Hace más de un año, en este mismo blog, hice una entrada homenaje al gran trabajo que realizó Richard Longman con el maravilloso Mini 1275GT en 1979, coche con el que consiguió 10 victorias en las 12 carreras que se disputaron ese año en el BSCC. Hoy me gustaría seguir en esa senda y escribir acerca de otro de los pilotos de la época que es parte de la historia del automovilismo y que, aprovechando la reproducción que nos brinda Superslot de uno de sus coches más icónicos, el Volkswagen Golf GTI MKI, me parece adecuado dar a conocer un poco más al que fue en verdad un gran piloto. Richard Lloyd.
Nacido en febrero de 1945 le tocó vivir las consecuencias del final de la guerra, aunque de un modo más de espectador, ya que, Belfast, su ciudad natal, no recibió de primera mano la violencia de la guerra. Desde adolescente mostró una gran inclinación hacia el mundo de la música y con el tiempo se convirtió en productor en una de las más importantes discográficas del momento, Decca Records, trabajando con grandes músicos de la época, como Jimmy Page, Jack Bruce y Ginger Baker, se juntó con los entonces desconocidos compositores Tim Rice y Andrew Lloyd-Webber, autores de «Jesucristo Superstar», «Evita», «Cats», «El fantasma de la ópera», etc., pero destacó principalmente llevando la dirección de una de las más grandes figuras de la música como fue Cliff Richard. Y aunque su carrera era muy prometedora en el mundillo musical, el automovilismo llamó a su puerta y no pudo hacer otra cosa más que dejarle entrar. Abandonó todo por dedicarse al volante y, la verdad, no le fue mal.
Era 1967, y tras probar en algunos coches, su primer evento de verdad llegó en el circuito británico de Brands Hatch al volante de un Triumph TR4, el cual sustituyó un año después por un Spitfire de la misma marca con mal resultado, estrellando el coche en el mismo circuito y dejándolo un poco para el arrastre. A pesar de sus esfuerzos por repararlo no consiguió que el coche volviera por sus fueros y buscó ayuda contactando con Pete Cox y Peter Clarke para construir un coche más adaptado a las necesidades de las carreras. Así nació la Gold Seal Cars Spitfire cuya historia se contó por victorias en su clase y por una gran victoria general en Crystal Palace. Fue en ese momento cuando Richard Lloyd comprendió que para competir a gran nivel debía construir sus propios coches, algo que marcó toda su carrera. Es por eso que se convirtió en fundador y propietario de varios equipos de coches deportivos y turismos.
Su carrera como piloto prosigue y en 1968 participa por primera vez fuera de sus fronteras junto a John Stapleton en Mugello (66km por carreteras de montaña en la Toscana) a bordo de un Morgan 4/4 Súper. Un año después, en la misma carrera, participó al volante de un Triumph Spitfire junto al propio Pete Cox. Durante esos mismos años participa en varias carreras dentro de su Gran Bretaña natal, siempre con el Spitfire, donde alcanza un octavo puesto en Mallory Park. Los años siguientes son un poco decepcionantes, corre con coches diferentes en varias carreras y tan solo consigue 2 octavos puestos en los 100KM de Brands Hatch con un March 74S y en las 6 horas de Kyalami, al volante de un Lola T294. 1975 empieza algo mejor, remonta hasta un cuarto puesto en la Daily Express de Siverstone con el mismo Lola T294 pero, el resto de carreras en las que participa se cuentan por abandonos. Es una época en la que también se dedica a la representación de pilotos como Mike Hailwood, Peter Gethin, Chris Craft, etc. y también construye un coche para Fórmula Super Vee para Volkswagen Gran Bretaña.
El primer cambio importante en su carrera se produce en 1976, cuando a bordo de un Opel Comodore consigue la victoria en su clase junto a Tony Lanfranchi, terminando la prueba en la séptima posición de la general de la Tourist Trophy. Un año después, a bordo de un BMW 530i acaba décimo en Nürburgring y abandona en las 24 horas de Spa. Es cuando funda la GTi Engineering, que más tarde adquiriría el nombre de Richard Lloyd Racing Ltd. y tiene su primera toma de contacto con el Volkswagen Golf GTI MKI en la Tourist Trophy donde a pesar de no hacer una buena carrera, toma conciencia del potencial que tiene el coche para competir en su categoría.
En 1977 con un modelo prácticamente de serie se lanza en el campeonato de turismos británicos (en aquel momento el BSCC) y obtiene muy buenos resultados, 7 victorias, dos segundos puestos, un cuarto y dos carreras sin puntuar. En 1978, la historia se repite y consigue la victoria en su clase en 10 de las 12 carreras de la BSCC. En la segunda carrera de Donington es descalificado por unos puertos de admisión y pistones ilegales y en Brands Hatch no consigue puntuar por problemas con la bomba de la gasolina en la vuelta de calentamiento. También consigue un podio en los 500Km de Brands Hatch junto a Anton Stocker a bordo de un Volkswagen Scirocco.
