Desde hace ya algunas semanas podemos disfrutar un nuevo modelo que Spirit ha puesto a la venta en los comercios. Se trata del BMW 635csi del equipo Waterloo Motor Racing Gitanes que participó en las 24 horas de Spa-Francorchamps en 1983 con el dorsal 25 y al volante de los franceses Dany Snobeck,, Alain Cudini y el belga Alain Peltier y encuadrados dentro del grupo 3

En este mismo año en el que se pone en el mercado por primera vez el formato de audio digital: el CD y que Juan Pablo II retira la condena a Galileo Galilei, quien presuntamente, al fin, consigue entrar en el reino de los cielos, las 24 horas de Spa –Francorchamps, décima prueba del Campeonato European Touring Car, visten con honores a los campeones alemanes, Hans Heder y Armin Hahne y al belga Thierry Tassin al volante de un BMW 635csi del equipo Bastos Juma Racing Team.

Partiendo desde la quinta plaza de la parrilla de salida el coche protagonista de esta entrada solo pudo aguantar 6 horas bajo el cielo belga y los bravos pilotos franceses y belga Dany Snobeck,, Alain Cudini y Alain Peltier, se vieron obligados a la retirada por problemas en las ruedas. En total 56 coches partieron de la línea de salida, de los cuales 16 eran BMW 635csi y tan solo 23 pudieron cruzar bajo la bandera a cuadros, de los cuales solo 4 BMW 635csi fueron capaces de hacerlo. Eso sí ocupando la primera, segunda, quinta y décima posición.

Después de tantos intentos, tantas protestas y alguna que otra tarjeta roja, parece que empezamos a poder disfrutar de coches que muestran sus vestiduras sin ninguna vergüenza o timidez. Y como de bien nacido es ser agradecido, desde aquí envío mi más sincero agradecimiento a los señores de Spirit. Curiosamente, después de observar el coche con detenimiento, mi predisposición psicológica a introducir humo dentro de mi tórax es la misma que albergaba con anterioridad a descubrir el coche, es decir, ninguna.

Y es que una visual sin demasiada perspectiva nos conduce a una conclusión de lo más favorable hacia el aspecto imponente que este BMW 635csi que circula por la pista con no demasiada soltura, aunque sí con ese aire de majestuosidad que desprende el modelo, dada su belleza y las galas elegidas para vestirlo.

Pero no hagamos sonar las vuvuzelas ni cantemos el waka waka antes de tiempo. Una aproximación con más detenimiento sobre el cochecito en cuestión nos brinda la oportunidad de confirmar la máxima de que no es oro todo lo que reluce y que Spirit, aún habiéndoselo currado, podía haber puesto un poco más de empeño en conseguir que la mujer del Cesar además de ser casta lo parezca.

Sin ánimo de ser demasiado puntilloso podemos comprobar cómo en mi unidad la tampografía no es, ni mucho menos, todo lo acertada que podría haber sido. Se interpreta un salto de calidad sobre el primer modelo de la serie, las transparencias que el 635 del patrocinador cervecero impronunciable mostraba en sus logotipos con fondo blanco ahora ya son historia, pero podemos adivinar cómo en este modelo los pájaros han picoteado algún que otro logotipo concediéndole un aspecto similar al de una bayeta rejilla.

Por el contrario, y para dejarme en evidencia, este BMW muestra detalles de gran exquisitez, como son los que moran por las diferentes partes del capó, puertas o maletero: cierres, tapones, tiradores, logotipos etc… se dibujan con un más que correcto sentido de la perfección.

Si pudiéramos pasear alrededor del coche la primera parada obligatoria la haríamos en el frontal donde sin duda, en mi opinión, se mezclan las mejores virtudes estéticas que este BMW posee a todas las escalas. Aunque en el hermano pequeño los anillos centrales de la espectacular parrilla no guardan la simetría adecuada y pecan un poco de estrabismo. Defecto fácil de olvidar si observamos en conjunto todo el frontal ornamentado con las pluscuamperfectas ópticas

Continuando con el paseo la siguiente parada nos haría detenernos en la zaga, la cual sin acercarse demasiado al brío mostrado por el frontal, no resta al compendio de elementos bien terminados y bien presentados. Lástima de tampografía en el logotipo del patrocinador principal que afea un tanto al conjunto de la zaga.

El punto negro mostrado por las ópticas traseras, que ataca a la vista sin miramientos, cuya función de ensamblar el faro a la carrocería parece un mal necesario, está reclamando una nueva solución. En más de las deseadas ocasiones dicho punto ensombrece un acabado bien hecho y no es un tema propio de este modelo, ya que son muchos los fabricantes y modelos que utilizan este sistema para anclar los faros a las carrocerías. Entiendo que puede haber otras soluciones, no se si las pestañas a ambos lados de las tulipas podrían ser una alternativa viable. Seguro que del mundo de los estáticos alguna idea se puede extraer.

La idea que se me queda al observar las llantas de que parece que la motivación para ejecutarlas lo mejor posible quedó bajo mínimos tras realizar las traseras se confirma al observar las delanteras, las cuales, aunque presentan un acabado correcto y un tampografiado en la misma línea no tienen esa relación directa con la presencia de las reales, si no que por alguna razón su semejanza con el sector juguetero parece más acentuada.

Indudablemente y como es habitual últimamente en los coches de la marca madrileña el punto más débil se lo lleva ese señor que aparentemente conduce el vehículo dentro de la blanca vacuidad del interior del coche, cuyo rojo extintor es lo único destacable del mismo, aunque desconozco si su presencia acentúa aún más la sensación de estado de soledad en el que parece encontrarse dicho interior.

En lo que en materia de desplazamientos se refiere nuestro protagonista no va a ganar ningún oscar, pero no por ello no nos vamos a divertir con él. Tendremos que torturarle un rato para conseguir que mejore notablemente sus modales, pero una vez educado nos dará alguna que otra alegría. Eso sí, pasearlo por delante de sus viejos hermanos mayores, léase Peugeot 205 o Dallara cobtiene como recompensa que giren la cabeza hacia otro lado con el claro objetivo de impedir que alguien pueda encontrarles algún tipo de parentesco. Lástima de la involución que ha sufrido Spirit en el comportamiento de sus coches.

La última vuelta

Nos encontramos una vez más con un intento por parte de Spirit de realizar un coche de slot con buena predisposición, con un gran trabajo por detrás y con un gran afán de satisfacer a sus clientes, pero una vez más choca con la barrera de los acabados y su comportamiento en pista.

Aunque estéticamente las mejoras se ven a primera vista todavía quedan cosas por pulir, cosas que nos son temas baladíes, si no que son exigencias de los aficionados. Sin embargo hay que agradecer esfuerzos como lo son: la inclusión de los logotipos de los patrocinadores, sean del origen que sean o la elección de modelos diferentes a los que otros fabricantes se ofuscan en copiar unos a otros.

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