A finales de los locos años 20, 8 meses antes del crac de la bolsa de Nueva york, nacía en Londres uno de los pilotos de carreras de coches más carismáticos de la historia del automovilismo y único en conseguir la triple corona del deporte del motor, venciendo en el Gran premio de Mónaco, Las 500 millas de Indianápolis y Las 24 horas de Le Mans: Norman Graham Hill.
Su infancia no fue fácil, criado bajo el asedio de las bombas nazis en Hampstead, tuvo que enrolarse en la Royal Navy, donde por primera vez dejó crecer su famoso bigote, algo que no era del agrado del ejército, pero que impulsó su gran personalidad. Poco después se unió al London Rowing Club. El remo se le daba bastante bien, con su equipo consiguió llegar a 20 finales y triunfar en 8, pero no era algo que terminara de llenarle, sin embargo, para su casco de carreras utilizó los colores y las flechas de su club de remo.
Pero no es hasta su 24 cumpleaños cuando descubre su verdadera pasión. El automovilismo. Sin todavía disponer del carnet de conducir consiguió dar unas vueltas, 20 chelines mediante, al circuito de Brands Hatch en un Fórmula 3 y convencido de que ese era su futuro dejó su trabajo en la fábrica de instrumentos Smith’s. Con el dinero del seguro de desempleo compró su primer coche: un Rattletrap Morris de 1934 con el que participó como aficionado en varias carreras. Poco después, se inició como mecánico en una academia de carreras y posteriormente consiguió ser instructor.
Y fue en una de esas carreras donde conoció a Colin Chapman, quien estaba volcado en el proyecto Lotus. Tras ser contratado por el de Richmond como mecánico y tras dimes y diretes, Hill convenció al ingeniero para que le permitiera correr en sus coches de Fórmula 2, mientras, seguía trabajando como mecánico para Lotus. Así que en 1956 y 1957 nuestro gentleman participó en varias carreras de la Fórmula de plata, pero no fue hasta 1958 cuando tuvo la oportunidad de subirse a un Fórmula 1 y de compartir garaje con algunas de las figuras de la época: Innes Ireland, Cliff Allison, Alan Stacey o Pete Lovely.
1958 y 1959 fueron unos años difíciles para Lotus. Un equipo recién nacido en la categoría reina del automovilismo tenía que pelear con los grandes de la época, Maserati, Cooper, Ferrari o BRM y sobre todo contra su propia mecánica, así nuestro héroe, primero con el Type 12 con cilindrada subida a dos litros y después con el Type 16, solo pudo terminar 4 de las 16 carreras en las que participó y no obtuvo ningún triste punto para su escudería. Hill ironizaba diciendo que: “Cuando una rueda de mi propio coche me adelanta sé que estoy sentado en un Lotus”. Fue cuando decidió que tenía que cambiar de aires y le surgió la oportunidad de subirse a un BRM. Tenía 31 años.
Si le preguntas a cualquiera, te dirá que su marcha a BRM fue la decisión más acertada de su carrera, ya que desde ese momento todo cambió en la vida de Graham Hill. Al poco de llegar consiguió su primer podio y comenzó a ser un personaje de cierto peso en las carreras, de hecho, junto a su compatriota Stirling Moss fundó la asociación de pilotos de grandes premios (GPDA) en aras de mejorar la seguridad en las carreras. Un año después, en 1962, fue cuando se produjo su gran despegue. Consiguió su primer triunfo en Holanda, y se vio inmerso en la lucha por el mundial. Después de la primera victoria, vio la bandera a cuadros en primer lugar 3 veces seguidas y un consiguió un segundo puesto, resultados que le auparían a lo más alto del cajón al final de la temporada. En la última carrera del año, el gran premio de Sudáfrica, la lucha por el mundial estaba entre los británicos Graham Hill y Jim Clark, el Lotus de Jim Clark iba por delante, pero a falta de muy pocas vueltas un problema de pérdida de aceite hizo que Hill lo adelantara y consiguiera el triunfo y el campeonato. Lotus se hizo muy popular por la mítica frase: “Lots Of Trouble Usuarlly Serious” que se mofaba de los problemas de fiabilidad que siempre había arrastrado la escudería británica. Graham Hill ya era campeón del mundo. Sería el segundo piloto británico en conseguirlo después de mi admirado Mike Hawthorn.
