Jaguar D-Type Le Mans 1955 Autoart

por | Feb 6, 2009 | AUTOart, Resistencia

En la carrera que cambió la historia del automovilismo deportivo el Jaguar D-type pilotado por la dupla británica Mike Hawthorn – Ivor Bueb se hizo con una victoria más agria que dulce debido a los sucesos que se produjeron durante su celebración a las dos horas y media de haberse dado el pistoletazo de salida.

El grave accidente ocurrido dicho 11 de Junio en el circuito de La Sarthe en el que perdieron la vida, además del piloto francés de Mercedes Pierre Bouillin, o más conocido como Pierre Levegh, más de 80 personas y tantos heridos hicieron que dicha carrera fuera el punto y final de Mercedes en la competición y un punto de inflexión en la concepción de las carreras de velocidad.

Hawthorn doblaba al lento Aston Martin pilotado por Lance Macklin en la recta principal y dirigió su Jaguar hacia la derecha en dirección a boxes su frenada provocó que el Aston Martin de Macklin se echara hacia la izquierda obstaculizando al veloz 300SLR de Levegh que en ese momento trataba de adelantar al piloto británico. Al tratar de esquivarlo apoyó su rueda delantera derecha sobre el guardabarros izquierdo del coche de Macklin resultando catapultado hacia el terraplén. Levegh salió despedido del habitáculo y perdió la vida al instante, el puente del Mercedes se partió en el impacto y las piezas del coche, entre las que se encontraba el motor salieron despedidas hacia la tribuna llevándose consigo la vida de más de 80 espectadores y dejando con heridas de diversa consideración a otros tantos. El fuego y el humo se apoderaron de la pista. Fangio que se situaba justo detrás a 260 km/h pudo esquivar a su compañero de equipo y al maltrecho Aston Martin, que a consecuencia del incidente cruzó la pista para salir rebotado de los boxes y se detenerse de nuevo al otro lado, bajo el puesto de una cámara de televisión.

Nunca se confirmó, pero, al parecer, Levegh tuvo todavía un segundo para levantar la mano y poder avisar al Chueco del peligro. Pero el coche no salió ileso del accidente ya que tanto la carrocería como un faro fueron golpeados por algunas de las piezas desprendidas del otro Mercedes. Viendo por el retrovisor lo ocurrido Hawthorn decide proseguir y no parar en esa vuelta, siendo Kling el que segundos más tarde si lo hace.

Charles Faroux, director de carrera decide que la carrera prosiga para evitar el caos en los accesos al circuito y facilitar la evacuación de los heridos y el traslado de los cadáveres. Seis horas más tarde Neubauer, siguiendo órdenes de los dirigentes de Mercedes, retira a sus coches de la carrera cuando ambos se situaban en primer y segundo lugar, dejando vía libre al jaguar de Hawthorn-Bueb para hacerse con la victoria en una carrera con la historia ya escrita.

Una curiosidad macabra es el final de ambos pilotos quienes cuatro años después perdieron la vida en sendos accidentes, Hawthorn conduciendo su Jaguar 3.4 Sedan llamado “The Merceater” (devora Mercedes) por la “A3 Guilford bypass” chocando curiosamente contra un Mercedes 300 SL y Bueb a los mandos de un BRP de Fórmula 2 disputando una carrera en Francia.

Jaguar D-Type Le Mans 1955 AutoArt

Si cuando publicamos el artículo sobre el Jaguar C-Type del 53 comparamos la belleza del coche con una sinfonía, hoy no podríamos dejar de hacer lo mismo. Pero antes de que el avezado lector pueda acusar a este humilde aficionado de repetitivo, le animo a que prosiga la lectura.

Al contemplar este Jaguar nos encontramos que nuestras papilas gustativas comienzan a salivar al estilo de los perros de Paulov, y es que la sinfonía de sabores que nos produce este Jaguar hace que deseemos que este banquete no acabe nunca

Degustar sus líneas, paladear su tampografía o saborear sus acabados son sin duda sensaciones que cualquiera ha de experimentar por si mismo.

Y es que, siguiendo el símil, nos encontramos un coche digno de la más alta cocina. Pero no de esa cocina moderna llena de burbujas y platos abandonados que hay que recorrer durante un rato para alcanzar el ínfimo bocado que se asienta en un lado y que cuando lo llevas a la boca la pregunta que te hace tu cerebro y que jamás llegará a tu boca es simple y solo ocupa dos palabras: “¿ya está?”.

Este coche huele al calor de los fogones, a cocinas repletas de los vahos especiados que desprenden las ollas a fuego lento, a cocinas con pan recién horneado y a un sin fin de sensaciones que consiguen que un clásico, ganador de la más mítica carrera y reproducido con el más exquisito gusto, nos lleve a esas épocas en blanco y negro donde el automovilismo era más que un bocado en una esquina abandonada de un plato.

La última vuelta.

La pregunta que me hago hoy es que si hay un fabricante que haga coches de tal calidad estética ¿por qué toda la calidad dinámica que posee cabe en una taza de las de café solo de restaurante pututu?

Porque aunque la presencia que le dan en los foros a esta marca es más bien escasa, no cabe duda de que sus calidades estéticas superan a muchas de las marcas que vemos cómo se las ensalza todos los días.

Si alguna vez combinaran esa estética con una buena dinámica conseguirían no solo esa presencia en los foros que se merecen, si no además todo el respeto de los aficionados que se dedican al noble arte de correr con cochecitos. E incluso algo mejor, presencia en el mercado. Por ello entendemos que el coche entra en la última vuelta en posiciones intermedias y no mejora dicha posición en la línea de meta

¿Te ha gustado esta entrada?

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Este contenido está protegido