Tanto Volkswagen GB como AKAI Electric Company Ltd. ven lo que Lloyd está haciendo con el pequeño Volkswagen Golf GTI MKI en la BSCC y deciden patrocinar al equipo inyectando dinero, dinero con el que Richard Lloyd evoluciona el coche y se prepara para el campeonato de 1979. Una vez más, consigue el campeonato en su categoría subiendo a lo más alto del cajón 7 veces, consiguiendo cuatro segundos puestos y una descalificación en Oulton Park por el montaje ilegal de la barra estabilizadora.
Aprovechando la cresta de la ola, Richard Lloyd inicia un negocio de preparación de Volkswagen Golf GTI con gran éxito, son muchos los pilotos que pasan por su taller para que les mejore las prestaciones de sus MKI. Sus éxitos en la pista le llevan, de la mano de AKAI a firmar un contrato con Volkswagen-Audi GB en 1980 para preparar un Audi 80GLE para la ETCC junto con Stirling Moss, y en las dos carreras del año en las que participa como piloto consigue la victoria en su categoría y es partícipe del triunfo del campeonato de marcas logrado por Audi.
En 1981 consiguió el patrocinio de Canon para su nuevo proyecto: un Porsche 924 GTR con el que participar en pruebas de resistencia, entonces corre por primera vez las 24 horas de Le Mans y no consigue cruzar la meta, en el resto de pruebas del campeonato consigue algunos muy buenos resultados, como tres victorias en los 1000Km de Nürburgring, en las 24h de Spa y en los 1000Km de Brands Hatch, dos segundos puestos en su categoría en los 1000KM de Monza y las 6h de Silverstone y varios abandonos. En 1982 la historia continua y consigue nuevos triunfos en su clase en los 1000Km de Nürburgring, en los 1000Km de Spa y en los 1000Km de Brands Hatch, pero vuelve a abandonar en Le Mans.
Para la temporada de1983 consigue un Porsche 956 de la mano de Canon y empieza a pelear con los mayores consiguiendo acabar en Le Mans, su asignatura pendiente, pero lo hace en octava posición. En el resto de carreras de resistencia del año logra subirse al cajón en Monza y en Silverstone, en el resto sus actuaciones son más discretas, aunque sigue insistiendo en que el coche está en desarrollo y que mejorará.
El caso es que durante esos años, Lloyd disputó todas las carreras de larga distancia, pilotando junto a ilustres como Johnathan Palmer, Thierry Boutsen, Tony Dron, Andy Rouse, James Weaver, Bob Evans, Keke Rosberg o Damon Hill. Fue uno de los primeros clientes en comprar un Porsche 956, con el que el equipo obtuvo victorias absolutas en Brands Hatch en 1984 con Jonathan Palmer y Jan Lammers y con un alerón “prestado” de un Fórmula 3. En 1985 consiguió pasar la reválida alcanzando su mejor resultado en el circuito de La Sarthe, un segundo puesto con el mismo Porsche 956C, compartiendo volante con James Weaver y Johnathan Palmer, patrocinado por Canon e inscrito por la Richard Lloyd Racing. Durante 1993 participó como director en el desastroso desarrollo del proyecto del Trebron, el coche de Fórmula 1 japonés diseñado por Norbert Hamy que nunca llegó a ver la luz.
Aunque corriera algunas carreras, ya retirado, en 1996 lideró la creación de un equipo Audi Sport en Gran Bretaña para preparar el campeonato de turismos BTCC (antiguamente el BSCC), celebrando el título de marcas y pilotos con su piloto Frank Biela. También lideró el programa Bentley en Le Mans 2001 y 2002 logrando un tercer y un cuarto puesto detrás de los intratables Audi. Al año siguiente Bentley consiguió la victoria en Le Mans dentro del paraguas de Joest Racing con John Wickham como director y al volante de los Tom Kristensen, Rinaldo Capello y Guy Smith. Quedarse fuera del equipo, cuando había logrado muy buenos resultados los dos años anteriores y viendo que Audi oficial se tomaba un año sabático, fue doloroso para nuestro protagonista. Una vez más Le Mans se le volvía a atragantar.
Tristemente, en 2008 Richard Lloyd sufrió un accidente aéreo cuando el avión privado en el que viajaba se precipitó contra una casa y estalló en llamas, junto a él perdieron la vida David Leslye, gran estrella también de las carreras, Christopher Allarton y los pilotos Mike Roberts y Michael Chapman. Se dirigían al circuito francés de Nogaro para una sesión de pruebas del jaguar de Lloyd’s Apex Motorsport que participaría en el Europeo GT3. Lloyd cumplía 63 años y dejaba esposa y tres hijas de 21, 19 y 15 años de edad.
