En Junio de 1992 se celebró el Rally Ypres 24 horas sobre asfalto con unas temperaturas propias del inicio de verano, 396,92 Km tendrían la culpa de que los belgas Patrick Snijers y Dany Colebunders fueron profetas en su tierra y consiguieran el triunfo final dentro de un Ford Sierra Cosworth 4×4 y de que el Mitsubishi Galant VR4 pilotado por Erwin Weber y Manfred Hiemer se saliera en una curva a falta de unos pocos tramos para terminar el rally cuando habían dominado la carrera desde el inicio. Aun así, el bueno de Erwin Weber consiguió ese año el entorchado de campeón de Europa de Rallyes.
Era el año de la olimpiada en Barcelona, con la resaca de la primera Champions del Barça nuestros ojos estaban puestos en si Antonio Rebollo acertaría con el flechazo o no, que si Curro era un pájaro o un coleguita del planeta de Cobi o si este iría a visitar a Curro en el nuevo AVE, pero en el mundo motor, pudimos disfrutar viendo cómo el piloto estadounidense Kenny Bernstein superaba por primera vez las 300 mph (482,803 km/h) en el cuarto de milla en la National Hot Rod Association en Gainesville, cómo Gilles Villeneuve perdía la vida en Zolder o su compañero en Ferrari, Didier Pironi perdía la movilidad en las piernas en otro accidente, esta vez en Hockenheim En el mundo rally, solo teníamos ojos para el madrileño Carlos Sainz que tenía pinta de conseguir, como así fue, su segundo campeonato del mundo. Pero había más cosas en el mundo rally.
El Rally 24h de Ypres se celebra en los alrededores de la ciudad de Ypres, al oeste de Bélgica y muy cerca de la frontera con Francia, en la región de Flandes occidental. Una región muy recomendable para viajar y disfrutarla. Y aunque Ypres no era un rally incluido en el campeonato del mundo, si era y es un rally que siempre tiene muchos alicientes.
La edición de 1992 contaba para el campeonato de Europa y había varios fabricantes con posibilidades situar sus coches en lo más alto del cajón. Entre ellos figuraban Lancia con el HF Integrale del equipo H.F. Grifone SRL pilotado por los italianos Fabrizio Tabaton y Rafaelle Caliro o el de los franceses Pierre-César Baroni y Philippe David del equipo Astra Racing, Ford, con sus Sierra Cosworth 4×4 destacando los belgas Patrick Snijers y Dany Colebunders, sus compatriotas Robert Droogmans y Ronny Joosten y los británicos Jimmy McRae y Rob Arthur como principales pilotos para obtener el triunfo, los Mitsubishi Galant VR4 pilotado por los alemanes Erwin Weber y Manfred Hiemer, los Subaru Legacy o los Peugeot 309 GTI16. 150 coches fueron inscritos en la carrera, en su mayoría pilotos locales, y de todos ellos tan solo 88 consiguieron llegar al último control stop.
Los casi 400Km de los que constaba el rally se disputaban sobre el asfalto belga en horario diurno y nocturno. El primer día se recorrían 183Km divididos en 15 tramos con inicio a las 19 horas en Zandvoorde y final en Merkem a eso se las 2:30 de la mañana y el segundo los 23 restantes sobre un total de algo más de 213Km que se iniciaba a las 3:15 del mediodía en Zoning y el último kilómetro en Zonnebeke a casi las 3 de la mañana.
Erwin Weber y Manfred Hiemer inauguraron su carrera pulverizando el crono en Zandvoorde y colocándose en cabeza y salvo en el segundo tramo, en Hollebeke, donde el belga Robert Droogmans y su copiloto Ronny Joosten si lograron situar su Ford sierra Cosworth 4×4 por delante de los alemanes, hasta el tramo de Dikkebus (el séptimo) fue un monólogo de los del Mitsubishi Galant VR4, que funcionaba como un reloj.
El Lancia integral de Fabrizio Tabaton recortaba tiempo en el octavo tras un nuevo paso por Zandvoorde, pero no conseguía alcanzar a los imparables alemanes quienes mantenían el liderato y parecían dedicarse a controlar a sus rivales. Nuevamente Droogmans volvía a hacer el mejor tiempo en Hollebeke y Tabaton en el décimo, parecía que el rally va a estar entre ellos.
Entre los tres se repartieron los siguientes tramos, aunque Weber seguía rindiendo a muy buen nivel y se hizo con el 15, 16 y 17 y el resto se lo repartían entre sus otros dos máximos oponentes, pero un Patrick Snijers empieza a aparecer muy rápido en las posiciones de arriba consiguiendo muy buenos tiempos, dejando a Tabaton por detrás y aprovechando el abandono de Droogmans por un problema de motor. El único que parece mantener el tipo es el alemán con el Mitsubishi Galant VR4 que sigue a lo suyo haciendo muy buenos tiempos y controlado a sus perseguidores.
Snijers sitúa su Ford Sierra Csworth 4×4 por delante en los tramos de Alveringem, Siint Juliaan, Zonnebeke y en el segundo paso por Zoning, alcanzando la segunda plaza y acercándose a Weber que ya no rueda tan tranquilo siendo consciente de que debe apretar, el 28 (Kruiseke)y el 29 (Middelhoek) son suyos, pero en el 30, llegando a Kemmelberg pierde el coche y se va fuera en una curva que le impide volver a pista, Tabaton consigue el mejor tiempo en ese tramo, aunque no es lo suficientemente rápido como para evitar que el belga aproveche la situación y se sitúe líder.