Los siguientes años siguieron siendo muy prolíficos para nuestro bigotudo amigo, tres segundos puestos: Por detrás de Jim Clark dos veces, y una por detrás de John Surtees lo convertían en uno de los mejores de la época. Pero en lo que se especializó realmente fue en ganar el gran premio de Mónaco. Tres victorias seguidas y otras dos posteriores le valieron el título honorífico de Mister Mónaco. En cualquier caso, no fueron años fáciles para Hill, ya que para muchos de los británicos siempre estaba a la sombra de Jim Clark y de John Surtees.
1966 fue un año turbulento en la British Racing Motors, muchos abandonos hicieron plantearse a Hill el cambiar de aires. Por otro lado, en ese año consiguió su segundo hito más importante: la victoria en las 500 millas de Indianápolis. Al volante de un Lola-Ford, del equipo Mecom Racing consiguió terminar la carrera en primera posición por delante de su amigo y gran rival Jim Clark. Hill no destacó en la carrera por su velocidad, clasificó en la posición 23, aunque sí por su constancia al mantenerse en la misma vuelta del líder. Hubo controversia, por supuesto, muchos participantes, entre ellos Jim Clark, se quejaron de que Hill no había adelantado a nadie y es cierto que la IMS tuvo muchos problemas con los cronos, pero nadie se atrevió a hacer una reclamación oficial por el resultado. Se dice que Graham Hill no tenía previsto participar en esa carrera, pero los resultados en Fórmula 1 de ese año pudieron motivar a nuestro protagonista.
Ese mismo año, en Spa, Jackie Stewart sufre un aparatoso accidente al golpear su coche contra un poste de teléfono, el rebote le lleva hasta la propiedad cercana de un agricultor y el escocés queda atrapado dentro de su coche por su propia columna de dirección, el combustible se derrama empapandolo por todos los lados, de hecho, se dijo que acabó bañado en gasolina. Graham Hill y Bob Bondurant consiguieron llegar a él y lo sacaron del coche llevándole a la parte de atrás de una furgoneta. Cuando llegó la ambulancia consiguió llevárselo a un hospital de Lieja, no sin antes perderse por el camino…
Durante ese mismo 1966 Hill empieza a plantearse un cambio de aires, puesto que BRM no le ofrece garantías de que pueda luchar por el mundial, elige retornar al equipo que le vio nacer en la Fórmula 1. Lotus contrata nuevamente a Hill, quien hace pareja con Jim Clark. El primer año en la escudería de Chapman no es como le hubiera gustado, Clark le vence sobradamente en puntos y Hill no consigue ninguna victoria en todo el año. Siendo consciente de que tiene que concentrarse más, afronta 1968 con espíritu renovado.
Y tal es así que en México se corona con su segundo entorchado en el mundial. El Lotus se muestra muy competitivo durante todo el año y el inglés demuestra que tiene capacidad para seguir triunfando. La dedicatoria del título la hace en honor de su amigo escocés Jim Clark que había fallecido en un accidente en Hockenheim, probando un Fórmula 2.
En la temporada de 1969 tan solo consigue una victoria en Monte Carlo y acaba la temporada séptimo, sufriendo un accidente en el gran premio de EEUU, en Watkins Glen, que le quiebra las dos piernas al salir despedido en una curva cuando una de sus ruedas recibe un pinchazo.
Peor le fue en 1970, en el mismo Lotus, aunque ya en un equipo privado, el Rob Walker Racing Team (equipo creado por el fundador del famoso Whisky: Johnnie Walker), donde solo pudo conseguir un cuarto puesto en España. Un año después ficha para conducir los coches de Jack Brabham, pero son dos años en los que la Fórmula 1 no le devuelve ninguna relevancia.
Para Graham Hill, las 24 horas de Le Mans siempre le habían supuesto un reto. De hecho, en los 50 y durante los 60 era muy normal que los pilotos saltaran de disciplina en disciplina, así Graham Hill fue un asiduo a las 24 horas de Le Mans sin ninguna suerte, abandonó en la mayoría de las ediciones, en una fue descalificado y su mejor resultado fue un segundo puesto en 1964, dos años más tarde decidió dejar de participar en la prueba francesa, hasta 1972 que le ofrecieron un puesto en Matra y lo aceptó. La gloria volvía a mirarle de frente.