Pero en la reproducción de Superslot, que corresponde al Tourist Trophy de 1979 también muestra que Richard Lloyd no pilotó el sólo, fue acompañado al volante por otra leyenda, aunque esta vez del motociclismo, el también británico Barry Sheene. El controvertido piloto de motos, amigo de Ángel Nieto, con quien tuvo mucha competencia en pista y gran rival de Kenny Roberts. Llegó al proyecto de la mano de AKAI, quien consideraba al británico como un gran reclamo para la marca e inscribió el coche con el icónico dorsal del piloto de motos, el número 7. Nos faltó que incluyera al pato Donald que siempre figuraba en su casco. Sheene fue un piloto muy rápido con un gran sentido del humor, fumador empedernido y mujeriego incurable.
Fue uno de los primeros pilotos que empezó a ganar mucho dinero por conducir una moto. Conquistó dos campeonatos del mundo de la categoría de 500cc en 1976 y 1977 sobre una Suzuki y un campeonato de Europa 750cc Fórmula FIM. Su biografía está llena de anécdotas, podéis leerla aquí o mucho más resumida aquí. Todo un personaje. Lástima que falleciera en marzo de 2003 a la edad de 52 años debido a un cáncer de estómago y esófago.
Volkswagen Golf GTI MKI Superslot
Sin hacer mucho ruido, la Scalextric británica ha puesto en circulación un nuevo modelo de Volkswagen Golf GTI MKI en versión Racing, ya que hasta este momento solamente podíamos disfrutar de una reproducción del modelo de calle en color rojo y una versión de coche de policía. Hay previsto también un modelo con decoración Gulf, pero del que me ocupo hoy es la versión de la BSCC de 1979 del equipo Richard Lloyd Racing y patrocinado por Akai Volkswagen Sport pilotado por el propio Rchard Lloyd y por Barry Sheene.
Como todos los Superslot, dese hace un tiempo, la reproducción es algo de lo que enorgullecerse, pero dista de aquellos modelos del 2006 hasta el 2015 cuya belleza era muy digna de mención. No es que los británicos no hayan hecho los deberes. El coche luce muy bien, pero tiene cosas de las que antes podía presumir y ahora pasan de puntillas. La tampografía, que ya no es tal, son calcas, muchas veces no queda igual de perfecta, algún que otro logo aparece con cierta inclinación y no debería y me he encontrado con alguna burbuja. Al menos en mi unidad. Para aquellos que compran por internet, es siempre un hadicap lo que muestran las fotos publicitarias a lo que les entrega la mensajería.
Repito, que el Volkswagen Golf GTI MKI de Superslot cumple con lo que pretende, pero es una pena perdernos detalles que antes eran un estándar en la marca, como es el interior, los cierres, y la tampografía. En esta han perdido la excelencia. Una verdadera lástima.
Aunque adentrándonos en los detalles del coche podemos verle cosas que si muestran verdadera maestría. Pararnos en el frontal podemos comprobar que la similitud con el modelo real es fantástica. El logo “GTI” brilla en la calandra, lástima que no les llegara la pintura para el logotipo de Volkswagen, que se muestra negro tizón. Por el contrario, los faros e intermitentes sí que dan puntos a favor. Excelentemente realizados denotan que quien tuvo, retuvo.
Y la zaga solo se queda atrás físicamente, puesto que en calidad destaca bastante, salvo, como he dicho, por las calcas, el “Vídeo” de la calca de “Hifi & Vídeo” está levantado por el lado derecho, al menos en mi unidad. Sin embargo, los logotipos de golf GTI y de Volkswagen se ven sublimes. Una vez más los faros bien esculpidos y montados mantienen esa oscuridad que les proporciona el fondo negro. Algo tienen que inventarse para que esos faros luzcan como cuando restauraron la Capilla Sixtina.
Las llantas siguen siendo un punto fuerte de la marca. Lucen exquisitas en la reproducción. No pidamos peras al olmo, pero si le pintas los tornillos de las llantas, hagámoslo con un poco más de cariño, si no, déjalos en plata, que no van a desmerecer la reproducción. No siempre más es mejor
El interior, como comentaba, siendo poco accesible es simplón, sin decoración, no aporta mucho, la verdad, aunque el piloto si mantiene el tipo con un casco decorado, el volante a la derecha, como debe ser en un coche british y los limpias acompañando en el lugar adecuado.
Foto de rigor de los bajos, no tiene una pinta muy acentuada de destrozar los cronos, pero sin probarlo no seré yo quien diga que este coche no va bien, aunque por mi experiencia, retirar el imán a un Superslot es sinónimo de mucha salida de pista.
La última vuelta
Una vez más Superslot tira del automovilismo patrio y nos ofrece la reproducción de un coche con una vida un tanto singular, pero que hizo historia dentro de la BSCC y que en mi opinión es un coche que engrandece cualquier colección, quizás no sea la librea más llamativa o preciosista del mundo, pero si aporta cierta belleza al modelo alemán y le ofrece la grandeza que el campeonato británico de turismos le dio.
Nota del autor: El Ford Capri MK3 que se utiliza de atrezo corresponde a las 24h. de Spa de 1981 y no a la BSCC de 1979 pero necesitaba un coche más de más o menos la época para rellenar las fotos.
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