Con Weber fuera de carrera Pierre Cesar Baroni y Philippe David en el otro de los Lancia HF Integrale se reafirman en la tercera posición haciendo un buen papel y consiguiendo los mejores tiempos en los tramos 31 y 32, pero lejos de Fabrizio Tabaton y Raffaele Caliro quienes son segundos cerca de los belgas de Ford. Los italianos lo intentan, empujan fuerte en los tramos del 33 al 36 y se colocan liíderes de la prueba en Alveringem, a falta de dos tramos, pero Snijers destapa el tarro de las esencias y consigue dejar a 4 segundos por detrás a los de Lancia, subiéndose a lo más alto del cajón con una conducción magistral en los últimas especiales.
Erwin Weber tuvo que abandonar el rally tras el accidente, su único abandono de la temporada, pero eso no supuso un problema para que a final del año levantara el trofeo como campeón de Europa de Rallyes (ERC) tras conseguir la victoria en Bulgaria, Polonia, Alemania y Grecia.
Mitsubishi Galant VR4 Avant Slot
Avant Slot, en su política de lanzar nuevos moldes de coches de rally, política que por supuesto tenemos apoyar y agradecer, se ha atrevido a hacer su versión del Mitsubishi Galant VR4, en este caso con la reproducción del modelo que participó en el Rally de Ypres de 1992 y que, como el coche real que participó en el rally, se ha quedado a las puertas del éxito, bueno, en el caso de la reproducción, decir a las puertas es ser muy generoso.
Y no porque el acabado esté mal realizado, la pintura y la tampografía están bien definidas, aplicadas con gran precisión y con una limpieza más que destacable, en este aspecto no se le puede poner ningún pero. Lo que muestra lo hace perfecto.
El principal argumento se sitúa en la realización del molde, que pierde semejanza de lo que era el Mitsubishi Galant VR4. Este coche se perfila demasiado ancho, demasiado cuadrado y demasiado aplastado, lejos de lo que debería ser. No hablaré de dinámica que a buen seguro por cotas, altura y mecánica dará buenos resultados, no sé si los mejores, pero sí para tenerlos en cuenta. Los coches de Avant Slot siempre funcionan bien y se disfrutan cuando se les hace rodar.
El perfil del coche se antoja bonito, muy bonito, pero no tiene los pasos de rueda ensanchados como los mostraba el coche de rally original y en general se le ve algo más cuadrado que la versión original que se asemejaba algo más a lo que después sería el Lancer. Los retrovisores no son los que montaba el coche original en la carrera, de hecho, son más parecidos a los del modelo de calle.
Pero es cuando observamos al coche desde el frente cuando empezamos a ver los problemas más claramente. Al estar ensanchado los faros delanteros se ven muy anchos, algo disimulados por los logotipos con fondo blanco de Mitsubishi, el capó queda aplastado, porque lo que se le ha añadido en anchura no se ha hecho en altura, lo que hace que el coche se vea desproporcionado. Queda muy recto y muy bajo. Igualmente ocurre al mirar el techo desde la misma posición, tienes esa sensación de que está demasiado aplastado.
Al darle la vuelta y verlo desde atrás se acentúa esta sensación, los faros, que de por sí son grandes en el modelo real, aquí son demasiado anchos. Tampoco acompaña la matrícula que aumenta la del modelo real desproporcionadamente, de hecho, se puede observar en la reproducción que la matrícula abarca más espacio que el disponible. Igualmente, no existe ningún tipo de curvatura en la línea trasera. Es demasiado recta y se ve rara, sobre todo cuando comparas el alerón del modelo real y del modelo a escala. Los logotipos que llevaba el coche real a ambos lados, por encima de los faros en la reproducción de Avant se han convertido en dos puntos rojos que no aportan nada, o se hacen bien o se hace como con el logotipo del fabricante japonés en el embellecedor del radiador, se omite y no hay nada más que hablar.
Para las llantas Avant Slot ha montado en el coche unas llantas de metal con tapacubos en plástico insertados, una solución muy interesante, de montaje muy sencillo, de buena calidad y bien rematados. Los ventolines de las llantas delanteras imprimen gran carácter al coche y dejan un gran sabor de boca. No rozan la tosquedad que imprimen otros fabricantes.
El interior es correcto, sin alardes, los pilotos bien ejecutados y perfectamente integrados. Se me antoja el block de notas del copiloto un tanto grande y aunque tiene anotaciones escritas y es de agradecer, podrían haberlas ejecutado con algo más de contraste para poder distinguirlas mejor. En este sentido nada que pueda achacarse a la reproducción.
Dinámicamente el coche es lo que ofrecen todos los Avant, piezas de buena calidad que a buen seguro darán buen resultado y conseguirán que sea un coche rápido y que se pueda disfrutar en pista.
La última vuelta.
Avant Slot está haciendo últimamente un gran trabajo con la elección de modelos que queremos los aficionados. Y es de agradecer, la verdad. Hay que decir que el Mitsubishi Galant VR4 estaba en mi lista de deseos desde hace mucho tiempo y como el fabricante es inteligente todavía nos tiene un poco a la espera de esa versión del Monte Carlo más oficial. Nos ha enseñado el caramelo y queremos ir a por más. Pero al igual que en algunos modelos anteriores, como el Nissan 240RS donde creo que, sin llegar a lo más exigible, sí acertó más en la ejecución de la reproducción, en este Mitsubishi Galant VR4 no ha conseguido dar con la tecla que lo eleve donde están los grandes.
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