43 primaveras asomaban en las canas de Hill y Matra no estaba muy convencida de que un piloto, ya en decadencia pudiera competir correctamente en la carrera más exigente del mundo. Jean-Luc Lagardere, jefe de Matra, tenía ciertas reservas, pero al final accedió a que el veterano piloto inglés se sumara al proyecto. El otro problema sería el compañero de Hill, Henri Pescarolo, que después de haber sido despedido del equipo Matra en Fórmula 1 no quería conducir para ellos. Lagardere le convenció para conducir su prototipo, pero Pescarolo, al enterarse, de que tenía que compartir el coche con Hill rehusó a conducir el Matra. Nuevamente hubo que convencerle. El piloto francés argumentaba que Hill ya era una leyenda y que a sus años no le veía dispuesto a arriesgar en una conducción peligrosa bajo la niebla o la lluvia por la noche.
Gerard Jabby Crombac era un gran aficionado al automovilismo y gran amigo de Graham Hill, tanto que fue padrino en su boda y también fue la persona encargada de convencer a Pescarolo de volver a Matra. Lagardere dejó en manos de Crombac convencer a Pescarolo de que Hill iba en serio para ganar Le Mans, que quería la triple corona y que Matra era la gran oportunidad de conseguirlo.
Tanto fue así que Graham solo necesitó una sesión de entrenos para convencer a Pescarolo de que era rápido, muy rápido. En una entrevista a Crombac le preguntaron cómo selecciono a los pilotos para la carrera y dijo: «Lagardere me había pedido que consiguiera gente de la Fórmula 1; quería los mejores pilotos posibles», dijo Crombac. «Ronnie Peterson estaba dispuesto a hacerlo, pero al final fue a Ferrari porque podía hacerlo toda la temporada. Supongo que era lógico que le preguntara a Graham. No sé cómo surgió, pero sentí que estaba interesado».
Matra era el gran favorito, después de que los Porsche 917 fueran desterrados a los campeonatos americanos tras el cambio de normativa y de que el equipo oficial de Ferrari retirara sus coches después de los test de marzo, los franceses echaron el resto en la competición poniendo cuatro coches en liza y retirando parte del apoyo a su proyecto de Fórmula 1. Así que, a pesar de la oposición de los Lola Cosworth T280 y de los Alfa Romeo 33TT3, Matra se había convertido en claro favorito para el triunfo final.
La carrera no empezó como los franceses querían, su alineación estrella, Amon y Beltoise explotaron el motor a las dos vueltas de iniciar la carrera, motor que Amon ya quiso cambiar después de los libres y la clasificación. Jabouille se quedó sin gasolina en su MS660C y su compañero Hobbs tuvo que remar desde muy atrás, más tarde rompieron la transmisión, lo que les obligó a la retirada. La pelea quedaba únicamente entre los otros dos Matra MS670.
Después de la carrera le preguntaban a Crombac cómo habían podido ganar la carrera Hill y Pescarolo cuando todo indicaba que Cervert y Ganley iban a ser los vencedores. Crombac comentó: «Graham ganó la carrera de dos maneras: Primero, desobedeció las instrucciones y superó descaradamente al coche de Cevert/Ganley durante la noche, y luego puso neumáticos intermedios en una parada en boxes a primera hora de la mañana».
La clave de la victoria de la dupla Hill y Pescarolo estuvo en realidad por la noche. A pesar de las órdenes de Gerard Ducarouge, jefe de equipo en pista, de que no compitieran entre ellos, la intensa lluvia nocturna hacía muy difícil controlar a los pilotos. Hill aprovechó esta situación para adelantar a Ganley, para todos era evidente que iba a intentarlo, no podía dejar escapar una victoria en Le Mans que le proporcionaría la triple corona.
Una vez conseguido el triunfo llegó la celebración, algo agridulce por la muerte de Jo Bonnier, buen amigo de Hill con quien ya había compartido coche en la misma prueba años antes. El bravo piloto sueco, tratando de adelantar con su Lola T280 al Ferrari 365GTB del suizo Vestch, chocó con él viéndose catapultado hacia los árboles que, al embestirlos, explotó dejando muy maltrecho el cuerpo de Bonnier, quien no pudo resistir de camino al hospital. En cualquier caso, se cuenta que la celebración se alargó hasta horas intempestivas de la noche.
