La 22 edición del Rally de Ypres o 24h de Ypres generó bastante expectación entre los aficionados al automovilismo en Bélgica debido a la confirmación del concurso de varios de los pilotos más importantes del panorama mundial, entre los que se encontraban tanto bruno Saby, como Fabrizio tabaton o Jean Ragnotti. Pero lo más esperado era poder disfrutar en vivo de las estampas que dejaban los supercoches del grupo B en los tramos del rally. Destacado papel tuvo el Ford RS200 objeto de esta entrada.
El gran favorito para ganar la prueba, el francés Bruno Saby con Peugeot 205 T16 comenzó el rally sin reservarse nada y parecía que iba a dominar los tramos sin grandes dificultades, pero un accidente fuera de tramo mientras se disputaba la quinta especial del primer día, fue el detonante para que el bravo piloto galo tuviera que abandonar el rally unos tramos más tarde.
El otro gran animador de la carrera, el italiano Fabrizio Tabaton al volante del potente Lancia Delta S4, estaba disputando el campeonato de Europa, campeonato que al final de la temporada acabó en sus manos, por lo que para él este era un rally importante. Y así lo parecía hasta que a falta de dos tramos para la finalización de la carrera accidentó su coche en la especial 24 durante el segundo día de la competición, cuando lideraba la carrera, privándole de la victoria y de los ansiados puntos. Aún así, la temporada terminó con el título de campeón para su palmarés
En ese momento Droogmans tomaba la cabeza de la carrera y no la abandonaría hasta proclamarse vencedor del Rally por delante de los también belgas Patrick Snijers y Dany Colebunders sobre un Lancia 037 quienes se situaron a 1 minuto 39 segundos de los ganadores. El último peldaño del cajón lo ocuparon otros belgas más, Marc Duez y Lux Willy al volante de un MG Metro 6R4 a casi 4 minutos de los vencedores.
Primera de 4 victorias en el Rally D’Ypres para Robert Droogmans y su inseparable copiloto Ronny Joosten. Las otras tres se producirían en los años 1988, 1989 al volante de un Ford Sierra Cosworth y en 1990, esta vez con un Lancia Delta HF Integrale como montura, victoria que le ayudó a proclamarse durante esa temporada campeón de Europa.
Parecía que el joven piloto belga podría convertirse en una estrella de los rallyes, lo cierto es que no tuvo todo el apoyo necesario de los patrocinadores, y aunque tuvo oportunidades, dispuso de un Ford Sierra Cosworth oficial para correr en Montecarlo 1987, la mala suerte se apoderó del bravo piloto belga en forma de rotura del motor. La misma suerte corrió el año siguiente (1988) en el RAC Rally al retirarse por accidente. Dos años después cerraba su participación en el mundial de Rallys, también en el RAC ocupando la décima posición con su Lancia Delta Integrale 16V cuando trabajaba para los colores del equipo Jolly Club.
Ford RS200 Superslot
Superslot tiene a bien deleitarnos con otro modelo del mítico grupo B de Rallys. En este caso la reproducción elegida corresponde al Ford RS 200 del Belga Team, cuyos colores defendían los belgas Robert Droogmans y Ronny Joosten y que triunfó en el no tan conocido 24h D’Ypress o Rally D’Ypress de 1986.
La primera impresión que obtuve al tener el coche en mis manos fue la de sorpresa. Los logotipos de las tabaqueras Bastos y Belga se dibujaban a lo largo del coche con total perfección y nitidez, lo que me provocó un profundo sentimiento de satisfacción.
La segunda impresión no fue tan buena. El color rojo de la decoración se me antoja bastante apagado en relación a su homónima real, al menos en mi unidad. Si hacemos una comparación con su hermano el MG Metro 6R4 con la misma librea podemos apreciar la diferencia, que es más acusada de lo que muestra la foto.
Aún así, en mi opinión Superslot podría ser un espejo en el que mirarse cuando algún fabricante gusta de detallar sus coches. Líneas completamente definidas, logotipos perfectamente realizados, sin importar su tamaño…
Los faros delanteros, intermitentes, parrillas etc, hacen de esta reproducción una de las que más me gustan del fabricante británico. La zaga solo se queda atrás por su situación física, si no que también está detallada con el máximo cuidado posible.
Las llantas son una delicia, lástima que los discos de freno no acompañen con una mínima decoración. Por el contrario, el escape cromado es un detalle de agradecer.
Quizás el interior sea la nota más discordante si la comparamos con el resto de la reproducción. Tanto el motor simulado como el cockpit no muestran grandes virtudes, aunque los pilotos si cumplen con los mínimos exigibles.
Una vez más y como ocurre siempre en todos los modelos de la marca, la mecánica es lo que más penaliza la diversión. No es un coche para disfrutarlo en pista. Si extraemos el imán se comporta como todos los coches de Hornby, inconducibles y aburridos hasta límites insospechados.
La última vuelta
Scalextric Hornby lleva ya unos cuantos años ofreciendo unas reproducciones de bastante calidad a unos precios muy competitivos. Es indudable que, en mi colección han pasado de ser modelos medianamente aceptables a ocupar lugares de honor con bastante merecimiento. Los coches del fabricante británico están, en muchas ocasiones, por encima de sus competidores –los generalistas Ninco, Scalextric España o Carrera- siendo estos últimos los que quizás hoy en día se acerquen algo más en sus calidades.
Sin duda, su asignatura pendiente sea a la vez la más importante. Sus coches no son todo lo divertidos que sería deseable. Los chasis 3D les hacen ser mejores, pero si no queremos gastarnos dinero (chasis, cuna, motor, coronas, ejes, ruedas, neumáticos, etc…) tenemos que decantarnos por otras marcas para poder divertirnos más. Desearíamos que estos coches nos ofrecieran algo más, no siendo poco lo que nos están ofreciendo ahora mismo.
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