacadas fue la de los polacos Sobiesław Zasada y Marian Bień al volante del otro Porsche 911 Carrera RS con el dorsal 5 patrocinado por Bosch, que peleaba por las primeras posiciones de la prueba, debido a problemas en su caja de cambios. Waldegard, con el Porsche 911 Carrera RS con el 10 en el lateral del mismo equipo, ya había abandonado el rally anteriormente por un fallo en su motor.
Pero cuando parecía que el rally iba a quedarse en poder de Kallstrom y Billstam, el Datsun 240Z de Shekhar Mehta venía desde atrás como una exhalación sorteando los obstáculos del rally sin mayor dificultad. Mister Safari, junto a Lofty Drews cruzaron la meta en Nairobi el 23 de Abril de 1973 en primera posición al volante de su Datsun 240Z, seguido de los suecos Harry Källström y Claes Billstam con el 1800 SSS y cerrando el cajón el sueco Ove Anderson acompañado del actual capo de la FIA, el francés Jean Todt, a dos minutos de los ganadores, en su Peugeot 504 Ti. Siempre hubo quien dijo que Datsun eligió ganador para esta carrera, pero nunca se ha sabido nada de manera oficial.
Porsche 911 Carrera RS Rally Safari 1973 Fly Car Model Edición ForoSlot Madrid
En la 25 edición del ForoSlot Madrid, Jesús Blanco decidió ofrecer a sus clientes un coche conmemorativo fabricado por la madrileña Fly Car Model en colaboración con el artesano catalán Jordi Molist de Hobby Classic. Y el modelo elegido no es otro que el Porsche 911 Carrera RS con el que Bjorn Waldegard participó en el Rally Safari de 1973 con patrocinio de Bosch. El coche viene presentado en una elegante caja de cartón, similar a la del Lancia 037 Safari de la edición anterior del ForoSlot Madrid.
Y como es últimamente costumbre, el coche se oferta en dos versiones, una con el coche inmaculado y la otra con el llamado efecto barro. Sin duda una manera de sangrar más a los clientes que no quieren dejar pasar la ocasión de poder coleccionar los cochecitos. Sinceramente, creo que es un poco abuso hacia el coleccionista.
Y si entramos en materia podemos comprobar que sin ningún género de duda este Porsche 911 es un más que digno candidato al Oscar en la categoría de mejor coche del año. Es como si hubiéramos vuelto en el tiempo y volviéramos a ver a aquella Fly Car Model de principios de los 2000, cuando la calidad era una razón de ser de la marca madrileña. Al menos, antes de entrar en los pequeños detalles.
Y es que su aspecto general es fantástico. Hay buen gusto en la elección de la librea y en la pintada de la misma. La pega está en la tampografía, a la que si osamos acercarnos podemos observar cómo la definición no es precisamente un punto por el que presumir demasiado. Es como tantas películas en las que rascas un poco en la personalidad de los personajes y el guion se desmorona solo.
Cuando observamos las defensas, tanto delantera como trasera del coche, comprobamos que son el elemento que convierten a este Porsche 911 Carrera RS en el modelo Safari, su acabado es de una calidad muy fina, pero incurrimos en el problema de acercarnos demasiado y vemos que la fase de pulido de las piezas es un olvido importante. Desde mi ignorancia desconozco si realizar dicho pulido de las piezas pondría en evidencia su dureza y durabilidad. En cualquier caso, la película se gana el favor del público.
El frontal es parada obligada. Merece mucho la pena detenerse para comprobar cómo la farera supletoria conforma una figura que rivaliza con cualquier clásico del cine. Convierte al modelo de bonito en maravilloso, algo que cualquier aficionado al automovilismo debería agradecer. Y si le sumamos los marcos negros de los faros del coche en sí no deja opción a la duda, este Porsche 911 Carrera RS es una gozada.
Y después de ver un frontal espectacular la curiosidad me lleva a la zaga, donde el trabajo también es muy bueno, aunque cualquier director se percataría de los mismos problemas señalados con la tampografía anteriormente. Y también se puede apreciar que el cierre del parachoques con la carrocería no está del todo perfectamente realizado.
Los mismos problemas de pulimento podemos comprobar en las asas que sujetan la tapa del motor y las sujeciones de la rueda de repuesto, que aparentemente son muy elegantes, pero cuando nos acercamos tienen esa tendencia al descuartizamiento. Es como si dar cera, pulir cera lo hiciera solo el luchador manco.
Sin embargo, las llantas Fucks que tantos años montó Porsche en sus coches consiguen el brillo en sus ojos, llevando la reproducción a un estado perpetuo de comedia romántica. El conjunto de línea-llantas es uno de los motivos por el que este modelo es una auténtica gozada
Otro detalle a tener en cuenta y que no pasa desapercibido es la presencia de la doble bocina del claxon, situada por encima del capó y que también montaba el modelo real, que le da un nuevo plus a la reproducción. Igualmente los tiradores de las puertas son algo más que una mera presencia.
Y pasamos al interior del coche, también decorado y con los pilotos sin casco, como en muchas de las etapas reales del rally, los pilotos pasaban tanto calor que no aguantaban el calor de los cascos y por ello se los quitaban o no los llevaban. Algo muy de la época.
La última vuelta
Recordando a los antiguos modelos de Fly, este Porsche 911 Carrera RS es una de la piezas que me ha sorprendido este año, viendo como la calidad en muchos de los fabricantes está bajando de manera alarmante. Una elección exquisita tanto por la decoración elegida como el trabajo realizado sobre ella. Lástima de esos errores de tampografía que no dejan un sabor de boca perfecto. Esperemos que
para próximos modelos sea así.
Esta entrada está dedicada a una amiga que le gusta que comparta mis aficiones con ella y yo disfruto haciéndolo. Gracias Gema.
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