En 1953 unos colonos británicos querían conmemorar la coronación de su nueva reina Isabel II, y para ello decidieron crear una carrera que recorriera parte de sudeste africano. Nacía así, el Rally Safari.
La salida se tomaba en el centro de Nairobi y finalizaba en el mismo lugar. Cierto es que en las ediciones que el Rally Safari ha salido de Kenia, el inicio de la carrera se ha realizado o bien desde la capital de la vecina Uganda, Kampala, o bien desde la también capital de Tanzania. Dar Es Salaam.
El caso es que el Rally Safari se convirtió en una de las pruebas más exigentes del calendario internacional de rallyes, y no solo por los innumerables barrizales, charcos, y grava, también por tratarse de una carrera en la que las carreteras y caminos están abiertas al tráfico, además de la constante presencia de animales en todo el trazado.
Tal especial era este rally que los triunfadores eran más aquellos coches cuyas mecánicas eran más resistentes que las más potentes o rápidas, de hecho, ha habido grandes dominadores de los campeonatos de rallyes que nunca han ganado el safari. Coches como el Lancia Stratos, el Fiat 131 Abarth o el Peugeot 205 T16 son coches que han “mordido el polvo” en Kenia.
El primer europeo que consiguió el triunfo en el Safari no fue otro que el finlandés Hannu Mikola en 1972, acompañado de Gunnar Palm a bordo de un Ford Escort RS 1600 a la edad de 30 años y no repitió victoria hasta 15 años despues, esta vez acompañado del sueco Arne Hertz y al volante de un Audi 200 Quattro.
Pero quizás quien más ha sorprendido en este rally ha sido Juha Kankkunen, quien en el año de su debut en la prueba consiguio el primer puesto del cajón a los mandos de un Toyota Celica TCT para después conseguir tres victorias más a lo largo de su carrera: una con Lancia (Delta Integrale HF Turbo) en 1991, otra con Toyota (Celica 4WD) en 1993, objeto de este artículo y una más con Subaru (Impreza WRC) en 2000.
La edición del 93 fue marcada por la crisis económica que obligó a varios de los equipos más punteros de la competición a no participar en el Safari. Este rally, habitualmente exigía cambios estructurales en los coches, chasis modificados, carrocerías modificadas, suspensiones, etc, además de los desplazamientos, hoteles etc…, amén de que no disponía de gran repercusión mediática en los países donde las marcas tenían mucha presencia. Esto hacía del Safari un rally poco atractivo a las marcas, lo que provocó la no participación de Ford, Lancia y el equipo oficial Mitsubishi.
Por tanto, el camino para la victoria al equipo Toyota Castrol Team, equipo oficial de la marca japonesa estaba más que allanado. Así, cumpliéndose todas las previsiones dichos coches ocuparon las cuatro primeras plazas del Rally. Siendo Juha Kankkunen el claro dominador de la prueba desde el primer día, quiemn puso tierra de por medio sobre su máximo perseguidor Marku Alen a quien aventajó en más de 10 minutos al final de la carrera. El keniata Ian Duncan completó el podio.
Team Slot ha sacado al mercado una nueva colección, muy de moda últimamente, de coches en serie limitada a 1000 unidades con el nombre de “Gold Edition” presentado en una más que elegante caja de cartón, también muy a la moda, y el primer modelo de dicha colección es el Toyota Celica 4WD que participó en el Trustbank Rally Safari en 1993 pilotado por Juha Kankkunen y Juha Piironen.
Y es que Team Slot es una de esas marcas que cuenta con numerosas simpatías entre los aficionados, ya que sus modelos tienen ese algo especial, al igual que ocurre con los Cartrix, que sin ser modelos demasiado preciosistas sí que gozan de ese duende que tienen los más grandes artistas.
Al abrir la caja descubro que en mi unidad la defensa está suelta y que exige un poco del sempiterno cianocrilato. Nada punible si se utiliza con mucho cariño. Una vez pegada la defensa descubro que el aspecto global del coche es estupendo. Verlo circular por la pista es una delicia. Las deficiencias las empiezo a encontrar en el momento en que cojo el coche y comienzo a observarlo más detenidamente
Hablando siempre de mi unidad, la número 19 de 1000, encuentro que la tampografía deja bastante que desear, los logotipos no se definen correctamente y los acabados no están bien terminados. Además muchas partes del coche ofrecen bastantes rebabas y mordeduras.
El frontal del coche es muy bonito, pero mirandolo en detalle descubro que tanto la barra como la parrilla de la defensa tienen graves deficiencias, es como si alguien las hubiera mordido y esto ya no se arregla con cianocrilato.
Sin embargo, agradecemos al fabricante que haya incluido los logotipos de la marca tabaquera que patrocinaba al equipo. ¡Por fin! Para ello nos incluye una advertencia en el reverso de la caja donde indica claramente que la reproduccion no es un juguete y que es para mayores de 18 años. Especialmente bonita se ve la que figura en el capó coronando la parrilla de aire, cuyo acabado es bastante correcto.
Los faros delanteros son espectaculares, las tulipas destacan sobre los marcos de manera muy correcta. Lástima que las ópticas traseras estén pidiendo a gritos unas tulipas más acordes al coche reproducido que el aspecto pictórico que presentan las actuales. Hacen que la zaga del coche tenga ese aspecto triste que se nos va quedando a medida que avanzamos sobre el coche.
Quizás lo que menos me disguste del coche sea el interior. El salpicadero está muy bien definido y correctamente decorado. Los pilotos, de cuerpo entero, mantienen una postura un poco forzada, quizás más de Karting, y aunque también están decorados, no hay que fijarse mucho para comprobar la cantidad de rebabas de las que hacen gala; particularmente el copiloto es para olvidar. Otro pero, esta vez más perdonable, está en la rueda de repuesto situada a la espalda de los pilotos, cuyo neumático rayado desentona de los de tacos que monta el coche.
Pero si hay un aspecto a mejorar en este coche, sin duda es el que hace referencia a las llantas, las cuales están muy lejos de la calidad mínima que se les debe exigir. Desde el acabado general, que presenta diferentes “arrugas” hasta el tampografiado, que no solo no completa el logo del patrocinador, si no que se puede ver a través de él.
La última vuelta.
Decepción. Quizás esta sea la palabra que mejor defina lo que me he encontrado en este Toyota Celica. Y de Team Slot, que se ha subido al carro de los coches de plástico en edición limitada a un precio muy superior de coches que la misma marca vende con unos acabados infinitamente mejores.
Y es que no nos engañemos. Que a un coche le cambien la urna de plástico por una caja de cartón más o menos bonita, no es excusa para elevar un precio, más o menos de 40 a 70 euros con la excusa de que es una serie limitada. Menos cuando es un molde que ya existe y que no presenta ninguna novedad sobre los anteriores y que tiene más fallos que un examen de Zipi y Zape. Si al menos le hubiesen dado un efecto barro…
Pero lo que más me duele es comprobar como hay fabricantes que piensan que no nos damos cuenta de estas cosas o que no nos importan. Señores, cualquier cosa no es susceptible de ser serie limitada u objeto de colección de lujo.
Por tanto, y quien me conoce, sabe que lo siento una barbaridad, este coche no pasa el corte y se queda en posiciones más que retrasadas en la última vuelta
Waskalas,
Muy buena nota y muy lindo auto!!!
Gracias !!!
Abrazo
Leo J