Hill ha sido el único piloto en conseguir la triple corona. Vencer en el gran premio de Mónaco, ganar las 500 millas de Indianápolis y triunfar en las 24 horas de Le Mans. A pesar de todo Hill ya sabía que sus años de correr estaban terminando y fue por ello que, después de ver cómo Brabham creaba su propia escudería, quiso hacer la suya. Y así fue como creo la Embassy Racing Hill, pero no consiguió los objetivos deseados. Después de intentar la clasificación para el Gran Premio de Mónaco de 1975 y quedarse a las puertas decidió que era el momento de retirarse.
18 años de carreras y grandes premios de esfuerzo bien merecían un descanso, pero la mala fortuna hizo que este fuera demasiado corto. Volviendo de Francia, después de probar el nuevo Hill GH2 en Paul Ricard, Hill viajaba pilotando su avión privado, un Piper Aztec, junto a Tony Brise, su piloto estrella, el director técnico Brinble Ray, los mecánicos Tony Alcock y Ferry Richards y el diseñador estratégico Andy Smallman. La niebla y el viento le hicieron descender para aterrizar en el aeródromo London Elstree, pero no pudo hacerlo. Al estrellarse el avión se prendió fuego y fallecieron todos los tripulantes.
Hill dejó un legado inigualable. Conseguir la triple corona es algo que solamente él ha podido hacer. Lástima que no pudiera ver a su hijo Damon conseguir el campeonato del mundo de Fórmula 1 que él mismo ganó. Así mismo, siempre será recordado por su sentido del humor y su polifacética vida, ya que además de las carreras participó como actor en varias producciones cinematográficas como: la alemana: “Ese mundo maravilloso” (1962), la producción británica Al volante y a lo loco (1962), la más famosa: Grand Prix (1966), la italiana “Fórmula 1. En el infierno del Grand Prix” (1970) o la franco-británica “Caravana hacia la aventura” (1974)
La última vuelta
Hace unas semanas que fue el Foroslot Madrid, y allí tuve la oportunidad de conocer a Jose Ramón, un señor al que cuando lo mirabas veías fluir el automovilismo por sus venas. Algo que realmente me conmovió. Y estuvimos hablando de Graham Hill y de por qué los pilotos británicos de las épocas de los gentleman drivers siempre llevaban zapatos marrones en las carreras, cuando todos los demás no lo hacían. Al parecer, era debido a que el calzado de un auténtico caballero inglés ha de ser siempre marrón. Dato que yo desconocía. Y hablando con él, me mostró su admiración a Graham Hill, y le prometí crear una entrada del último gran caballero británico en el automovilismo. Así que esta humilde entrada se la dedico a él y espero que le guste. Un saludo Jose Ramón, espero verte en el próximo Foroslot (si mi prosopagnosia me lo permite) para que me cuentes nuevas anécdotas de las carreras.
NOTA:
He podido realizar esta entrada utilizando para las fotografías los siguientes coches:
Lotus Type16 del fabricante alicantino Cartrix
BRM P261 de la serie Vintage de la española Scalextric
Lotus Type 49b de la británica Superslot
Matra Simca MS 670 del artesano francés Le Mans Miniatures. Son fotos más antiguas que ya aparecen en la entrada que dediqué a este coche hace ya unos años. Y aunque el piloto que LMM montó en el coche fue Henri Pescarolo por motivos obvios, el coche fue el mismo que Hill llevó a la victoria en las 24 horas de Le Mans en 1972.
Apreciado Waskalas,
Impresionante … !!!
Las fotografías, la narrativa o la documentación. Intenso por toda la información que nos relatas y al mismo tiempo ameno con un montón de anécdotas que entretienen. Un magnífico recorrido por la vida de Graham Hill y su trayectoria deportiva.
Una época dorada del automovilismo y las carreras, donde ganar era importante pero ser un caballero al volante lo era aun más …
Graham Hill sin duda uno de los más grandes pilotos de todos los tiempos.
Muchas gracias por la crónica y en especial por tu dedicatoria en la última vuelta.
Seguro que volveremos a coincidir en futuros eventos de Foroslot, porque los aficionados a este hobby tenemos citas obligadas para seguir compartiendo historias sobre este mundo apasionante del automovilismo deportivo.
Un fuerte abrazo
José Ramón
P.D.
Una anécdota curiosa. Qué pensáis en el parecido físico o la inspiración más que razonable del bigote del personaje de Pierre Nodoyuna ( amigo del fiel Patán de la serie animada de ¨Los autos locos ¨) y mi admirado piloto Graham Hill … ?